Lo que una vez fue una elegante residencia de dos pisos en la calle Damasco en la primera sección de Levittown, en Toa Baja, se convirtió hace tres años en un hospitalillo para drogadictos y deambulantes, situación que tiene algunos de vecinos al borde de un colapso.
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Martirio de vivir junto a una casa abandonada
Residentes comparten esta odisea que no sólo les roba la paz, sino que baja el valor de sus propiedades
Nota de archivo
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