Juan Alberto Rabassa Laboy lleva más de una década en su puesto de Lotería, y disfruta los momentos de esparcimiento que le regala su oficio
Juan Alberto Rabassa Laboy lleva más de una década en su puesto de Lotería, y disfruta los momentos de esparcimiento que le regala su oficio
25 de mayo de 2023 - 5:05 PM
“El billetero no vino. ¿Qué le paso? ¿Está enfermo?”. El día en que Juan Alberto Rabassa Laboy, conocido por sus allegados como Kiko, el billetero, no llega a su espacio habitual frente a Vieques Café, en Patillas, la gente lo extraña de inmediato.
No es una reacción que sorprenda, pues el billetero de 69 años lleva una década allí repartiendo suerte a sus compueblanos.
Rabassa Laboy dedicó gran parte de su vida a ser chofer, pero una lesión en la espalda lo obligó a suspender esas labores.
“Yo era chofer de vehículos pesados, me lesioné la espalda, me jubilaron, y estaba enzorraʾo en casa y, como mi mamá (Providencia Laboy) vendía billetes, me interesé en vender, y hasta el sol de hoy”, relató tras destacar que su madre era “como una agente que entregaba los billetes a la gente”.
“Los billetes son un resuelve para uno, yo tengo mi seguro social, pero las ganancias de los billetes son un resuelve para uno poder pagar la luz, el agua, el cable. Es algo bueno”, afirmó el sexagenario.
Además de brindarle un ingreso alterno, su faena como billetero le permite a Kiko socializar con la gente del pueblo.
“Desde que soy billetero, mi vida ha cambiado bastante porque, si me quedo sin hacer nada, lo que voy a estar es en casa con la doña viendo películas y abriendo la nevera. Pero, como vendo billetes, me voy de las 6:30 de la mañana, y allí van los amigos, hacemos chistes, vacilamos, y estamos allí hasta las 12:30 p.m., que termino. El día que no voy, me echan de menos y dicen: ‘El billetero no vino. ¿Qué le paso? ¿Está enfermo?’. Gracias a Dios, tengo una buena clientela y unos buenos amigos allí para compartir un rato”, confesó el vendedor.
Afirmó que, a lo largo de sus años como billetero, ha vendido premios que le han dado momentos de alegría.
“Mayormente, la gente a la que le he vendido premios, pues lo necesita. Ya yo he vendido un primer premio, que es de 250,000 pesos, el segundo premio, que son $45,000 y el tercer premio, que son $20,000. Además, hay chivitos que se pegan, así que salen en la lista con $600, $1,200 y $5,000. Así, de vez en cuando, la gente se pega y me alegra”, afirmó el patillense.
“Yo soy bien sincero, si la persona se pega y me quiere dar algo, pues, pero eso no es una obligación de que me tiene que dar tanto. Lo que me dé, bien recibido será porque no los tenía en las manos. Eso es un resuelve que también le dan a uno. Cuando vienen, me dicen: ‘Toma, Kiko, esto es tuyo, me cayó tal premio’. Yo lo recibo, pero no es que lo espero”, manifestó.
Cada semana, Kiko cuenta con un número fijo de clientes que esperan sus billetes fielmente, y dice tener clientela de todas las clases sociales que buscan ver si la suerte les sorprende.
“Tengo como 80 clientes fijos, tengo esos 80 billetes ajustaʾo, que ya la gente los viene a buscar los martes o miércoles, y están comprometidos. Pero vendo 225 billetes a la semana. A mí, me juega mucha gente, pobres, ricos, el que necesita. Gracias a Dios, tengo esa dicha de que me compra todo el mundo”, mencionó el hombre, que es reconocido en su pueblo porque lleva 35 años como encargado de la propiedad del equipo de los Leones de Patillas en la pelota Doble A.
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