

9 de marzo de 2025 - 12:00 PM
Los pacientes de Alzheimer en etapas iniciales pueden estar en posición de firmar documentos legales para que sus familiares tomen decisiones en un futuro, o para prevenir controversias entre sus hijos cuidadores, al traspasar poderes antes de que sus capacidades cognitivas empeoren.
“En caso de que a mí me ocurra algo, pues, voy a hacer estas directrices anticipadas o quiero que el manejo del dinero lo tenga Fulano, o que mi médico sea Zutano… Ellos (pacientes) pueden expresar las cosas que quieren o le preocupan”, explicó Edna Rodríguez Lozada, presidenta de la Junta de Directores de la Asociación de Alzheimer de Puerto Rico.
Como parte de la jornada de conferencias de la organización, cuidadores y personas que viven con Alzheimer participaron este sábado del taller legal “Incapacidad y Poderes: Herramientas de Apoyo”, a cargo de la licenciada Irma Rosado del Río, en la Cooperativa de Seguros Múltiples, en San Juan.
Rodríguez Lozada, quien cuidó a su mamá paciente de Alzheimer, resaltó que, con los talleres, buscan informar sobre las diferentes alternativas legales, y, al mismo tiempo, que los hijos puedan empoderar a sus padres mientras la enfermedad avanza.
“Un ‘poder duradero’ es un poder que dura más allá de la incapacidad de la persona, pero tiene que ser otorgado. El paciente puede determinar cuáles facultades quiere que tenga el apoderado, que es la persona que lo va a estar ayudando o representando”, detalló Rosado del Río, abogada del Centro Integral de Apoyo a Víctimas de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico.
Un abogado notario es el que tiene la capacidad para preparar el traspaso de poderes. “Si quiere que lo ayude en sus asuntos médicos, económicos, pues, todo eso la persona lo va a discutir con el notario, para ver cuál va a ser el alcance de ese poder”, abundó.
A medida que el Alzheimer –una enfermedad degenerativa– avanza, las personas van perdiendo sus capacidades cognitivas, como recordar, razonar y pensar. Son habilidades que interfieren con toda actividad diaria, por lo que se vuelven vulnerables a la explotación y otros abusos. El traspaso de poderes podría ayudar a los hijos cuidadores a evaluar si sus padres están siendo víctimas de fraude.
En el caso del proceso de incapacitación, Rosado del Río detalló que la facultad de hacer las cosas cae en beneficio a quien dio el poder. “Lo importante es que ese es un documento que hay que hacerlo cuando la persona todavía esté ubicada en tiempo y espacio”, recalcó.
Mientras, cuando el paciente ya no está ubicado en tiempo y espacio, no va a poder otorgar un poder. Entonces, su familia “tiene que moverse a los tribunales a solicitar un proceso de incapacidad y tutela”.
“Una manera de verlo es que, mientras más temprano se trabaje esto, mejor. Ya ese familiar va a estar teniendo que manejar a esta persona que está incapacitada e ir a los tribunales a pelear o hacer todo el proceso, cuando, a diario, esos familiares están siendo, a la vez, cuidadores… se vuelve un proceso bien pesado”, dijo la abogada.
Planteó, además, que los trámites en los tribunales pueden resultar mucho más costosos, porque “hay que buscar un perito, puede haber varias vistas, hay que llevar a ese familiar al médico especialista varias veces, dependiendo de la condición de la persona, para determinar si está capacitada o no”.
“No es una obligación hacerlo, pero que conozcan la existencia del poder duradero y los beneficios, sobre todo, para facilitarles la vida a quienes van a ser sus cuidadores ”Irma Rosado del Río
De acuerdo a los Institutos Nacionales de Salud, se estima que más de seis millones de personas en Estados Unidos padecen de Alzheimer. En Puerto Rico, al 30 de junio, el Registro de Casos de la Enfermedad de Alzheimer, la Enfermedad de Huntington y otras Demencias tenía 50,451 casos, pero el Departamento de Salud advierte que la cifra está subestimada. El 94.09% eran pacientes de Alzheimer.
El taller de la Asociación de Alzheimer se dividió en dos partes, iniciando por identificar los diferentes poderes que pueden asignar los pacientes a sus familiares.
“Queremos que conozcan estas alternativas para que tomen una decisión informada. No es una obligación hacerlo, pero que conozcan la existencia del poder duradero y los beneficios, sobre todo, para facilitarles la vida a quienes van a ser sus cuidadores”, resaltó Rosado del Río.
Enumeró varios poderes que pueden otorgarse, como verificar las cuentas en el banco o llamar al plan médico para agilizar los pasos de un trámite médico para un cuidador.
“(El paciente) puede recordar, a lo mejor, cómo tener acceso a sus cuentas por internet o, tal vez, se conectan con alguien por teléfono, porque los adultos mayores también son tecnológicos. Si conocen a alguien por redes sociales y empiezan, a lo mejor, a hacer transferencias, esa persona que tiene el poder tiene la posibilidad de ir al banco y verificar las cuentas, siempre y cuando eso esté en el poder otorgado”, dijo.
Además de empoderar legalmente a familias que viven con la enfermedad, la Asociación de Alzheimer lanzó, a principios de febrero, su primer campamento de técnicas de estimulación cognitiva, que espera repetir en verano.
“No debemos aislar la persona que tiene la enfermedad. Debemos incluirla. Quisimos darles distintas actividades de movimiento corporal, de socializar unos con otros, conocerse y hacer dinámicas. Todo esto ayuda a la persona a que se pueda expresar. Le ayuda en la comunicación, memoria, lenguaje, orientación, razonamiento y aprendizaje”, compartió Rodríguez Lozada.
El campamento inició con ejercicios a través de un cuento corto narrado, por Edgardo Reyes, del Sistema de Salud Episcopal San Lucas, y actividades perceptuales, visoespaciales y velocidad de pensamiento, con la participación de la directora del Campamento, Milagros Negrón.
El segundo día, se caracterizó por una rutina de ejercicios coordinados a través de la música, a cargo de Gilberto Bauzó, del Sistema Viva de Bayamón. La segunda actividad fue la presentación del ingeniero Ricardo Santos, creador de “Zheimer Puzzles”, quien integró actividades visuales, perceptuales, manipulativas y de lenguaje. El sistema de Santos integra al familiar, quien observa ejecuciones y reacciones de su ser querido.
“Ellos se quedaron asombrados de las cosas que hicieron sus padres o sus familiares. Jamás pensaron que se podían hacer esas actividades y que podían participar verbalmente diciendo cómo se sentían, y salieron muy complacidos”, enfatizó.
La organización entregó ejercicios, de 20 a 40 minutos, a los 10 participantes, entre 60 y 80 años, y sus familiares para continuar la estimulación cognitiva en la casa.
“Nuestra intención es que sean más días (de campamento) para que nos dé tiempo a trabajar distintas destrezas a través de actividades, dinámicas, de la música, de mímicas”, dijo Rodríguez Lozada.
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