La entidad también sirve como enlace para la rehabilitación de las personas adictas a las drogas
La entidad también sirve como enlace para la rehabilitación de las personas adictas a las drogas
15 de noviembre de 2021 - 11:40 PM
Manatí - Yaritza Rivera Cruzado siempre sintió un llamado a trabajar por el prójimo. Dio sus primeros pasos como misionera fuera de la isla, pero quería impactar vidas en las calles de su país, donde cada vez veía más personas sin hogar como consecuencia de la adicción a las drogas.
Fue así como en 2011 decidió estudiar formalmente un grado asociado en Misiones en la Universidad Pentecostal Mizpa y, como parte de su práctica, creó la Fundación Yo Puedo, que brinda alimentos a personas sin hogar y sirve como enlace para la rehabilitación.
“Mientras hacía la práctica, empecé a orarle al Señor para que me mostrara dónde Él me quería haciendo el trabajo. Entonces, para marzo de ese año, durante la Semana Santa me dio la inquietud de ir a hacer compra y salir a la calle ese fin de semana (a repartir la comida)”, relató Rivera Cruzado, quien ese día llegó a la casa de su madre a contarle sobre su idea y esta se lanzó con ella en la misión que ha durado 10 años.
La Fundación Yo Puedo entrega unas 60 cenas calientes todos los miércoles a las 5:00 p.m. en la calle Vending, como parte de su proyecto “Comida única”, que se sostiene mediante donativos. Los alimentos son preparados, principalmente, por la madre de Rivera Cruzado. En algunas ocasiones, compañías de “catering” donan sus servicios y productos, o voluntarios de la fundación y de la comunidad colaboran con la causa.
“Posiblemente, es lo único que comen ese día… Nuestro propósito es llevarles comida a los muchachos, pero no simplemente eso, (sino) tratar de sacarlos del vicio de las drogas. Lograr que alguien esté rehabilitado es nuestra misión”, añadió la manatieña, quien ha sido testigo de esa transformación en la vida de, al menos, cuatro de los participantes del programa.
Los servicios que ofrece la organización sin fines de lucro se han ido diversificando. Por ejemplo, tienen el “Proyecto Dunamis”, mediante el que identifican familias o personas que viven en extrema necesidad y les ayudan a reconstruir su hogar; “Comunidad”, para dar talleres enfocados en temas de autoestima, valores, respeto, higiene y prevención de violencia, entre otros; “Tinaja”, que trabaja en la creación de un almacén de alimentos no perecederos, ropa y artículos de higiene para personas son hogar; y “Piezas”, para llevar orientación a estudiantes sobre el uso de sustancias controladas y sus consecuencias.
El próximo paso para la fundación sería poder agrandar su sede para multiplicar sus servicios y crear un hogar de rehabilitación.
“Yo vivo por esto, me apasiona. Pienso que fue un don que Dios me dio… que fui escogida para hacerlo. Mi mamá y yo, los miércoles, cuando estamos sirviendo comida, decimos que nos sentimos como si fuera el primer día. Y sí, hay cansancio, hay veces que uno dice: ‘¿Por qué yo hago esto?’. Pero nos sacudimos y seguimos. Y puedo ver en mi día a día, que el Señor recompensa a uno”, concluyó Rivera Cruzado, quien también realiza una importante labor social como empleada en un hospicio.
Para participar como voluntario en la Fundación Yo Puedo o si desea hacer algún donativo, llame al (787) 696-2577.
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