Intervenciones “agresivas” en altamar, falta de intérpretes y secuestros de migrantes cuando llegan a las costas de Puerto Rico continúan siendo problemas sin resolverse, de acuerdo con representantes de las comunidades dominicana y haitiana en la isla que comparecieron este martes a una vista pública del Senado, que investiga el modo de operar de la Policía en estas situaciones.

“Me gustaría pedirle a la comisión que, por favor, (comunique) a las Fuerzas Unidas de Rápida Acción (FURA) que, cuando detecte la embarcación, deje que llegue a la orilla. Dejen que las personas lleguen a la arena”, esbozó Leonard Prophil, quien hace tres semanas perdió a su sobrina tras fallecer en la playa Shacks, en Isabela.

El hombre, radicado en Puerto Rico hace más de 15 años, señaló que ha visto que las intervenciones de las autoridades han aumentado y los retos de comunicación persisten. Respondió a preguntas de la senadora Ana Irma Rivera Lassén, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Asuntos Laborales del Senado, quien desde 2022 ha celebrado vistas públicas para indagar sobre el alza de migrantes que llegan a Puerto Rico.

“Todavía no ha mejorado; ha empeorado. Ha aumentado las persecuciones a los migrantes y vemos una falta de seguimiento”, denunció, por su parte, el presidente del Comité Dominicano de Derechos Humanos, José Rodríguez.

En los pasados tres años, FURA ha manejado 178 incidentes con migrantes en altamar, en los que han intervenido con 714 personas, entre ellas, mujeres y niños de Haití, República Dominicana, Venezuela y de países asiáticos, entre otros. La Uniformada no ofreció datos sobre cuántas personas han fallecido en estas intervenciones.

El 31 de enero, FURA intervino con una embarcación, que terminó naufragando a orillas de una playa entre Quebradillas y Camuy. El momento fue capturado por el surfer Juan Luiz Padín, quien nunca fue entrevistado por la Policía.

“A nivel de Policía de Puerto Rico, no lo entrevistamos. Sí, hemos examinado el vídeo y estamos claros de las alegaciones. Nos reunimos y llegamos a la conclusión de que se había seguido el protocolo”, respondió el director de FURA, José Rodríguez Rivera.

Entretanto, la senadora María de Lourdes Santiago Negrón confrontó a los jefes de FURA con las expresiones de una migrante sobreviviente del incidente de enero, quien, en una entrevista con El Vocero, relató que la Policía había provocado un “remolino”.

“La estrategia de abordaje (de FURA en altamar) ha sido ineficiente. Pudo haberse prevenido o hacerse de otra forma”, planteó, por su parte, el senador independiente José Varas Vidot.

Mientras, el teniente Rodríguez Rivera estimó que son alertados en el 80% de los casos que involucran sospechas de tráfico o contrabando. “Una vez somos requeridos, no actuamos activamente como agentes de migración. Mantenemos comunicación continua para validar nuestra gestión policiaca”, estableció, tras desistir de compartir detalles del caso de Isabela, porque –reveló– hay una pesquisa activa a nivel federal, en la cual se entrevistó a tres sobrevivientes del naufragio y otros agentes locales.

Además, indicó que tampoco cuentan con intérpretes para sus intervenciones ni han incluido en sus adiestramientos frases en otros idiomas, como el francés, para que los navegantes de estas embarcaciones de fabricación casera, en algunos casos víctimas de trata humana, entiendan sus instrucciones y órdenes.

“Cuando hay 20 personas desaparecidas, dos muertas y tres mujeres valientes han dado un testimonio de esta naturaleza, que allí no se haga una investigación interna, es una cosa realmente increíble. Nosotros, que documentamos la violencia del Estado desde nuestra organización, sabemos lo difícil que es conseguir estos testimonios”, opinó, por su parte, la directora de Kilómetro Cero, Mari Mari Narváez.

Del mismo modo, Prophil insistió en que se debe investigar el tráfico de migrantes al oeste de Puerto Rico, porque hay incidentes que han pasado inadvertidos por las autoridades, como cuando trataron de engañarlo para recuperar a su sobrina.

“Recibí varias llamadas cuando vieron a mi sobrina por las noticias. Me dijeron: ‘Tenemos a tu sobrina. Son $2,500′. Estaba contento. Al preguntarles dónde estaba, me colgaron”, narró en la vista.

Contó que, como la foto de su sobrina salió en los medios de comunicación, traficantes lo llamaron desde un número privado con el objetivo de pedirle dinero para supuestamente “entregársela”.

“Conozco (un grupo) de unos haitianos que salieron a buscar dinero prestado para pagarle a la persona (traficante de migrantes). Entonces, hay (otro caso de) dos haitianos que no tenían el dinero y regresaron con esa persona. Yo, arriesgando mi vida, me fui detrás de esa persona. Lo atrapé en Cataño y me entregaron a esos dos muchachos. Son puertorriqueños (los traficantes de personas). Aquí, está pasando esa situación. Es un negocio sucio”, compartió.

Además, planteó que han visto un aumento de haitianas que están siendo secuestradas para traerlas a la isla, lo que considera pasó con su fallecida sobrina. Prophil precisó que, de los 85 migrantes que iban en ese viaje del 15 de mayo, había otras 54 mujeres.

“Es un camino de mucho atropello… mucho más, si se trata de mujeres. Muchas de ellas son violadas por militares en la frontera. (...) La mayoría de los viajeros que acceden al país son secuestrados por personas que viven en Isabela, Aguadilla y Cabo Rojo”, denunció el haitiano.