Rafael Surillo interesa levantar la lacerada economía mediante proyectos agrícolas que revivan el cultivo de la caña de azúcar poco más de dos décadas después que dejara de operar la Central Roig, en 2001
Rafael Surillo interesa levantar la lacerada economía mediante proyectos agrícolas que revivan el cultivo de la caña de azúcar poco más de dos décadas después que dejara de operar la Central Roig, en 2001
10 de mayo de 2022 - 11:40 PM
Yabucoa tiene viva en su memoria -y en cada rincón- las huellas del huracán María, que entró a la isla, en 2017, a través de ese municipio como un ciclón categoría 4 y devastó el 95% de las estructuras municipales.
Pero, mientras aguardan por los procesos de reconstrucción, que pudieran extenderse cuatro años más, la “Ciudad Azucarera” busca levantar su economía con el turismo, la agricultura y el establecimiento de nuevas industrias, afirmó el alcalde Rafael Surillo.
“Hemos estado bien activos tratando de promover a Yabucoa como un destino económico. Hay un proyecto que queremos que se dé en Yabucoa, y es una fábrica para producir ron y mieles, la miel para producir el ron y los derivados, que son el alcohol para trabajar en farmacéuticas. Lo queremos hacer allí donde era la central azucarera. Los inversionistas están superinteresados en que este proyecto se dé, y estamos uniendo todas las fuerzas del gobierno para poder echar hacia adelante esta idea”, indicó.
Surillo interesa levantar la lacerada economía mediante proyectos agrícolas que revivan el cultivo de la caña de azúcar poco más de dos décadas después que dejara de operar la Central Roig, en 2001.
“Yabucoa es un pueblo inminentemente agrícola. Tenemos un valle extenso de 7,000 cuerdas que han sido separadas como una reserva agrícola, y se divide entre la agricultura y la ganadería. Esta nueva industria que se quiere establecer de los rones en Yabucoa va a provocar una diversificación de lo que se está cosechando en el valle”, explicó el alcalde popular.
En las instalaciones de la antigua central azucarera, planifica construir lo que sería El Museo del Azúcar para plasmar la historia de su pueblo en un lugar icónico.
Además, como parte de los esfuerzos de desarrollo económico, el ejecutivo municipal impulsa un proyecto para rehabilitar el casco urbano, y para ello cuenta con una asignación de $9.5 millones del Programa de Revitalización de la Ciudad, provenientes de la subvención en bloque para el Desarrollo Comunitario, Recuperación y Desastres (CDBG-DR).
“Estamos viendo la manera también de reestructurar todo el casco urbano para que pueda florecer el comercio, y eso unirlo al sistema de transporte colectivo que va a los barrios y busca a la gente para que hagan sus compras en el pueblo de Yabucoa”, indicó.
Otro de los proyectos con fondos CDBG-DR que Surillo espera poner en marcha pronto es la construcción de tres rotondas para facilitar el acceso al área urbana.
“Nos dimos cuenta de la necesidad de tener rotondas. Es algo demasiado útil. Cuando no teníamos luz, teníamos que destacar los policías municipales para que trabajaran en las luces”, explicó. Detalló que las estructuras se construirán en la intersección de la carretera PR-3 y la PR-901; en la intersección entre la PR-910 y la PR-3 y la tercera en el área urbana.
En el ámbito turístico, Yabucoa busca promover su ruta costera, a fin de atraer a turistas locales y extranjeros para que lleguen a este municipio del sureste a disfrutar de sus hermosos paisajes.
“Estamos enfocados en desarrollar principalmente el turismo costero con la inauguración del Boulevard del Puerto, que va a ser un incentivo extraordinario para que la gente llegue a Yabucoa. En verano de este año, vamos a estar inaugurándolo oficialmente y estará ubicado en el área del puerto de Yabucoa”, anunció.
Aunque la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) obligó los fondos para los proyectos de reconstrucción en Yabucoa, todavía restan procesos para poder comenzar las obras, que van desde la Casa Alcaldía, el Centro de Diagnóstico y Tratamiento Dr. Arturo Torres Machín, el cementerio municipal, entre otras estructuras devastadas por el huracán.
“Aunque ya se han obligado muchos proyectos a principios de este año, el proceso de diseño, permisología y construcción nos va a tardar algunos tres o cuatro años más poder terminar las obras de reconstrucción. Yabucoa perdió el 95% de sus estructuras, casi todas las estructuras recreativas y deportivas... Tuvimos destrucción en casi todas las áreas. Sin mencionar lo que son puentes, carreteras y muros de contención”, sostuvo.
Ayer, en un comunicado de prensa, el gobernador Pedro Pierluisi anunció el desembolso de casi $8 millones para 16 proyectos de reconstrucción en el municipio.
Una de las obras prioritarias es la reconstrucción del estadio Félix Millán, hogar de los Azucareros de Yabucoa en la pelota Doble A. Para esos trabajos, FEMA asignó $26.2 millones, y en marzo comenzó la demolición de la estructura. Esa primera fase se extenderá cuatro meses, y se espera que el nuevo parque esté listo en dos años.
Sin embargo, para Surillo, la crisis fiscal es el peor huracán que lo ha impactado desde que llegó a la poltrona municipal en 2013. El asunto del presupuesto y las reducciones ordenadas por la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) se mantienen azotando con sus vientos las arcas municipales, apuntó.
“El mayor reto que hemos tenido no es el huracán María, no es el huracán de la pandemia, es el huracán de la situación económica porque esa fue la que yo encontré. En Yabucoa, comenzamos con un presupuesto que rondaba los $16 (millones) y $17 millones, hoy el presupuesto está en $13.4 millones. Nos han ido reduciendo cerca de $3 millones desde que se están imponiendo los recortes que está asignando la Junta de Control Fiscal. Ese fondo de equiparación nutría nuestros presupuestos. Por esa reducción, todos los días, esto es como un jueguito de ajedrez, tengo que pagar esto, aguanto esto, espero a que me den estos chavitos, pago acá, y ver cómo juego con la nómina”, admitió.
Para contrarrestar la dificultad económica que atraviesa el ayuntamiento, los empleados municipales se encargan del recogido de basura, los trabajos de repavimentación y otras labores de construcción, para evitar gastos adicionales, enfatizó Surillo.
“Hemos tratado de que se afecte lo menos posible. He tenido que hacerlo así para, de alguna manera, maximizar los poquitos fondos que tengo... Tengo que reconocer que tengo unos empleados que son de pueblo, que tienen ese compromiso con la gente y hacen malabares para poder brindar los servicios”, puntualizó.
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