Al ritmo de la banda de la Congregación Mita de Puerto Rico y agarrada de la mano de su esposo, José Yovín Vargas, la gobernadora Jenniffer González bajó, en la tarde del jueves, las escalinatas del ala sur del Capitolio para recorrer las calles sanjuaneras que la llevarían hacia su nuevo hogar: La Fortaleza.

Su primera parada fue en el negocio del piragüero Joshua Guzmán y luego siguió caminando por la avenida de la Constitución.

“No me voy a encerrar, yo voy a estar en la calle”, aseguró la primera ejecutiva en medio del bullicio.

A lo largo del recorrido, besó y abrazó cientos de personas que querían saludarle y tirarse “selfies” con la segunda gobernadora electa por los puertorriqueños y la primera del Partido Nuevo Progresista (PNP). Entre los seguidores de González, estaba Luis Cruz, quien le deseó “mucho éxito en su labor”.

“Somos estadistas, y por nuestros derechos y libertad vamos para adelante”, dijo el militante residente en Caguas, que llegó a la caminata en silla de ruedas.

Aunque al principio llovió, los simpatizantes bautizaron el evento como “agua de coco” para celebrar la victoria de la Palma.

Posteriormente, en la sede del Comité Olímpico, la gobernadora fue recibida por la presidenta de la entidad, Sara Rosario, quien estaba junto a decenas de atletas de la delegación. “Me comprometí con trabajar por todos los puertorriqueños, eso los incluye a ustedes. Los deportes unen a los pueblos”, esbozó la primera ejecutiva.

Más adelante, en la Plaza Colón, un grupo de pleneros y bailarinas de bomba del Instituto de Cultura Puertorriqueña puso a gozar a la mandataria luego que, además, cayera confeti azul.

El recorrido continuó en el callejón de la Capilla, donde estudiantes de la Banda Sinfónica de la Escuela Libre de Música se unieron para entonar cantos típicos con panderos y güiros.

Ya al pisar los adoquines de la calle Fortaleza, decorada con adornos navideños, la primera pareja del país continuó la caminata para luego ser recibidos por el alcalde capitalino, Miguel Romero, y comparsas alusivas a las Fiestas de la Calle San Sebastián, que se celebrarán del 16 al 19 de enero.

Turistas y visitantes de todas partes de Puerto Rico se unieron a los coros fiesteros y a la algarabía. Participaron también varios jefes de agencia recién nombrados, así como alcaldes y legisladores novoprogresistas.

Aun en medio de la fiesta, algunos militantes penepés coincidieron en que la prioridad de la nueva administración deber ser atender los problemas del sistema energético, para así mejorar la vida de toda la población.

Por otro lado, uno de los asistentes, quien se identificó como José Correa, comentó que la prioridad de la gobernadora debe ser la educación y el deporte para sacar a los jóvenes de los malos pasos.

“No era mi candidata, pero ganó en ley, y hay que respaldarla. Tiene cuatro años para demostrarnos”, planteó.

Por su parte, en la entrada de La Fortaleza, esperaba emocionada Clara Evangelista, una estadista que llegó desde Condado y afirmó que confía mucho en la presidenta del PNP, ex comisionada residente en Washington D.C. y expresidenta de la Cámara de Representantes.

“Ella es lo mejor. Lo que pasó esta mañana (protesta) no lo recibimos. Lo vamos a devolver con amor. El odio con amor se paga”, expresó la adulta mayor.

En la caminata -que duró alrededor de dos horas y media- no se reportó ningún altercado, a diferencia de varios eventos y protestas que, desde temprano en la mañana, se dieron en varios puntos donde se llevaban a cabo actos relacionados con la toma de posesión.

Antes de finalizar su travesía, González escuchó las dulces voces de niños en un coro de campanas que destacaron la Ley de Adopción en Puerto Rico.

Luego de secarse las lágrimas y abrazar por casi un minuto a su esposo, González procedió a abrir los portones de La Fortaleza. Tan pronto entraron, el grupo Plenéalo comenzó a tocar la plena “Enamorado de Puerto Rico” para continuar las actividades que arrancaron en las primeras horas del día.

González entró y saludó a las Siervas de María para, entonces, arrodillarse y orar en el interior de la capilla. Luego, junto a sus gemelos y Vargas, ofreció su primer saludo, desde uno de los balcones de la Mansión Ejecutiva, como la decimotercera gobernadora electa de Puerto Rico.