La Cooperativa Hidroeléctrica de la Montaña, en Utuado, avanza en sus objetivos de desarrollar proyectos para aliviar la crisis energética de la zona montañosa, al recibir tres subvenciones de los departamentos de Energía (DOE, en inglés) y de Agricultura (USDA, en inglés) de Estados Unidos.

La entidad comunitaria -que pretende retomar el control y operación de las hidroeléctricas Dos Bocas y Caonillas e instalar microrredes en Utuado, Jayuya, Adjuntas y Lares- nació tras la emergencia provocada por el huracán María, ya que en esa región hubo sectores que carecieron del servicio eléctrico por un año.

Ahora, tras el paso del huracán Fiona, la urgencia de los proyectos en agenda cobró mayor relevancia, pues aunque el daño no fue de la magnitud de hace cinco años, estuvieron sin electricidad, a pesar de tener el recurso cercano a sus hogares.

“Es un proyecto de la población de los cuatro municipios, donde nosotros recuperamos los bienes esenciales. Si nosotros podemos hacernos cargo de eso, estamos recuperando las hidroeléctricas que eran nuestras, y las vamos a controlar porque las vamos a operar”, sostuvo la médico utuadeña Diana de la Paz González.

“Entendemos que nos deben dar la oportunidad porque, en este país, se habla siempre de la importancia del apoderamiento comunitario, de la importancia de dejar el dinero que se genere en Puerto Rico para mejorar la economía local y nuestra economía a nivel estatal. Sin embargo, no hay unas acciones prospectivas hacia eso”, subrayó la mujer de 64 años.

C.P. Smith, de madre utuadeña y director ejecutivo de la cooperativa, explicó que las subvenciones otorgadas por el DOE y el USDA, en conjunto, se acercan al millón de dólares, en fondos y asesoría técnica.

“La (subvención) de Agricultura consiste en ayudarnos a desarrollar 17 programas para acelerar la madurez de la cooperativa, a través de manuales, que incluye operaciones y mantenimiento, instalación, programas de seguridad física y cibernética, entre otras, que serán traducidos de inglés a español”, dijo, al precisar que el monto de la ayuda es de $167,000.

“El Departamento de Energía de Estados Unidos nos dio un premio de $200,000 para desarrollar perfiles de consumo de energía para los diferentes tipos de negocios que hay en la montaña. Con eso, estamos midiendo si podemos acelerar el desarrollo de proyectos de energía a través de un sistema fotovoltaico que cubra las necesidades de los comercios sin tener que hacer un estudio individual”, resaltó.

Smith comentó que la otra subvención del DOE no es monetaria, pero “provee asistencia técnica”, cuyo costo estimó en $250,000. “Son servicios prestados de los laboratorios nacionales y otros servicios que ellos contratan”, enfatizó.

A pesar de esos adelantos, el proceso para recuperar las hidroeléctricas está detenido a nivel local desde 2019, aun con el respaldo el gobierno federal.

“Todavía, no se ha podido concretar por las Alianzas Público Privadas (APP) y la Autoridad de Energía Eléctrica. Ellos hicieron una petición, para el 2019, para hacer una cualificación, y la Cooperativa Hidroeléctrica es cualificada y seleccionada entre otras compañías privadas para trabajar el proyecto de Hidroenergía Renace, pero está paralizado desde 2019″, denunció De la Paz González.

En la página electrónica de la Autoridad para las APP, se consigna que, en 2019, se publicó la solicitud de cualificaciones para el proyecto de revitalización de las plantas hidroeléctricas, pero no aparecen etapas subsiguientes. La iniciativa tampoco figura entre los proyectos prioritarios que destaca la entidad pública.

Aida Iris Santiago Moreno, una maestra jubilada que se unió al esfuerzo de la Cooperativa Hidroeléctrica de la Montaña, resaltó que el Laboratorio de Energía Nacional de Idaho ha hecho estudios de viabilidad sobre este proyecto, que también beneficiaría económicamente a la ciudadanía.

“Al estar operando la cooperativa en sus diversos proyectos, va a traer más empleos. Probablemente, vienen industrias, y la economía en estos pueblos se va a mover y va a permitir que la población joven se quede en nuestro país y aporte. Hay el conocimiento científico para trabajar dentro de la cooperativa y permitir el desarrollo económico”, afirmó.

Una de las prioridades es generar empleo en los cuatro pueblos de la zona central, donde el ingreso promedio familiar es de $14,435 al año.

“Lo que necesitamos es que podamos realmente hacernos cargo porque, una vez lo tengamos, vamos a reclutar todos los profesionales necesarios que van a ser puertorriqueños de estos cuatro pueblos, preferiblemente, porque queremos que no solamente esta cooperativa responda y sea comunitaria, sino que apoye el que los empleados sean locales”, apuntó De la Paz González.

Al enterarse de los planes, muchos utuadeños que vivieron cuando las hidroeléctricas operaban vieron con buenos ojos la propuesta de sus compueblanos.

“El gobierno demostró que no puede administrar el recurso, es lamentable. Esto tiene que volver a quien lo pueda administrar, que sería la gente de las mismas comunidades. Es la democratización de nuestros recursos porque el pueblo es el dueño, lo opera, lo controla y toma las decisiones”, concluyó De la Paz González.