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Vence el plazo dado por Elon Musk para que empleados federales expliquen sus logros

Donald Trump respaldó la exigencia de su asesor y aseguró que “muchas personas no están respondiendo porque ni siquiera existen”

25 de febrero de 2025 - 8:48 AM

El presidente republicano dijo que el Departamento de Eficiencia Gubernamental que dirige Musk ha hallado “fraudes por cientos de miles de millones de dólares”. (Alex Brandon)

Washington - El presidente estadounidense Donald Trump respaldó la exigencia de Elon Musk de que los empleados federales expliquen sus logros recientes antes de que concluya el lunes o corran el riesgo de ser despedidos, incluso cuando se les dijo a los funcionarios de las agencias gubernamentales que cumplir el mandato de Musk no era obligatorio.

La confusión y la ira sobre la situación generaron nuevos litigios y se sumaron a la agitación dentro de la fuerza laboral federal.

“Lo que él está haciendo es decir: ‘¿Realmente estás trabajando?’”, declaró Trump en el Despacho Oval durante una reunión con el presidente francés Emmanuel Macron. “Y luego, si no respondes, como que estás semidespedido o despedido, porque muchas personas no están respondiendo porque ni siquiera existen”.

El presidente republicano dijo que el Departamento de Eficiencia Gubernamental que dirige Musk ha hallado “fraudes por cientos de miles de millones de dólares”, insinuando que los cheques federales de pago están yendo a empleados inexistentes. No presentó evidencia que respalde sus afirmaciones.

Incluso mientras Trump y Musk defendían su posición, la Oficina de Administración de Personal (OPM, por sus siglas en inglés) informó a los líderes de las agencias que sus trabajadores no estaban obligados a responder antes de que venciera el plazo a las 11:59 de la noche del lunes, tiempo del este, según una persona al tanto de la conversación que solicitó guardar el anonimato para poder hablar sobre asuntos internos.

Las directrices contradictorias derivaron en que los empleados federales recibieran consejos distintos, según dónde trabajan. A algunos se les pidió que respondieran la solicitud de presentar una lista de cinco cosas que hicieron la semana pasada, a otros se les dijo que era opcional, y a otros se les pidió no responder en absoluto.

Musk se irritó ante la resistencia, y dijo que los trabajadores federales “odian incluso la más mínima rendición de cuentas”. Continuó amenazando con despidos horas después de que se les dijera a los empleados que no necesitaban cumplir con sus exigencias.

“Sujeto a la discreción del presidente, se les dará otra oportunidad,” publicó en su red social X. “El no responder una segunda vez resultará en despido”.

Abogados que representan a sindicatos, empresas, veteranos y organizaciones ambientalistas presentaron una demanda actualizada ante un tribunal federal de California, argumentando que Musk había violado la ley al amenazar con despidos masivos.

La demanda —encabezada por el State Democracy Defenders Fund, una organización apartidista dedicada a proteger la imparcialidad electoral— señala que se trata de “uno de los fraudes laborales más masivos en la historia de este país”.

Anna Kelly, una secretaria de prensa adjunta de la Casa Blanca, criticó el litigio, diciendo que “en el tiempo que les tomó a estos empleados con salarios pagados por los contribuyentes presentar una demanda frívola, podrían haber resumido brevemente sus logros a sus gerentes, como es común en el sector privado, 100 veces”.

Musk está encabezando la iniciativa de Trump para reformar y reducir el tamaño del gobierno federal. Han instado a empleados a renunciar, le han ordenado a las agencias despedir a trabajadores en período de prueba, y en algunas agencias han detenido las labores por completo.

Ha habido resistencia en diversas partes de Washington y desde el interior del gobierno. La Oficina del Asesor Legal Especial, un organismo de supervisión para la fuerza laboral federal, indicó el lunes que el despido de varios trabajadores en periodo de prueba podría ser ilegal. Trump está tratando de despedir al director de la oficina, Hampton Dellinger, en un caso que ha llegado a la Corte Suprema federal.

Dellinger le pidió a la Junta de Protección de Sistemas de Mérito de Estados Unidos que detuviera los despidos de seis empleados, pero insinuó que muchos trabajadores más también deberían ser protegidos de perder sus empleos.

Hay indicios también de que Musk está poniendo a prueba los límites de su influencia. Algunos funcionarios del gobierno —incluidos algunos de los aliados más acérrimos de Trump, como el director del FBI, Kash Patel— le han dicho a los empleados que no respondan al correo electrónico en el que se les solicita explicar cinco cosas que hicieron, citando preocupaciones de privacidad o seguridad, y haciendo notar que las agencias tienen sus propios procesos para evaluar a los empleados.

“Cuando, y si se requiere más información, coordinaremos las respuestas. Por ahora por favor suspenda cualquier respuesta”, escribió Patel en un correo electrónico.

Ha sido la divergencia pública más significativa entre el empresario multimillonario y los líderes del gabinete aprobados por el Senado que, por lo demás, han estado entusiasmados con cumplir los objetivos de Musk.

Trump desestimó la idea de que hubiera algún tipo de división que involucrara a su asesor más poderoso.

“De ninguna manera ellos se refieren a una actitud combativa hacia Elon,” dijo, y añadió que “todos pensaron que era una idea bastante ingeniosa”.

La turbulencia más reciente comenzó el fin de semana, cuando Trump publicó en su red social: “Elon está haciendo un gran trabajo, pero me gustaría verlo más agresivo”.

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Tras ello, Musk declaró que “todos los empleados federales recibirán pronto un correo electrónico en el que se les solicitará entender qué lograron la semana pasada”, y afirmó que el “no responder se tomará como una renuncia”. La directriz fue un reflejo de la forma en que él ha manejado sus propias empresas.

La OPM envió su propia solicitud después.

“Por favor responda a este correo electrónico con aproximadamente cinco puntos sobre lo que logró la semana pasada y póngale copia a su gerente”, decía el mensaje. Sin embargo, no mencionaba nada sobre la posibilidad de que los empleados fueran despedidos por no cumplir.

Hubo rápida resistencia de varias agencias clave de Estados Unidos encabezadas por personas leales al presidente —incluyendo el Departamento de Estado, Seguridad Nacional y el Pentágono—, que les dijeron a sus empleados el fin de semana que no respondieran. Legisladores de los dos principales partidos políticos dijeron que la orden de Musk podría ser ilegal.

A los empleados del Departamento de Justicia se les dijo en un correo electrónico el lunes por la mañana que no necesitan responder a la solicitud “debido a la naturaleza confidencial y delicada del trabajo del Departamento”.

Pero a los empleados de la fiscalía federal en Washington se les instruyó responder “en términos generales”, omitiendo información específica de casos u otra información delicada. En un correo electrónico visto por The Associated Press, se proporcionó a los abogados orientación sobre cómo responder acerca del número de audiencias judiciales a las que asistieron, los acusados que procesaron, los casos que resolvieron u otras tareas.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) le dijo al personal que “el HHS no alberga expectativas de que los empleados del HHS respondan”. Si alguien quería responder, se les indicó que dieran respuestas vagas.

“Suponga que lo que escriba será leído por actores malignos extranjeros y adapte su respuesta consecuentemente”, decía un correo electrónico a los empleados.

A los trabajadores del Departamento de Educación se les pidió que cumplieran con la orden el lunes por la mañana. “El correo electrónico es legítimo y los empleados deben responder”, escribió Rachel Oglesby, jefa de personal del departamento. Añadió que “los supervisores de primera línea evaluarán las respuestas y la falta de respuestas”.

Charles Ezell, el director interino de la OPM, dejó entrever que la solicitud de Musk podría derivar en nuevas expectativas para los empleados. Los funcionarios “podrían considerar incorporar una expectativa de que los empleados presenten listas semanales de sus logros”, escribió en un correo electrónico al personal.

Miles de empleados gubernamentales ya han sido forzados a salir de la fuerza laboral federal —ya sea siendo despedidos o a través de una oferta de “renuncia diferida”— durante el primer mes del segundo mandato de Trump. No hay una cifra oficial disponible para el total de despidos o reducciones de personal, pero la AP ha contabilizado cientos de miles de trabajadores que están siendo afectados. Muchos trabajan fuera de Washington.

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