4 de marzo de 2025 - 9:52 AM
Un brote de fuertes olores, aparentemente provenientes de una planta de manejo de aceite, causó malestar la pasada semana entre vecinos de varias comunidades de Arecibo, provocando la suspensión de clases en un plantel cercano y la intervención de dependencias del municipio, la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés) y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), junto a otras entidades estatales.
“Salgo porque me llama la vecina, y hay un olor supermegafuerte, como cuando hay insecticida, que fumigan las casas, pero de una manera exponencial. Me provocó un dolor de cabeza súbito, un dolor de garganta. En tres minutos que estuve afuera, le dije a mi vecina ‘perdóname, pero te tengo que dejar’. No podía con eso, porque fue una cosa bien de golpe. Ella me comenta que tuvo que llamar a su hija, porque ella (la vecina) estaba cuidando al nieto de año y medio, y tuvieron que correr con el bebé porque le dieron vómitos”, describió Rosa Linda Ramos Medina, maestra de la escuela Federico Degetau y residente en el barrio Factor de Arecibo.
Los olores, de acuerdo con la EPA, procedían de Oil Energy System, una empresa creada en 1997 que “procesa y administra aceite usado” y está ubicada a un lado de la carretera PR-2. Según el Registro de Corporaciones, el presidente y tesorero es José González Amador. No fue posible obtener comentarios de la compañía sobre las denuncias.
“Yo ni sabía que esa empresa existía, que se dedican al reciclaje de derivados del petróleo, como aceite y cosas por el estilo”, dijo Ramos Medina.
En entrevista junto a Lilliam Díaz, portavoz del Movimiento Ciudadano Pro Cierre del Vertedero de Arecibo (Mocivea), Ramos Medina precisó que, el miércoles pasado, los olores provocaron la suspensión de clases en la Escuela Segunda Unidad Eugenio María de Hostos, en el barrio Garrochales.
“El 26 y 27 de febrero, personal del DRNA y del Cuerpo de Bomberos realizó mediciones de la calidad del aire en la escuela, confirmando que los niveles registrados están dentro de los parámetros normales y no representan un riesgo para la salud”, indicó, por escrito, el Departamento de Educación. “Cabe destacar que los informes reflejan solo dos casos de maestros que experimentaron mareos y fueron atendidos. No se han reportado síntomas adversos en estudiantes, y las clases han continuado con normalidad. Todas las medidas tomadas por la directora del plantel han sido informadas a la comunidad escolar a través de comunicación oficial”.
La EPA señaló, por su parte, en sus declaraciones, que las querellas “sobre olores fuertes a diésel o un posible compuesto químico” se registraron en los barrios Factor, Garrochales y Cercadillo, y que desde el miércoles, se comunicó con el DRNA, el Cuerpo de Bomberos, el Departamento de Educación y personal municipal de Arecibo y Barceloneta.
“El 26 de febrero de 2025, representantes de la EPA, el DRNA y Manejo de Emergencias de Arecibo visitaron a Oil Energy Systems para investigar la instalación, incluido el pozo del área de recepción de aceite usado, su planta de pretratamiento y los tanques de almacenamiento, entre otros. Las agencias requirieron acciones correctivas inmediatas para atender la situación de los olores que estaban afectando a las comunidades de Arecibo y Barceloneta, y también darán seguimiento con acciones correctivas a largo plazo. La EPA está en comunicación directa con la instalación y continúa investigando el caso para asegurar la implementación de las acciones correctivas necesarias y el cumplimiento con todos los programas ambientales de la agencia”, expresó el administrador de la Región 2 de la EPA, Michael Martucci.
Al momento de esta publicación, no había sido posible obtener comentarios del DRNA ni del Municipio de Arecibo.
Díaz, del Mocivea, subrayó que las comunidades de los sectores cercanos de Arecibo llevan años luchando contra las emanaciones y mal manejo del vertedero municipal –que tiene fecha de cierre de 2027– y, más recientemente, entablaron una petición de revisión ante el Tribunal de Apelaciones contra Central Waste Services, empresa que recibió un permiso para operar un centro de “recibo de escombros y cemento en camiones, la trituración del cemento, el almacenaje de cemento, metales, varillas y madera, y la venta de cemento”.
“Los olores son constantes, pero ahora mismo se están agravando. Si tomamos en cuenta los gases que emana el vertedero, más la Central Waste…”, dijo la activista.
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