8 de abril de 2025 - 4:55 PM
“No pude salvarte princesa, pero te juro que haré todo lo que sea posible para cambiar el sistema”.
Con esas palabras, Marisela Figueroa Torres hizo un llamado a la sociedad a enfrentar la violencia de género en el país que el pasado domingo cobró la vida de Caroline Bou, una madre de siete niños.
De acuerdo a Figueroa Torres, su familia sufre un doble duelo por la pérdida de Bou como también por la acusación de feminicidio que enfrenta Alvin Miguel Torres Alvarado, su “primo hermano”.
En expresiones que compartió exclusivamente con El Nuevo Día, aprovechó la oportunidad para contar, entre llantos, sobre la situación que atravesó Caroline mientras pidió a la sociedad trabajar en la prevención para evitar más violencia de género en un futuro.
“Hoy puedes y tienes la oportunidad de ser la voz de Caroline... Si su muerte, permite cambiar el sistema, permite mejorar esto (los casos de violencia de género) podré por fin calmar la culpa con la que cargamos toda la familia que estuvo cerca de ella”, expresó Marisela.
De acuerdo a Figueroa Torres, el ciclo de violencia al que sometieron a Bou comenzó “acumulando tensión”.
“¿Cómo ocurre este ciclo de violencia? Empieza acumulando tensión. Discusiones, insultos, amenazas, eso era constante en la vida de Caroline. Todo era una montaña rusa. Luego ocurre el abuso, luego viene la luna de miel o el arrepentimiento y finalmente la calma”, denunció la mujer, quien añadió además que en el círculo vicioso también se sumaba la familia.
“A veces tiramos los guantes porque no sabemos manejar el hecho que vuelven y vuelven y caen y caen... Esa sensación de no poder hacer nada, de que no hay nada que se pueda hacer por ella. Ese miedo constante de que ella regresa una y otra vez es lo que sentimos todas las personas que tratamos de sacar un familiar o a alguien de este ciclo de la violencia”, afirmó.
““Hoy puedes y tienes la oportunidad de ser la voz de Caroline... Si su muerte, permite cambiar el sistema, permite mejorar esto (los casos de violencia de género) podré por fin calmar la culpa con la que cargamos toda la familia que estuvo cerca de ella” ”
Marisela apuntó que las víctimas de violencia de género comúnmente enfrentan este patrón de violencia por miedo o vergüenza por lo que viven.
“Están aisladas, tienen miedo, niegan la gravedad del asunto para poder manejar la situación. Tienen mucha dificultad para establecer límites”, apuntó.
A la misma vez, añadió que uno de los denominadores más comunes es la esperanza de que el agresor va a cambiar.
“Y no se pueden culpar por eso, todos vivimos con la esperanza de que aquel que nos hace daño cambie”, destacó Figueroa Torres.
Figueroa Torres hizo un llamado a ejecutar un cambio en el sistema para proteger a las víctimas de violencia de género, pero para también educar y atender a los agresores y llevar a cabo medidas preventivas y tempranas que eviten más muertes en un futuro.
“La víctima tiene mucho miedo. No podemos pedirle a la víctima que se vaya. Usualmente a una víctima no la matan en un suceso aislado. Esto es un patrón que lleva años y que finalmente termina en la muerte. Esperamos que con todo ese miedo que cargan acusen a su agresor”, dijo Figueroa Torres.
A la misma vez, exhortó a las escuelas a llevar a cabo procesos para detectar los hogares donde la violencia de género esté presente con el fin de atajarla a tiempo en los niños que la ven ocurrir.
“Los agresores podemos detectarlos desde pequeños. Podemos comenzar a detectar todos estos agresores en la escuela, que posiblemente indican una tendencia a ser abusivos cuando sean grandes y en ese momento es que se debe actuar con un programa educativo y preventivo para evitar la violencia”, apuntó.
Figueroa Torres recomendó también dar apertura a espacios donde las víctimas pueden levantar banderas sobre la situación que enfrentan, pero que no necesariamente resulte en una radicación de cargos, sino en una “advertencia donde ambos van a tomar talleres de manejo de ira, control de emociones y de estrategias para salir de este tipo de relación”.
“El agresor también necesita ayuda. Necesita una ayuda de manejo de ira, de control de emociones, qué te llevó ahí, cuál es tu historial familiar, cuál es el uso de sustancias controladas que estás utilizando. Hay que enfocarse en el agresor”, detacó.
A esos fines, Marisela recomendó que los hombres también tomen acción sobre la violencia de género a través de foros y grupos de apoyo que cosechen una “masculinidad sana”.
Entre otras recomendaciones, la mujer mencionó llevar a cabo charlas educativas donde se enseñe sobre las banderas rojas, cómo salir de relaciones tóxicas, autoestima, empatía, entre otras lecciones que ayuden a evitar más víctimas en un futuro.
“A todas esas personas que saben que hay muchas víctimas en su entorno familiar, en su ambiente de trabajo o en su entorno social, ayudar a una víctima es muy difícil, es muy difícil, pierdes la batalla una y otra vez, pero yo les pido por favor, no suelten a las víctimas. Crea una red de apoyo y no sueltes a la víctima”, exhortó Figueroa Torres.
De acuerdo al Observatorio de Equidad de Género de Puerto Rico, hasta el 7 de abril se habían registrado un total de 12 feminicidios en Puerto Rico, entre los cuales seis fueron íntimos o de personas allegadas a la víctima.
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La Policía y la Oficina de la Procuradora de las Mujeres ofrecen ayuda confidencial para casos de abuso, maltrato o violencia de género. Ante emergencias, llama al 9-1-1. Para reportar un patrón de violencia, comunícate con la Policía al 787-792-6734 o 787-343-2020, o con la Oficina de la Procuradora de las Mujeres al 787-722-2977.
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