LUMA Energy cumplió el miércoles con la entrega al Negociado de Energía (NEPR) del informe preliminar requerido tras el apagón general del 31 de diciembre, causado por una falla registrada en una subestación del consorcio frente a la central Costa Sur, en Guayanilla.

La información remitida por la empresa, sin embargo, permanece bajo el manto de confidencialidad del expediente investigativo del NEPR, toda vez que en este caso, contrario a instancias anteriores, el organismo regulador no ha ordenado la divulgación de los hallazgos iniciales asociados al evento.

Tan reciente como la semana pasada, el vicepresidente de Programas Capitales de LUMA, Juan Rodríguez, planteó en un encuentro con los medios que la causa inmediata del apagón –que dejó sin energía eléctrica a la totalidad de los clientes en plena despedida de año– fue un cable soterrado que se encontraba “completamente fuera de servicio” al momento del incidente.

“Estamos investigando qué fue (lo que ocurrió). Estaba fuera de servicio y, aun así, provocó (el apagón). Es lo que estamos investigando”, reiteró el ingeniero a los medios de comunicación.

De momento, sin embargo, los detalles del evento se desconocen. “Es confidencial hasta que se complete el proceso”, indicó, por escrito, un portavoz de LUMA.

Contrario al proceder en esta ocasión, en julio de 2024, unas semanas después de que una falla catastrófica del transformador de una subestación de Santa Isabel precarizara el servicio de tres municipios de la región sur, el NEPR hizo disponible una versión pública del informe inicial de LUMA, en la que se describieron los eventos que desencadenaron la avería.

En aquel entonces, el oficial examinador designado por el NEPR, Gerardo Flores, ordenó al operador de la red eléctrica “adelantar al público el informe inicial sometido por LUMA el 11 de julio de 2024”. A la fecha, el NEPR no ha emitido su informe final en torno a las interrupciones, que afectaron principalmente a Santa Isabel, Aibonito y Coamo, y que paralelamente desencadenaron una saga de varias semanas mientras LUMA identificaba y movilizaba un transformador de reemplazo para la subestación.

Tras el apagón masivo el día de Año Viejo, el NEPR ordenó, el 7 de enero, comenzar la investigación mediante un requerimiento a LUMA en el que le solicitó proveer un resumen cronológico del “incidente” y las “acciones investigativas, correctivas o de cualquier otra naturaleza que haya realizado”.

La avería, suscitada en el llamado “patio de interruptores” de la central Costa Sur –una instalación operada por LUMA– a las 5:30 a.m. del 31 de diciembre, sacó de inmediato toda la generación eléctrica disponible, resultando en un periodo de más de 72 horas hasta lograr la estabilización en la red.