Una propuesta de ley para que los puertorriqueños reciban la nacionalidad española fue discutida esta semana durante el congreso internacional “La proyección de España en el mundo: Pasado, presente y futuro”. Pero, ¿cuán viable es esta posibilidad? ¿Habrá interés en la “Madre Patria” para establecer un tratado de este tipo? ¿Cómo incide este tema en el status político de la isla?

Para el abogado constitucionalista Eduardo Villanueva, la idea no es una tan descabellada, como podrían pensar algunos. “Ya existe el reconocimiento del gobierno de Estados Unidos de la doble ciudadanía, de personas que tienen ciudadanía americana y, a su vez, ciudadanía, precisamente, española. Hay atletas, por ejemplo, que la han reclamado para poder insertarse en la Unión Europea, y Estados Unidos lo ha permitido”, explicó.

El martes, durante la celebración del encuentro académico, el profesor de Archivos de la Administración de Justicia en el Máster en Archivística de la Universidad Carlos III, Rafael Maldonado, trajo a la discusión su propuesta de ley de nacionalidad española reparativa para Puerto Rico, la cual, indicó, sería compatible con la retención de la ciudadanía estadounidense.

“Los adquirentes (...) podrían conservar su actual pasaporte, al que sumarían la ciudadanía de la Unión Europea y el pasaporte español”, indicó, al recordar que, en 2015, el gobierno español promulgó una ley de nacionalidad reparadora en favor de los sefardíes descendientes de los judíos expulsados en 1492.

“Si España asumió, voluntariamente, más de 500 años después, altísimos estándares morales respecto a la cuestión sefardí, parece razonable y aconsejable que acepte también responsabilidades morales en el caso de Puerto Rico. Esto no significa que otras situaciones no pudieran ser también dignas de reparación en cuanto a la nacionalidad, sino que la puertorriqueña es la más evidente”, apuntó Maldonado.

El 10 de diciembre de 1898, hace casi 126 años, se firmó el Tratado de París a través del cual España le cedió Puerto Rico a Estados Unidos y, como resultado, todos los nacidos en la isla perdieron la nacionalidad española.

La propuesta, además, recoge varias vías para adquirir la nacionalidad española durante un determinado plazo de tiempo. Una de ellas sería a favor de los descendientes de los puertorriqueños nacionales españoles en 1898 que superen un cuestionario básico sobre la Constitución y la realidad social y cultural actual de España. Mientras, aquellos que no vivan en Puerto Rico u otro país hispano deberán acreditar que dominan la lengua española.

Además, contempla una vía preferente y exceptuada de otros requisitos para los puertorriqueños que hayan colaborado activamente en la conservación y fomento de las raíces hispánicas de Puerto Rico. “El caso de los puertorriqueños es único, ya que la pérdida de la españolidad no vino acompañada de una importante contestación interna, sino que fueron despojados de su nacionalidad por meras causas externas”, sostuvo Maldonado.

Un punto que podría jugar a favor de la propuesta son las relaciones científicas, comerciales y políticas que ya mantienen los gobiernos de Estados Unidos y España, indicó, en tanto, Villanueva. Además, a su juicio, España podría resultar favorecido con un acuerdo de este tipo. “Tenemos de los mejores médicos del mundo, sin exagerarte, científicos de primer orden y, según muchos países en Latinoamérica ven con mucho gusto que puertorriqueños aporten a la vida de esos países, en España, pudiera ser lo mismo”, aseveró.

“No veo por qué Estados Unidos se vaya a oponer a que ciudadanos norteamericanos, a su vez, sean ciudadanos españoles. De hecho, el asunto sería uno del ejercicio de la soberanía de ambos países. Una cosa es que Estados Unidos lo permita y otra que España diga que sí”, señaló Villanueva.

Una posibilidad, añadió, sería el establecimiento de un tratado experimental que permita, por un período determinado, la otorgación de la ciudadanía. “Así son los tratados, se hacen por un año, cinco años, y se van encaminando y analizando si se renuevan o no”, mencionó el licenciado, quien opinó que el gobierno federal “no tiene ningún interés” en quitarles la ciudadanía americana a los puertorriqueños, “aun si hubiese un cambio de status hacia la república o la libre asociación. “Les da un privilegio de aplicarnos las leyes federales”, señaló.

Para la historiadora y escritora Silvia Álvarez Curbelo, la propuesta tiene que ser contrastada con las leyes de nacionalidad vigentes en España. “Hay muchos puertorriqueños, un número considerable, que están adquiriendo la nacionalidad española y la están adquiriendo, según lo permitido por ley, y hay unas disposiciones por ancestralidad”, dijo.

“Luego del cambio de dominio, hubo una recuperación de España, como sanitizada. Hoy en día, es una monarquía democrática, hay un cariño muy grande de los puertorriqueños”, expuso, en referencia a la relación de los boricuas con España.

No es la primera vez que trasciende públicamente este tema. En 2014, un grupo de puertorriqueños, bajo el nombre Movimiento de Reunificación con España, reclamó la anexión de Puerto Rico a ese país. Entonces, el creador del organismo, José Nieves Seise, buscaba la anulación del Tratado de París por supuestamente ser “ilegal” y que Estados Unidos “devolviera Puerto Rico a España”.