Durante los pasados 40 años, este proyecto de silvicultura sostenible ha servido de espacio para voluntarios de todas partes del mundo interesados en cuidar y disfrutar del bosque
Durante los pasados 40 años, este proyecto de silvicultura sostenible ha servido de espacio para voluntarios de todas partes del mundo interesados en cuidar y disfrutar del bosque
23 de mayo de 2023 - 7:46 PM
Las montañas que colindan con el Bosque Estatal Carite de Patillas esconden en sus entrañas un proyecto de silvicultura sostenible llamado Las Casas de la Selva, un espacio donde voluntarios de todas partes del mundo se unen para cultivar árboles, cuidar y disfrutar del bosque, mientras realizan investigaciones ecológicas que buscan demostrar que se puede aprovechar la producción de madera en nuestros bosques sin afectar la sostenibilidad de la selva tropical.
Durante los pasados 40 años, este espacio –que comprende unos 1,000 acres de terreno–, ubicado en el barrio Real, sector Miraflores, en Patillas, ha sido un taller de investigación ecológico para Tropic Ventures Research & Education Foundation, organización sin fines de lucro que busca fomentar la protección y el manejo sostenible de los bosques tropicales secundarios, tanto en el Caribe como a nivel mundial.
Sin embargo, este proyecto nació mucho antes, pues en la década del 80 una expedición por el Amazonas alertó a la tripulación del Instituto Ecotécnico de Nuevo México, de la tala ilegal y la deforestación en esa selva tropical. Entonces, la entidad comenzó un movimiento de investigación en varias partes del mundo e incluyeron a Puerto Rico como una de las sedes.
“Como resultado de esa expedición en el Amazonas, el Instituto Ecotécnico regresa a Puerto Rico, que era el puerto de origen de esa expedición, y decidieron iniciar un proyecto de silvicultura sostenible”, explicó Thrity “3T” Vakil, presidenta de Tropic Ventures Research & Education Foundation, quien es originaria de Kenia, África, y fue parte de expediciones del Instituto Ecotécnico en el buque de investigación Heraclitus, para la década del 90.
En el año 2000, Vakil puso sus pies en Patillas y, desde entonces, ha sido responsable de dirigir Las Casas de la Selva y de plantar personalmente cerca de 5,000 árboles de madera dura, tanto nativos como exóticos. Entre las especies se destacan: swietenia x aubrevilleana, manilkara bidentata, hibiscus elatus y varias maderas duras endémicas raras como: simarouba tulae, cornutia obovata y styrax portoricensis.
Las Casas de la Selva promueve y aplica la silvicultura sostenible como método para aprovechar la producción de esa madera y, a su vez, lograr “un crecimiento forestal saludable”.
Este proyecto cuenta con el apoyo del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y el Servicio Forestal de Estados Unidos, entidades que han cooperado suministrando plántulas, cubriendo parcialmente los costos de plantación y brindando asesoramiento general para fomentar el desarrollo de la producción de madera en los bosques de la isla.
“Las Casas de la Selva está registrado como Bosque Auxiliar por el DRNA y se desarrolló un Plan de Manejo Forestal Responsable Sostenible para el uso y conservación, a largo plazo, del área de Las Casas de la Selva. El proyecto de plantación de árboles fue diseñado para probar la eficacia del enriquecimiento de la plantación en línea en la zona de vida del bosque húmedo, como un medio dual de proporcionar retorno económico y protección de los recursos biológicos naturales”, dijo la investigadora.
“Esa tierra es una zona natural valiosa, ya que colinda con el Bosque Estatal Carite y, por lo tanto, expande la continuidad del rico hábitat forestal… Si se logran beneficios económicos valiosos a partir de los esfuerzos de plantación de líneas, Las Casas de la Selva proporcionará un modelo para futuras iniciativas forestales sostenibles en el manejo de bosques secundarios”, afirmó Vakil, quien ha trabajado en operaciones de plantación e identificación de árboles, cosecha selectiva, aserrado y secado de madera.
“No hay otros proyectos forestales sostenibles en el Caribe, una región del mundo donde crecen árboles de madera dura. Puerto Rico tiene una industria maderera esperando a nacer”, resaltó.
Las Casas de la Selva también cuenta con un aserradero donde trabajan la madera que obtienen del bosque, y crean piezas como mesas, juegos de comedor, entre otros productos.
El espacio ha servido como un proyecto enlace que integra voluntarios de todas partes del mundo.
“El proyecto recibe equipos de jóvenes y estudiantes universitarios para la inmersión en tareas relacionadas con los objetivos del proyecto, como la plantación de árboles, trabajos de vivero, entre otras tareas. También contamos con espacios limitados en donde estamos abiertos al público general por medio de citas”, sostuvo la presidenta de la organización, a quien le asiste un equipo de trabajo formado por Magha García, Andrés Rúa, Raquel Torres e Ingrid Datica.
Las Casas de la Selva también abre las puertas al turismo, ya que cuenta con una habitación en medio del bosque que está disponible para personas que no están interesadas en el voluntariado, pero sí en disfrutar de las bellezas de este espacio natural.
Quienes deseen conocer más acerca del proyecto pueden acceder la página web: www.eyeontherainforest.org y aquellos que deseen alojarse en su cabaña, pueden conseguirlos a través de la plataforma de Airbnb.
Las noticias explicadas de forma sencilla y directa para entender lo más importante del día.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: