La vida de la fenecida exprisionera política Dylcia Noemí Pagán será recordada y reconocida este domingo, 14 de julio, desde las 10:00 a.m., en la funeraria Ehret, en Río Piedras, informaron su hijo Ernesto Gómez y sus nietas.

Durante el funeral, se celebrará un acto especial, programado para las 8:00 p.m. En el velatorio, se espera la asistencia de algunos de sus compañeros de lucha y también exprisioneros políticos, entre ellos, Oscar López Rivera, junto a los que la líder independentista fue arrestada, en 1980, y posteriormente condenada por “conspiración sediciosa”.

Pagán falleció el 30 de junio, a los 77 años de edad, en Carolina, a causa de una condición en sus pulmones.

Nacida en el condado del Bronx y criada en el antiguo barrio boricua de Manhattan, ambos en Nueva York, Pagán dedicó su vida a la lucha por la independencia, la organización comunitaria y la producción fílmica. Por sus vínculos con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), pasó casi dos décadas en prisión, previo a ser indultada por el expresidente Bill Clinton y liberada el 7 de septiembre de 1999.

“Soy una mujer revolucionaria… Cuando ves la realidad existencial de nuestra gente, ves las contradicciones de sobrevivencia, haces un compromiso de vida. Yo creo en la libertad de mi país”, afirmó Pagán, cuyo padre fue cadete del Partido Nacionalista durante los años de Pedro Albizu Campos, en una entrevista que está en los archivos digitales de Grand Valley State University.

De niña, Pagán fue parte del elenco del programa de televisión de NBC “Children Hour”. En la década de 1970, fue productora de documentales investigativos y programas infantiles. También fue editora en inglés de un diario bilingüe en Nueva York.

El FBI la arrestó en Evanston, Illinois, y la acusó de “conspiración sediciosa” como integrante de las FALN, a la que el gobierno federal le atribuyó más de un centenar de atentados.

Como sus compañeros de lucha, Pagán nunca reconoció la jurisdicción del gobierno de Estados Unidos y se declaró “prisionera de guerra”. Durante el juicio, se limitó a hacer una declaración inicial y otra de cierre. Nunca se le pudo vincular con algún atentado en particular.

Sin embargo, fue condenada a más de 60 años de cárcel, sumando las sentencias federal y estatal. La encarcelación le costó a Pagán la separación de su hijo Ernesto, quien la conoció cuando tenía 11 años y aún su madre estaba en prisión.

Se espera que, en el funeral, también esté presente la abogada Jan Susler, quien lideró la defensa legal de los integrantes del FALN hasta que sus sentencias fueron conmutadas y quien, posteriormente, se mantuvo cercana al grupo.

“Dylcia dio continuidad a la lucha de los nacionalistas. Junto a otros, recogió el batón de esa lucha nacionalista. Se trata de una mujer que sacrificó mucho, como mujer, incluso por tener que desprenderse de su hijo para protegerlo”, dijo Rita Zengotita, del Comité Pro Derechos Humanos de Puerto Rico y activista.

Pagán vivió el resto de su vida en Puerto Rico, al que describió como “un paraíso invadido”, sin control sobre sus decisiones. Durante el último cuarto de siglo, tuvo su residencia en Loíza.