La Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés) concluyó que la cogeneradora AES Puerto Rico incumplió, a lo largo de los pasados años, con el monitoreo de pozos de agua subterránea en sus instalaciones en Guayama, en informarle “oportunamente” los resultados de los estudios de calidad en estos sistemas y en notificar a la ciudadanía de los hallazgos en torno al exceso de sustancias tóxicas identificadas, producto de la producción de energía a base de carbón.

A raíz de estas conclusiones, la EPA anunció este jueves, en un comunicado de prensa, que llegó a un acuerdo con AES, que deberá pagar una multa de $71,845, así como cumplir con los estándares de monitoreo de calidad de aguas subterráneas y la presentación de informes sobre la pila de cenizas de carbón derivada de sus operaciones.

“Todas las personas merecen igual protección bajo el marco legal ambiental, y la EPA trabaja para asegurar dicha protección a las comunidades afectadas por la instalación de AES en Puerto Rico”, expresó la administradora de la Región 2 de la EPA, Lisa García.

“Además de las medidas tomadas para asegurar el cumplimiento de la reglamentación de cenizas de carbón, la EPA se mantiene evaluando esta instalación para garantizar la seguridad de la comunidad, y el cumplimiento de la ley”, agregó la funcionaria, en el parte de prensa.

No fue posible obtener, de inmediato, comentarios de AES Puerto Rico.

Tan reciente como en agosto, la EPA había multado a AES por otros $3.1 millones, como parte de un acuerdo por violaciones a la Ley Federal de Aire Limpio. En ese caso, la EPA descubrió que la empresa no monitoreaba adecuadamente las emisiones de mercurio, partículas y ácido clorhídrico, y que no informaba adecuadamente las emisiones de mercurio como se requería.

En esta ocasión, la dependencia del gobierno estadounidense enumeró tres incumplimientos de parte de AES con la Ley Federal de Conservación y Recuperación de Recursos: no informar oportunamente los resultados de los análisis estadísticos de los datos de monitoreo de aguas subterráneas, no notificar al público sobre excedencias significativas sobre las normas de protección de aguas subterráneas en su sitio web y no monitorear ciertos pozos de agua subterránea, al menos, dos veces al año.

El acuerdo requiere que AES evalúe mejor la contaminación de las aguas subterráneas asociada a la pila de cenizas de carbón en sus instalaciones mediante mejoras a su programa de monitoreo. Además, AES debe monitorear dos veces al año desde nueve pozos adicionales que instaló en 2019, incluido el muestreo y análisis de contaminantes de agua subterránea en siete de esos pozos y la medición de las elevaciones de agua subterránea en los nueve.

Más allá de divulgar al público los datos obtenidos del monitoreo, AES tendrá que determinar si se requieren pozos adicionales fuera de sus instalaciones, localizadas en el barrio Jobos de Guayama, así como enmendar sus informes de 2017 a 2022 y notificar, de forma retroactiva, aquellos elementos contaminantes cuya presencia haya excedido los parámetros de las normas de protección de aguas subterráneas.

Según la EPA, las cenizas que produce la quema de carbón para generación eléctrica –una actividad que no estuvo regulada a nivel federal hasta 2015– producen un gran flujo de residuos industriales que contienen ciertos contaminantes que se conoce causan cáncer y otros efectos graves a la salud. Sin las medidas adecuadas, las cenizas pueden contaminar cuerpos de agua superficial y subterráneos –incluyendo agua potable–, así como el aire.