A primera vista el espacio, un portal rodeado de verjas metálicas, parece un taller quizás de carpintería, con máquinas, herramientas, taladros, y los peculiares olores a madera que aumentan a medida que uno se acerca. De inmediato, sin embargo, se dejan ver las peculiares figuras curvas de instrumentos de cuerda y un enorme anuncio con la distintiva forma del típico cuatro puertorriqueño encima del techo, que revelan que no es un taller muy común.
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Crónica: Folklor, cultura y tradición del cuatro puertorriqueño
Las manos del lutier Miguel Rivera reparan y fabrican instrumentos musicales de cuerda
Nota de archivo
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