Para la contable retirada, su trabajo la entretiene, le mantiene la mente ocupada, conoce gente, habla, se ríe... y le trae la suerte a muchos compueblanos
Para la contable retirada, su trabajo la entretiene, le mantiene la mente ocupada, conoce gente, habla, se ríe... y le trae la suerte a muchos compueblanos
29 de abril de 2022 - 11:40 PM
Áurea Pacheco Rodríguez se jubiló del gobierno, donde se desempeñó los últimos 12 años como contadora profesional. Sin embargo, una vez retirada, no se quedó en su casa, y decidió emprender su negocio como billetera de Lotería Tradicional.
Lo hizo para entretenerse, pues le gusta mantenerse alerta realizando actividades productivas, y como había probado la suerte en calidad de compradora, se atrevió a sacar su licencia de agente sin sospechar el éxito que tendría desde su punto de ventas en el Centro del Sur Mall, en Ponce.
“No me arrepiento, y yo he aconsejado a algunas personas a que hagan lo mismo porque aquí estás entretenido y usas la mente; tienes que sumar, restar, multiplicar, y eso ayuda mentalmente. Hay mucha gente que se queda ocioso, y eso lo que provoca son muchas enfermedades, depresiones”, resaltó la mujer de 73 años.
“Aquí, viene de todo, jueces, abogados, médicos, amas de casa. Aquí, hay mucha gente que son bien amables, respetuosos y quieren mucho a uno y me ayudan. A veces, me ven con la tabla y me ayudan a llevarla o a traerla”, resaltó la guayanillense que adoptó a Ponce, donde reside hace cuatro décadas.
Comentó que mucha gente la busca porque dicen que les trae suerte, y no están lejos de la realidad, pues Áurea ha vendido todos los premios.
“El premio mayor que he vendido es de $150,000 y un segundo premio en una dupleta de $90,000, de la extraordinaria. He vendido todos los premios, gracias al Padre Celestial. Hay gente que pregunta que cómo yo he vendido todos los premios si ellos llevan toda la vida y no han vendido ni un solo premio. Pero, gracias al Señor, yo los he vendido”, sostuvo.
“Aquí, hay mucha gente que viene y dice: ‘Yo vengo donde ti porque eres confiable porque hay otras personas…’, y yo le digo que no me mencionen nombres. Me traen guineos, aguacates, de todo”, resaltó, al destacar el cariño que se ha ganado entre su clientela.
Hay personas que no aguardan a que Áurea llegue con los números del sorteo semanal y le separan sus combinaciones para no correr el riesgo de perderlas.
“Yo lleno esto aquí de billetes que me separan. Yo te diría que el 60% a 70% ya están encargados, juegan siempre el mismo número, juegan doble… Hay gente que me paga $400 semanales en billetes. Gente que compra de verdad. Lo que pasa es que yo les guardo los billetes y, a veces, me llaman para recogerlo otro día porque no pueden pasar. A veces, lo pagan adelantado, pero hay otros que no, yo se los guardo feliz”, confesó.
“Pero hay otros que me dicen: ‘Dame $5, uno de cada uno’, y yo se los doy. Ha habido gente que no me ha pagado, como hace poco, que un señor me hizo lo mismo varias veces para que le guardara unos números y luego dijo que no me los podía pagar porque se quedó sin trabajo. Pero, cuando regresó a pedir un billete, le dije que no”, alertó.
Y, ¿algún ganador ha regresado al puesto de venta?, preguntó este diario.
“Uno que otro viene, pero otros no. Yo te diría que las personas que más necesitan son los más desprendidos, pero los demás no. Me han traído algo, un bono que no esperaba. El otro día, una muchacha cogió el tercero (premio). Hubo una que por poco me besa porque lo necesitaba para su hijo. Dios siempre recompensa a la persona buena y a quien necesita”, destacó.
“Una señora que siempre que viene, compra y se pega, una vez cogió el primer premio, se pegó, no me dio nada, pero después vino, como a los tres meses, y se sacó el segundo premio. A la tercera, vino y me dijo que tiene una hija estudiando universidad y se lo entrega todo. Le dije que le dé gracias a Dios. Yo juego, nunca me falta, cuando necesito siempre me saco algo”, puntualizó.
Mencionó que la mayoría de las veces logra vender en tiempo récord todas las papeletas del sorteo semanal. “Los vendo rapidito y, como terminé los de la semana, me quedé para vender los de la extraordinaria. Ellos dicen que yo les doy suerte. Pero aquí hay buenas vibras”, apuntó.
“Hay quienes dicen que jugar es malo, pero yo digo que Dios es lo máximo que tenemos, pero Dios sabe las necesidades de una persona, y no está malo jugar. Malo es que cojas el dinero de comer o de alguna necesidad para jugar, pero si tú juegas par de pesos, $5 pesos, te ayuda”, sentenció.
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