Antionette Aquino comió su plato pacientemente y prevé que serán sus únicos alimentos en el día, pues, desde hace dos meses, vive en las calles con su esposo
Antionette Aquino comió su plato pacientemente y prevé que serán sus únicos alimentos en el día, pues, desde hace dos meses, vive en las calles con su esposo
27 de noviembre de 2024 - 3:57 PM
Es cerca del mediodía, y el aroma del exquisito almuerzo de Acción de Gracias se funde con “El Cardenalito” que suena en las bocinas de La Fondita de Jesús, en Santurce.
A la vez, se escuchan las risas de los participantes –en su mayoría, adultos mayores–, quienes se entretienen con juegos de mesa, mientras aguardan por su plato de arroz con gandules, pavo, ensalada de coditos y, de postre, flan.
Antionette Aquino, de 49 años, comió su almuerzo pacientemente. Esos alimentos que le ofreció la longeva organización son los únicos que tendrá en el día, pues, desde hace dos meses, vive en las calles con su esposo.
“Tuve mi negocio en Río Piedras. Mi esposo estaba trabajando conmigo. Cuando pasó (el huracán) María (en 2017), lo perdimos todo. Tuvimos que ir a afuera para (tener) ayuda de la familia de allá. Su abuelita se puso mal hace dos meses y medio, y tuvimos que volver acá, a cuidar de ella”, indicó la mujer, quien nació en Bayamón, pero se crio entre Puerto Rico y Estados Unidos.
Aunque la abuela de su esposo tiene una casita que le proveyó el Departamento de la Familia, solo puede vivirla ella. Ante eso, el matrimonio recibe comida de La Fondita, donde también puede asearse y le ayudan a buscar empleo, así como a gestionar su plan médico y los “cupones”.
Esta es la segunda vez que Aquino participa de la actividad. También estuvo en 2005, pero como voluntaria. “Ahora, estoy aquí consiguiendo ayuda”, expresó.
Aquino fue una de las decenas de personas sin hogar que acudieron este miércoles a la trigésima octava edición del tradicional almuerzo de Acción de Gracias. La Fondita de Jesús, con el auspicio de la empresa SC Johnson, repartió 250 platos entre quienes pudieron llegar a la sede de la organización y los que entregaron directamente en la comunidad.
Josué Maysonet, director ejecutivo de La Fondita, destacó que, con la actividad, buscan crear un “ambiente seguro”, en el que las personas en condición de calle sientan a la organización como “su hogar”.
Además, consideró que es una ocasión especial para que los participantes de los diversos programas de La Fondita internalicen “que no están solos, que la Fondita de Jesús los va a acompañar en cada uno de sus pasos, en sus procesos, que se van a identificar esas necesidades y se les va a proveer ese hogar que tanto desean. Pero, sobre todo, que tienen una familia aquí, en La Fondita de Jesús, que son nuestros hermanos, que son para nosotros esa razón de ser”.
Igualmente, destacó que la actividad es un llamado a la colaboración para atender con eficacia las necesidades del sinhogarismo en Puerto Rico, una situación que muchas personas experimentan por primera vez por los altos costos de vivienda, las situaciones de violencia doméstica y la crisis económica.
José Santa, de 44 años, sabe de primera mano que cualquier persona está en riesgo del sinhogarismo. En su caso, fue por las secuelas que vivió por un asalto que sufrió, al salir de su trabajo.
“Vine a La Fondita para volver a caer en lo que yo era antes, porque la situación que yo tuve no me dejaba ni salir de casa. Llegué aquí, empecé a coger tratamiento y me ayudaron con todas las herramientas. En el transcurso, técnicamente, como no estaba trabajando, la renta se empieza a acumular y ahí fue que ellos me ayudaron con la vivienda”, verbalizó Santa, quien, en sus días libres, es voluntario en el centro que le ayudó a retomar su vida.
Maysonet señaló, en tanto, que hay cuatro poblaciones, con particularidades diversas, en las que el sinhogarismo está en crecimiento: adultos mayores de 55 años –quienes ya componen el 60% de los participantes de La Fondita–, jóvenes universitarios, mujeres sobrevivientes de violencia de género y familias con menores.
Para este último grupo, la entidad lanzó, en enero, el programa Familias de La Fondita, que busca mantener a las familias unidas en un techo seguro, pues la separación por situaciones que no están en su control podría conllevar secuelas en la salud física y mental de los componentes de esos núcleos.
“Estamos recibiendo 20 referidos mensuales. Muchas veces, son ellos mismos que llegan a nuestras facilidades con cartas de desahucio, cartas de desalojo, que hoy pagan $400 de renta y se lo aumentaron a $800″, detalló Maysonet, al especificar que son principalmente jefas de familia “que tienen que decidir, todos los días, si comen o pagan la renta”.
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