Orlando, Florida - Cuando escucha que se acerca un huracán, lo primero que viene a la memoria de Cecilia Rosa de León son ventanas rotas que dejaron entrar el agua hasta inundar el piso de la casa de su padre en Canóvanas hace siete años, en medio del huracán María.

Por eso, cada vez que esta residente de la Florida central sabe que es probable que pase un huracán por la zona donde vive, muy cerca de Orlando, no solo se prepara, sino que también se estremece recordando los difíciles momentos que vivió junto a su familia en la isla en ese momento.

“Allí nuestros vecinos murieron cuando el techo de sus casas les cayó encima. Parecían que estaban dormidos, eso no puedo borrarlo de mi mente, Además, pienso que si eso sucedió en una casa de cemento, aquí en la Florida menos casas resistirían“, narró De León a El Nuevo Día, recordando su experiencia en 2017.

“Sabíamos que venía un huracán pero nos acostamos a dormir, y es más, decíamos que podría ser hasta una tormenta tropical. Mientras dormíamos escuchamos un ruido muy fuerte al romperse una ventana y empezó a entrar el agua. Mi padre trató de arreglar la ventana durante el huracán, pero nos pasamos como de ocho a nueve horas aguantando las puertas para que no se abrieran con el viento”, detalló.

Esta vez, con su madre viviendo en el condado de Broward, la joven dijo que tuvo un ataque de pánico y empezó a llorar ante la alerta que se emitió anoche por tornados en el área, previo a la llegada de Milton. Para ella, haber visto personas morir, tan cercanas como sus vecinos en Puerto Rico, le confirma que no se puede controlar este tipo de fenómenos naturales.

Asimismo, al establecer diferencias entre ambas tormentas, De León destacó que, aunque en Florida las casas no podrían resistir un huracán como María, en la isla pasó meses sin comunicación ni servicios básicos como electricidad y agua, teniendo que bañarse al aire libre con agua fresca que encontraban en un manantial cerca de la residencia.

De León resaltó que, si perdiera el servicio de energía eléctrica en Orlando, se la conectarían rápidamente, aunque en medio del huracán Milton mantuvo su servicio en todo momento, lo que para ella es una gran diferencia.

“Anoche tuve mucho miedo, pero me calmó un poco que la luz no se fue y no había esa oscuridad. Sin embargo, me acordé como del tren que yo escuchaba con los vientos de María. Por suerte que no pasó nada grave aquí y hoy estoy muy tranquila y agradecida. Una historia diferente”, observó.

Si bien está consciente de que su trauma luego del huracán María no se ha disipado, aceptó que el fenómeno, más poderoso incluso que el huracán Katrina en Luisiana, le dejó enseñanzas que ha aplicado tras el paso de sistemas recientes.

“De esa experiencia de María aprendí que hay que estar preparado. Ahora desde que llega la temporada de huracanes, yo tengo una mochila tipo bulto de huracán con mis documentos y ropa para cuatro días, preparamos las ventanas, compramos productos básicos como agua potable y llenamos la bañera con agua. Solamente porque no hayas pasado ese momento tan traumático no significa que no te pueda pasar, hay que coger esos anuncios seriamente”, aseguró.