Bayamón - Los puertorriqueños Víctor Labarca y Luis Rivera Pérez, veteranos de la Guerra de Corea, fueron reconocidos este viernes por el cónsul de Corea del Sur, Sangpyo Suh, ocasión que aprovecharon para recordar la unión que enlazó a ambos países desde entonces.

“En 1950, fuimos a Corea y la primera acción que tuvimos fue en la colina Kelly, en donde murieron bastantes puertorriqueños y, después, pasamos a Jackson Heights y tuvimos una situación con el teniente que no quiso subir. Yo lo hubiese hecho también, porque aquello era una montaña que no había dónde esconderse”, narró Labarca, presidente de los Borinqueneers –apodo del Regimiento 65 de Infantería del Ejército de Estados Unidos–, desde el Cementerio Nacional de Puerto Rico, en Bayamón.

El 25 de junio de 1950, las dos Coreas entraron en guerra: la República Democrática Popular de Corea, mejor conocida como Corea del Norte, contra la República de Corea, o Corea del Sur; el Oriente contra Occidente; el comunismo contra el capitalismo.

Labarca, de 92 años, recordó que, en 2014, visitó la capital de Corea del Sur, Seúl, por invitación de sus aliados. Durante el recorrido del espacio que había defendido décadas atrás, se reencontró con una enfermera que le había acompañado en esos días de angustia.

“La enfermera que siempre iba en la guagua con nosotros (en la guerra) me entregó una postal. Para esa fecha, tenía 27 años. Cuando la leí en coreano y en español, yo creía que me estaba escribiendo mi hija. (En la carta, el mensaje fue:) ‘Soy la enfermera de la guagua 418 y me alegra verte y deseo que tengas mucha salud, pero no te olvides de mí’. Eso me tocó. Dicen que los hombres no lloran, pero lloramos a escondidas, pero lloramos. Fueron unos días hermosos”, contó el veterano a El Nuevo Día, luego de la ceremonia de reconocimiento.

“Del (año) 53 para acá, los coreanos no se han olvidado de nosotros”, acentuó el soldado, uniformado con todas las medallas recibidas a lo largo de su vida.

Tras los tres años de la Guerra de Corea, se estima que murieron más de dos millones de norcoreanos y surcoreanos. Además, murieron 54,000 soldados estadounidenses y 180,000 chinos. Alrededor de 61,000 puertorriqueños participaron en este conflicto bélico y, al menos, 713 murieron y 2,318 resultaron heridos.

Al lado de Labarca, se sentó Rivera Pérez, que también trajo a la ceremonia la medalla que le entregó el expresidente Barack Obama.

“Soy de los poquitos que quedamos de la colina Kelly. (La relación con los coreanos) es muy buena. Ellos nos quieren mucho”, destacó el veterano de 91 años.

En su primera vez en la isla, el embajador de la República de Corea en Atlanta –que cubre Georgia, Alabama, Florida, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Tennessee y Puerto Rico–, el general Sangpyo Suh, destacó la contribución de los “soldados valientes que defendieron la democracia y libertad” de sus compatriotas en 1950.

“Puerto Rico es un símbolo de la alianza militar entre Corea y Estados Unidos. Espero que nuestra alianza crezca a favor de la economía y la cultura juntos. Puerto Rico es un lugar hermoso para visitar”, manifestó el general Suh, en inglés, desde el Cementerio Nacional.

Estimó que, en el archipiélago, viven “cientos” de coreanos. Además, planteó que “muchos comerciantes coreanos están mudándose de Nueva York y Los Ángeles a Puerto Rico, y pienso que habrá mucho desarrollo y cooperación con la comunidad coreana”.

El cónsul estará en el país por varios días, y afirmó que continuará amplificando las relaciones económicas y culturales entre Corea del Sur y Puerto Rico.

La presidenta de la Korean Foundation of Puerto Rico, SuYon Yi, organizó la ceremonia para honrar a los veteranos, y ofreció una corona de flores blancas, rojas y violetas.

“Su coraje y sacrificio han dejado una huella indeleble en la historia y es nuestro deber recordar y conmemorar las contribuciones que hemos tenido por privilegio. Su compromiso inquebrantable con la libertad y la paz sirve de inspiración para todos nosotros”, resaltó la líder coreana en Puerto Rico.