Tan pronto como el 9 de agosto, cuando lo que luego se convirtió en el huracán Ernesto era apenas un disturbio con potencial ciclónico en el Atlántico, la Línea PAS de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca) comenzó a recibir llamadas relacionadas con la amenaza atmosférica.

Desde entonces, y al menos hasta este jueves, la línea de apoyo en emergencias no ha parado de recibir llamadas asociadas a los efectos del sistema tropical que impactó a la isla la semana pasada como una tormenta y que todavía mantiene a oscuras a un número indeterminado de personas en diversos municipios.

“Sabemos que todos los eventos son diferentes y que todos reaccionamos de diferentes formas, pero no había caído una gota de agua y ya las personas empezaron a manifestar diferentes reacciones ante el impacto. Ellos empezaron a recordar eventos anteriores, y eso le provocó dolor, ansiedad, estrés, impotencia e inseguridad”, comentó la doctora Monserrate Allende, coordinadora de la Línea PAS de Assmca.

Del 9 de agosto al 22 de agosto, la Línea PAS registró 23,807 llamadas, entre ellas, 7,388 relacionadas con la tormenta tropical Ernesto, y 501 intervenciones por el chat virtual de la agencia. El 14 de agosto –cuando la isla experimentó con más intensidad el impacto del ciclón– fue el día con más intervenciones, entre la línea telefónica y el chat, con 3,077.

Ante este escenario, especialistas en conducta humana señalaron los efectos que ha tenido la secuencia de emergencias atmosféricas en el manejo de emociones del país y compartieron con El Nuevo Día herramientas para cuidar la salud mental y apostar a la solidaridad comunitaria como medio para prevenir la violencia.

“La salud mental es el estado de equilibrio que debe existir en cada persona. Las respuestas son diversas, y es la historia que usted ha vivido y los recursos que tiene, tanto familiares, sociales, económicos, los que, en efecto, van a incidir en cómo usted responda”, enfatizó la psicóloga clínica Amarillys Muñoz Colón, catedrática jubilada del Departamento de Psicología del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

La investigadora enfatizó que los huracanes Irma y María, en 2017; los terremotos al sur del país, en enero de 2020; la pandemia de COVID-19, declarada dos meses después; el huracán Fiona, en 2022; entre otras emergencias, han producido “un sentido de alerta” en la ciudadanía.

“Esa secuencia de asuntos amenazadores nos produjo pérdidas de personas, trabajos, casas, y eso exacerba un significante central en la vida de todos, que es la incertidumbre”, subrayó la profesora Muñoz Colón, también parte del Instituto de Investigación Violencia y Complejidad de la UPR.

La mañana del jueves, un hombre presuntamente disparó contra un vehículo no rotulado de LUMA Energy, en Luquillo, en momentos en que brigadas de empleados y contratistas laboraban en el lugar. Ante ese incidente, los entrevistados enfatizaron que la violencia no es la salida, e hicieron un llamado a canalizar las emociones de otras maneras.

“Esos trabajadores de LUMA, realmente, nos estaban tratando de ayudar... Ese mensaje hay que llevarlo. Aunque tengamos coraje con LUMA, mejor hacemos una protesta frente al (drama) humano, pero no podemos atacarnos. Tenemos que reconocer los esfuerzos que hacen todos los trabajadores”, subrayó Muñoz Colón.

Al mismo tiempo, planteó que la fuga de profesionales de la conducta humana también ha limitado el acceso a servicios para atender trastornos de salud mental, entre otras condiciones que se exacerban en escenarios de emergencia en el país.

De acuerdo con la doctora Muñoz Colón, la falta de estabilidad en los servicios esenciales, como la energía eléctrica, el agua, vivienda, entre otros, afecta, igualmente, el proceso de recuperación de las crisis secuenciales y podría activar el estrés postraumático (PTSD, en inglés).

Allende, de la Línea PAS, coincidió en que cuando se anuncia un evento “del que no se tiene control”, la mente comienza a recordar lo vivido en otras experiencias traumáticas. “Guardamos todos los recuerdos, y tenemos lo que es memoria emocional, donde están esos sentimientos asociados por eventos o traumas anteriores y provoca, entonces, en el sobreviviente, cambios en pensamientos, sentimientos y conductas”, explicó.

“Hay mucha gente que ha sufrido y sobrevivido a tantos eventos, pero no han sanado. Cuando hablamos de crisis, nos referimos a ese periodo de descontrol total y desbarajuste que nos incapacita, y las herramientas que utilizamos día a día para resolver conflictos, cuando uno está en crisis, no funcionan. Uno necesita ayuda externa”, insistió la funcionaria.

Según las expertas, algunas personas responden de inmediato, mientras que otras experimentan reacciones tardías, que aparecen meses después. El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos establece que cualquier persona puede tener trastorno de estrés postraumático, no importa la edad.

Nelson López Santiago, líder regional de Salud Mental en Desastres de la Cruz Roja Americana-Capítulo de Puerto Rico, sostuvo que el aumento en los niveles de estrés durante las emergencias también afecta los patrones de sueño, que trae consigo otras complicaciones.

“Si dilatamos el proceso (de buscar ayuda) más de dos semanas, podemos tener unos efectos más duraderos y se puede dar el estrés postraumático. (…) Si tiene dolor de cabeza, no puede dormir, no puede descansar, busque a su médico. No deje que pasen más de dos semanas con estas necesidades y preocupaciones porque, mientras más tarde busque la ayuda, el proceso de recuperación es peor”, recalcó el trabajador social de Vega Baja.

La Cruz Roja documentó sobre 40,800 servicios de salud y salud mental durante el huracán María y más de 11,500 intervenciones en los terremotos de 2020. Durante el huracán Fiona, dos años después, se ofrecieron más de 280. En el año fiscal pasado –del 1 de julio de 2023 al 30 de junio de 2024–, la entidad sin fines de lucro ofreció 159 servicios, específicamente, de salud mental.

“Siempre se identifican necesidades o pueblos con recursos limitados por los factores de riesgo que pudieran enfrentar, como falta de transportación. Tratamos de guiarlos en ese apoyo emocional y los referimos de necesitar más ayuda con los servicios del Departamento de Salud”, compartió el voluntario.

Muñoz Colón indicó, entretanto, que existen múltiples elementos estructurales de los medios de comunicación que inciden también en el manejo de emociones, e instó a tener cuidado a la sobreexposición de noticias negativas.

“El cambio climático nos ha hecho estar en continua búsqueda de información de los desastres que ocurren, no solamente en Puerto Rico, sino en el mundo. Inmediatamente, ocurre una identificación vicaria con las tragedias, sobre todo, en una pequeña isla, en la que, en los últimos años, hemos padecido una secuencia de emergencias”, comentó.

La “identificación vicaria”, explicó, se refiere a “cuando hacemos nuestro el dolor, el miedo y las amenazas de otro”. “Nos adjudicamos los padecimientos y amenazas solo por verlas a través de los medios o la información que sale en las redes sociales”, abundó.

“Estamos con trauma continuo, y es bien importante que la gente llame (a la Línea PAS), porque aquí se le va a brindar el espacio para que puedan expresar lo que sienten. Vamos a trabajar con ese ser humano para darle herramientas, estabilizar y disminuir esos estresores”, insistió, por su parte, la doctora Allende.

Allende recomendó, además, prepararse emocionalmente para una emergencia durante la temporada de huracanes y no esperar que pase el desastre. “Según hacemos el plan de contingencia, que si las ventanas, las cisternas, así debemos preparar un plan emocional para la emergencia. A mayor información, menos daño emocional tiene ese ser humano”, aseguró.

De otra parte, López Santiago insistió en la necesidad de identificar, previo a la llegada de un evento atmosférico, las estrategias de comunicación que pueden emplearse, como llamadas telefónicas, mensajes de texto y redes, durante una emergencia, para mantenerse conectados con las personas que vivan solas, muchas de ellas, adultos mayores.

“Es fundamental establecer una red de apoyo. Mirar quiénes son esas personas de confianza de mi familia, amigos, vecinos, al cual yo le puedo contar mis preocupaciones y emociones. Es muy importante que el individuo fomente a sus seres queridos, familia y vecinos que nunca tengan miedo en pedir ayuda cuando lo necesiten”, insistió.

Respecto a las labores de respuesta a la emergencia, dijo que los primeros respondedores también deben adiestrarse en temas de salud mental para proveer un apoyo centrado en el trauma que viven los sobrevivientes. Compartió que, por ejemplo, la Cruz Roja capacita a los voluntarios con cursos de primeros auxilios psicológicos, lo que entiende podrían emular otras organizaciones y gobiernos municipales que intervengan con personas en crisis.

Al mismo tiempo, Muñoz Colón invitó al gobierno a “buscar iniciativas creativas para permitir y fomentar que los ciudadanos se autogestionen”.

“El que las agencias gubernamentales secuestren las acciones y el dinero que tienen para, desde allí, impartir todo, eso ya está desprestigiado porque no funciona. Pienso que se debe empezar a trabajar para que, en las escuelas, los padres, familias, vecinos puedan crear proyectos para mejorar, ayudar en las situaciones que va a enfrentar la comunidad”, puntualizó la catedrática de la UPR.

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Existen varias medidas que se pueden tomar para contribuir a la recuperación del bienestar emocional y del sentido de control luego de un desastre u otra experiencia traumática, como las siguientes:

En la isla, hay varias organizaciones que pueden ayudar, ya sea a través del teléfono o virtualmente:

- Asociación de Psicología de Puerto Rico ofrece una herramienta, libre de costo, con grupos de apoyo virtuales. Para más información, puedes llamar al 787-751-7100 y el 787-922-7685. También puedes enviar un mensaje a: info@asppr.net

- Línea PAS Assmca – 1-800-981-0023 / 988

- Fundación Prevención del Suicidio – 787-749-8270

- Línea de Crisis Hospital Panamericano – 1-800-981-1218

- INSPIRA (Línea de consulta en crisis) – 787-644-0559 / 787-448-5651

- Hospital San Juan Capestrano - 1-888-967-4357

- Suicide Prevention Lifeline, Red Nacional - 1-800-784-2432 / 1-888-628-9454

- Línea de emergencia para veteranos – 1-866-712-4822 / 787-622-4822

- Línea de Orientación y Apoyo familiar (Departamento de la Familia) – 787-977-8022 / 1-888-359-7777

- Llama directamente a tu plan médico para orientarte sobre dónde buscar ayuda o sobre medicamentos.

- Llama a la farmacia donde normalmente compras los medicamentos para saber si dan el servicio de llevarlos a tu casa o el horario del servicarro para recoger tus medicinas.

-Sistema de Emergencias 911 - Si se trata de una emergencia que ponga en peligro tu vida o la de los tuyos.

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La periodista Shakira Vargas Rodríguez colaboró en esta historia.