A cuatro días de que comenzara una serie de averías en la red de transmisión y distribución eléctrica que, incluso, complicaron las primarias celebradas el domingo, decenas de miles de clientes permanecían este martes sin servicio en amplias zonas del país, ante la persistencia de algunas de las fallas de mayor impacto en el sistema.

Una combinación de eventos pequeños, exacerbados por las condiciones lluviosas que prevalecieron en el fin de semana, ha sido la raíz de los problemas en el servicio, coincidieron los gerentes de LUMA Energy para la zona de San Juan –que abarca el este del archipiélago, incluyendo a Vieques y Culebra– y la zona Sur, dos de las más afectadas por los apagones.

“Puedes tener un día de lluvia y el sistema maneja el agua, pero, cuando se combina con los vientos o exceso de lluvia, donde entonces empieza un movimiento extraordinario en la vegetación, con ramas que caen o vuelan, eso pasa. Si la infraestructura está en mala condición, el herraje, la corrosión, la falta de mantenimiento que hemos identificado con años y estamos atendiendo, los vientos pueden implicar que se parta un alambre. Hay distintos elementos. Estamos viendo un poco de todo”, enumeró Alejandro González Laboy, director de la zona Sur, que incluye las regiones de Caguas y Ponce.

En esa jurisdicción, han tenido que lidiar con la avería de un transformador en la subestación eléctrica de Santa Isabel, reparación que, hasta este martes, no se había completado.

“Cuando pasa un evento como ese, la red, por la forma en que está construida, nos permite buscar alternativas para transferir esos clientes hasta donde la capacidad lo permita. Sí, hay clientes que se mantienen afectados. La parte del tiempo estimado (de reparación) se puede ver afectado por elementos sobre los que no tenemos control, como el clima o la hora, particularmente por el asunto de seguridad (de los empleados)”, puntualizó González Laboy.

Este martes, a las 6:00 p.m., permanecían unos 27,102 clientes sin servicio, casi 16,000 de ellos entre las regiones de Caguas y Ponce.

El domingo, mientras se celebraban las primarias, la cantidad de clientes sin servicio se acercó a los 90,000, de los cuales más de 36,000 se concentraban en la región de Bayamón y otros 28,000, en la de Caguas.

Otra de las averías de mayor impacto corresponde a las fallas que se han registrado intermitentemente desde el sábado en la línea de transmisión 7100, que transcurre entre Santurce y el Condado, precisó Juan Oyola, gerente de la zona de San Juan. Las fallas, que el ingeniero atribuyó al contacto de vegetación con la línea, han dejado a algunos clientes sin servicio por más de 24 horas consecutivas.

En entrevista con El Nuevo Día, Oyola aseguró que personal de LUMA estaba atendiendo la línea –incluyendo trabajos de remoción de la vegetación–, con miras a concluir las reparaciones a media tarde de este mismo martes.

“Básicamente, el árbol interviene con la línea, provoca una carga mayor y el alambre cae al suelo. El sistema se protege de extremo a extremo y se mantiene fuera de servicio hasta que reparemos”, explicó Oyola.

En horas de la tarde, el alcalde de Orocovis, Jesús Colón Berlingeri, criticó a LUMA por medio de un comunicado, en el que catalogó como “mentira” que el consorcio esté preparado para la temporada de huracanes, que inició el 1 de junio.

“Esto es un caos y tengo que denunciarlo”, afirmó el ejecutivo municipal, quien señaló que la intermitencia en el servicio se ha mantenido desde el fin de semana.

Ante las interrogantes que genera el daño provocado por eventos cuya magnitud no se acerca al que produciría un ciclón de categoría mayor, González Laboy y Oyola insistieron en que, como parte del Plan de Remediación del Sistema, LUMA ha estado adquiriendo equipos –como postes, cables y transformadores– capaces de soportar vientos de hasta 160 millas por hora, en lugar de las 95 a 120 millas por hora que solían aguantar los dispositivos instalados antes del huracán María, en 2017.

A preguntas de este diario, González Laboy planteó que era difícil precisar cuánto del Plan de Remediación del Sistema se ha completado.

A tres años de entrar en funciones, LUMA cuenta con cerca de 900 trabajadores de campo, una cifra que González Laboy catalogó como “adecuada”, aunque reconoció que, a mayor personal, más rápida es la respuesta a eventos imprevistos.

“LUMA continúa con el plan de reclutamiento y capacitación en las áreas de desarrollo de destrezas de recursos ya activos, lo que nos va poniendo, cada día que pasa, en una mejor posición para efectos de la respuesta”, sostuvo. “Definir la cantidad necesaria está atada a la magnitud del evento. Puede que mañana no nos hagan falta los 900, (pero) puede que en un evento futuro quisiéramos tener más”, agregó.

Aunque LUMA, desde el año pasado, ha apostado a un plan de despeje de vegetación, financiado con fondos federales, que se extendería a lo largo de 16,000 millas de la red de transmisión y distribución, la ejecución del proyecto –cuya duración se estima en tres años– no ha comenzado.

“Para poder hacer eso, tiene que pasar una serie de cosas. Antes (de la ejecución), tienen que trabajarse los contratos, que es parte de los preparativos, asegurarnos que el personal cumple con los requisitos y estándares mínimos y preparar esa planificación. Todo eso está corriendo”, declaró González Laboy.