Miguel Arcángel Rosado Almodóvar, hoy de 80 años, fue electricista de la central nuclear que estuvo en operación durante la década de 1960
Miguel Arcángel Rosado Almodóvar, hoy de 80 años, fue electricista de la central nuclear que estuvo en operación durante la década de 1960
7 de mayo de 2023 - 11:40 PM
Rincón albergó la primera central nuclear en América Latina –y octava a nivel mundial–, a través de un modelo prototípico construido, a principios de la década de 1960, por la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos y la Autoridad de Fuentes Fluviales de Puerto Rico.
Se trata del Reactor Nuclear de Agua Hirviente Sobrecalentada (BONUS, en inglés), ubicado cerca de la playa de Punta Higüero, cuyo propósito era “demostrar la producción de energía utilizando vapor sobrecalentado en un reactor nuclear”, además de medir el impacto económico de su operación en una zona de alto costo de combustible.
Allí, trabajó Miguel Arcángel Rosado Almodóvar, un electricista oriundo de Ensenada, en Guánica, quien se mudó al “Pueblo de los Bellos Atardeceres” para laborar en el proyecto, en el que estuvo por cuatro años.
“Era un grupo grande (de trabajadores) de toda la isla. Terminamos cuando la planta empezó a producir. Eso estaba controlado por la Comisión Atómica; era la que pagaba, porque era experimental”, dijo el hombre, de 80 años.
Rosado Almodóvar renunció a su trabajo para inscribirse en el servicio militar obligatorio, que lo llevó a la Guerra de Vietnam. “Yo me fui para el Ejército en el 65 y, cuando vine, ya ellos estaban liquidando pa’ cerrar. Decían que había escape. No sé. Cuando empezó a producir (corriente), fue como en el 64. Lo que pasa es que no era una permanente, sino temporero para probar. Trabajé un tiempito ahí, como era electricista de turno, pero ya había pasado la construcción y yo estaba en mantenimiento”, relató.
Rosado Almodóvar era uno de dos electricistas que cubrían los turnos diurno y nocturno, quienes tenían que pasar por una máquina especial para confirmar que estaban libres de radiactividad.
“Nosotros, pues, teníamos que estar protegidos porque había radiación; no teníamos ropa especial, lo que teníamos era un chaleco que registraba si tú cogías radiación. Cuando salíamos, teníamos que poner las manos y los pies en una máquina; si registraba que estaba activo, no te dejaban salir. Era quedarte días pa’ poderte descontaminar”, reveló.
“Para entrar en las áreas, tenía que ir alguien que tuviera un instrumento pa’ medir la radiación. Era una maquinita que el muchacho que la llevaba tenía que ir adelante. La máquina indicaba si podía pasar o no. Era bien riesgoso. Mucha gente ha muerto de cáncer de los que trabajaron ahí, bastantes, mayormente los que se quedaron trabajando… ingenieros, maestros, gente capacitada, que eran los que trabajaban en los controles”, lamentó.
Rosado Almodóvar recordó el momento en que se instaló el impresionante reactor, que pesaba 75 toneladas.
“Yo estaba trabajando en el ‘control room’, con los que trabajaban en soldadura. Era una bola redonda. Al principio, antes de empezar a producir corriente, metieron el reactor, que pesaba 75 toneladas. Cuando llegó ese reactor allí, trabajamos dos días pa’ meter ese reactor en el hueco, porque allí estaban las placas de uranio, que eran las que producían la corriente. Entonces, la metían a presión”, explicó.
“Eso estaba dos o tres días con compresores, tirando aire, a ver si había alguna filtración en el carapacho. Yo nunca encontré ninguna. Y después, era una torre de enfriamiento que cogía agua del mar. Tenía un canal que halaba el agua y la devolvía al mar. Tiraba todo eso contaminado al mar; esa agua entraba al área de enfriamiento, a las turbinas. Venía gente de Estados Unidos que han estudiado eso, estaban mirando y tenían una piscina como de 100 pies, para cuando sacaran la barra de uranio”, apuntó.
Durante su relato, admitió que “yo nunca estuve cerca (del reactor), no lo permitían, a menos que la grúa se dañara que, entonces, nos llamaban”.
Rosado Almodóvar regresó de Vietnam en 1967, justo cuando “estaban recogiendo para cerrar la planta”.
La planta nuclear cesó operaciones en verano de 1968 y su reactor fue decomisado por la Autoridad de Fuentes Fluviales entre 1969 y 1970, de acuerdo con la información ofrecida por el Departamento de Energía de Estados Unidos. La instalación fue ingresada al Registro Nacional de Lugares Históricos en 2007 y, actualmente, es el Museo Tecnológico Dr. Modesto Iriarte Beauchamp.
“Esa gente lo que tiraron fue cemento pa’ tapar. El combustible que usaban que era el uranio, le salía muy caro. Las barras esas le salían muy caras y por eso cerraron. Eso dicen, pero puede que sea por otras razones. Uno no sabe”, puntualizó.
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