Ceiba - Cuando se refiere a los terrenos de la antigua base naval Roosevelt Roads, habla del sector Guayacán. El alcalde Samuel Rivera Báez explica que ese era el nombre que tenía esa zona antes que se construyera la instalación militar en la década de 1940.

El cambio de nombre que promueve es un intento para que los residentes en Ceiba empiecen a ver esa zona como parte del pueblo. Tras más de 60 años de operaciones militares, los vecinos del municipio perciben estos terrenos como algo extraño a ellos.

“Es como si Roosevelt Roads fuese algo aparte del pueblo, y queremos que se vea como parte de Ceiba de nuevo”, dijo el alcalde en una entrevista con El Nuevo Día.

Allí, están cifradas las esperanzas económicas a corto, mediano y largo plazo de este municipio. Se trata de un camino que ha estado lleno de promesas incumplidas, de planes abortados y de una infraestructura que, hace poco menos de 20 años, albergaba una de las instalaciones militares más grandes del Caribe y que hoy está en pleno deterioro.

A inicios de este mes, el gobernador Pedro Pierluisi anunció la inversión de más de $70 millones en fondos de reconstrucción, aportaciones estatales e inversiones privadas para revitalizar la infraestructura eléctrica y el manejo de aguas (potable y usadas). El deterioro de la infraestructura militar, que no se usa desde el 2004, desalentaba el desarrollo privado de la zona. Con esto, se busca superar ese escollo y desenlazar finalmente el potencial económico de la zona.

Pero eso está todavía en el horizonte y no hay garantías más allá de la intención expresa de las autoridades e instituciones privadas. A corto plazo, Rivera Báez, quien empezó en la alcaldía en enero, dice que buscará basar el crecimiento de la economía municipal en el tráfico marítimo entre Ceiba, Vieques y Culebra. Hasta el 2018, el movimiento de pasajeros y carga, por barco, hacia las islas municipio se hacía desde Fajardo.

Este, según Rivera Báez, es el único cambio concreto que puede comenzar a transformar la economía del pueblo, alicaída desde que cerró la base naval. Antes, explicó, gran parte del municipio, que llegó a albergar a 18,000 residentes, trabajaba en la instalación militar o en negocios que directa o indirectamente se beneficiaban de las maniobras militares y la presencia de soldados. Ahora, el pueblo tiene unos 11,000 habitantes, pocos comercios y muchas iglesias.

Son tan pocos los comercios en Ceiba que allí no hay un supermercado. Y por ahí quiere empezar el ejecutivo municipal. La idea es usar unos terrenos que le serán cedidos al municipio para arrendarlos a una empresa que establezca un supermercado justo en la entrada de la antigua base naval. De este modo, indicó, este negocio abastecería, no solo a los ciudadanos de Ceiba, sino que sería el primero de este tipo que encontrarían los viequenses y culebrenses cuando lleguen a la llamada isla grande.

“Por primera vez, los ceibeños van a poder hacer compras en su propio pueblo. Los desarrollos allá (en la antigua base naval) van a tardar unos años, pero quiero poner la zapata del desarrollo desde ahora”, dijo el ejecutivo municipal.

Indicó que, con los fondos de reconstrucción para los cascos urbanos, buscará rehabilitar las calles que conducen desde el portal de la antigua instalación militar hasta el centro del pueblo. La idea es que se establezcan comercios en estas zonas que, en primer lugar, sirvan las necesidades de los residentes en las islas municipio y, en segundo, atraigan el turismo. Esto implicaría que se establezcan desde clínicas médicas hasta restaurantes.

Estos planes, sin embargo, requieren aportaciones municipales que, bajo el panorama presupuestario actual, implican un enorme reto. El municipio carga con deficiencias acumuladas que rondan los $15 millones, y en los últimos años, las pasadas administraciones gastaron entre $1 millón y $1.5 millones más de lo que recibió el ayuntamiento.

A esto, se le añaden los recortes en las transferencias estatales producto de la paulatina eliminación del Fondo de Equiparación por orden de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF). Rivera Báez afirma que, durante los primeros meses del 2021, tuvieron que ingeniárselas para asegurar un flujo de efectivo que les permitiera cubrir los gastos básicos de la alcaldía, desde la nómina hasta el recogido de desperdicios sólidos.

Por eso, indicó, procurarán la asistencia del Departamento de la Vivienda y de la Oficina Central de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia (COR3) para lograr los copagos de los proyectos de reconstrucción en el municipio y tener un flujo de efectivo que permita el desarrollo de las iniciativas que le corresponde encaminar al ayuntamiento.

Entre los 12 proyectos de reconstrucción que se desarrollarán en Ceiba, está la rehabilitación del Estadio Nito Cortijo y de los parques deportivos y recreativos en los sectores Aguas Claras, Villa del Pilar y Parcelas Macho, entre otros.