Tanto el Departamento de Educación como especialistas en el neurodesarrollo avalaron este viernes enmendar el Proyecto de la Cámara (PC) 179 para extender la prohibición del uso de celulares hasta el nivel secundario en las escuelas públicas y privadas del país, en vez de solo en los planteles elementales, como en principio dispone la medida.

“Mi recomendación es que se implemente a todas las edades escolares. Vemos a estudiantes que no pueden salir de redes sociales o tecnología, y esto se debe a que el cerebro desarrolla la dopamina y el cerebro se acostumbra a esa sobreestimulación. Cuando no ocurre esto, se frustran y la persona no desarrolla destrezas de socialización, se pone inseguro, viene el acoso escolar porque somos diferentes y no sabemos comunicarnos”, planteó la pediatra Carmen Báez Franceschi, durante una vista pública de la Comisión de Educación de la Cámara de Representantes.

El PC 179 –radicado por el representante penepé Jorge “Georgie” Navarro Suárez con el popular Héctor Ferrer Santiago como coautor– busca prohibir, por ley, el uso de dispositivos electrónicos personales por parte de los estudiantes en las instituciones educativas en los grados de nivel elemental. La medida contempla dos excepciones: cuando el dispositivo se utilice para fines educativos o para comunicarse con sus padres por una emergencia.

La licenciada Saraí Ruiz Maisonet, en representación del secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés, recomendó “evaluar ampliar esta disposición al nivel secundario, tomando en consideración la cantidad de incidentes que han ocurrido a raíz del uso inadecuado de los dispositivos móviles, sobre todo, en recesos como el período de almuerzo”.

Además, exhortó a los representantes a incluir lenguaje que permita el uso del dispositivo con fines pedagógicos.

Por su parte, la Federación de Maestros de Puerto Rico se opuso al proyecto, por entender que las restricciones ya se contemplan bajo el artículo VI del Reglamento General de Estudiantes y Asistencia Obligatoria del Departamento de Educación.

En su turno de preguntas, Navarro Suárez replicó que, con el proyecto, buscan darle mayor “fuerza” al Reglamento General, y describió como novedoso que la prohibición aplique a “todas las escuelas públicas y privadas”. “Se busca que los estudiantes interactúen entre pares y beneficiar la salud mental y física”, insistió el representante.

Raúl González, vicepresidente de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, comentó, en tanto, que, de aprobarse el PC 179, el Reglamento General quedaría obsoleto, por lo que habría que crear nueva regulación a tono con el estatuto.

“Si bien hay un reglamento, aquí al maestro no se le consultó. El maestro está cojo en unas áreas para poder manejar la exposición de la tecnología de los estudiantes. (...) El reglamento no se sigue al pie de la letra”, reconoció González.

La Asociación estableció, en su ponencia, que Educación, contrario al PC 179, permite el uso de los celulares antes del inicio de clases, al culminar el día y durante el período de almuerzo.

Ruiz Maisonet aclaró que, actualmente, el Reglamento General se está evaluando para “atemperarlo” a las realidades de los retos tecnológicos y el “incremento sustancial” del consumo de las plataformas digitales. Además, coincidió con ambas entidades magisteriales en que se debe trabajar política pública para educar también a los padres sobre el uso adecuado de los celulares en los hogares.

A preguntas de la representante Tatiana Pérez Ramírez sobre los eventos naturales y de salud pública que desde 2017 provocaron que los menores tuvieran que utilizar sus celulares para conectarse a sus clases, Báez Franceschi comentó que Educación debe trabajar “un plan para atender esa dependencia de toda una comunidad, porque fue un sistema de supervivencia para continuar la educación”.

La doctora y fundadora del Wellness Institute of Neurodevelopment estimó que se necesitan, “al menos, ocho semanas” para desintoxicar a un niño del exceso a la tecnología.

“La clave es la moderación y que hagamos este proceso fríamente calculado. No debe ser algo radical, ya que tenemos tantas alternativas, como la inteligencia artificial, pero creo que, si lo planificamos bien, puede funcionar. No es que la tecnología sea mala, es utilizar la tecnología de una manera constructiva y empezar a hacer cosas físicas, en donde se desarrolle el pensamiento crítico”, acentuó.