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prima:Sabías que… el fuselaje de un avión que se estrelló en El Yunque en 1968 es utilizado para monitorear el bosque enano en la Sierra de Luquillo

Un avión bimotor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos colisionó en la ladera de la montaña matando al instante a ocho tripulantes y dejando un amplio pedazo del bosque severamente impactado

27 de febrero de 2025 - 11:10 PM

La emblemática Sierra de Luquillo, al este de la isla, con sus varios e impresionantes picos, ha sido, incluso desde tiempos precolombinos, una de las maravillas naturales más enigmáticas y misteriosas del archipiélago de Puerto Rico; repleta de leyendas y mitos, pero también de historias reales relacionadas a su uso militar y científico a través de los siglos.

Luego de la invasión estadounidense de 1898, el bosque ha sido utilizado para diversas actividades militares y entrenamientos de la Armada de Estados Unidos.

Es bajo este escenario que, a media tarde del sábado, 14 de diciembre de 1968, uno de los menos conocidos misterios del bosque tuvo lugar luego que un bimotor de carga del Grupo 910 de Apoyo Aéreo Técnico de la Fuerza Aérea colisionara con una ladera cercana a las instalaciones de comunicaciones ubicadas en el Pico del Este, una de los picos de mayor elevación en la sierra.

El saldo del lamentable accidente fue de ocho militares muertos. Sin embargo, lo inusual de esta tragedia es que, a pesar de la pérdida de vidas humanas, el suceso representa una de las pocas instancias en que el uso militar de estas tierras coincide con su utilización para investigaciones científicas, por pura casualidad.

La calamidad, ocurrida en una zona del bosque enano, fue utilizada por los científicos del Servicio Forestal como oportunidad para realizar estudios a largo plazo sobre la recuperación de la flora en ese ecosistema luego de disturbios extremos, como un accidente de esta índole.

Un avión de transporte Fairchild C-119G Flying Boxcar quedó destruido al estrellarse contra la ladera de una montaña cerca de San Juan, Puerto Rico. Las ocho personas a bordo murieron.
Un avión de transporte Fairchild C-119G Flying Boxcar quedó destruido al estrellarse contra la ladera de una montaña cerca de San Juan, Puerto Rico. Las ocho personas a bordo murieron. (Suministrada / U.S. Air Force)

A más de 3,000 pies de altura

Según Gerardo Piñero Cádiz, catedrático de historia en el Departamento de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Humacao – y especialista en temas de la milicia en el Caribe – en su artículo “Accidentes aéreos en El Yunque”, el récord militar señala que, poco antes de las 3:00 p.m. del fatídico día, el avión militar despegó de la base naval Roosevelt Roads, en Ceiba, con destino a la base de la Fuerza Aérea de Homestead, en la Florida, para completar el entrenamiento de vuelo sobre agua. Sin embargo, las condiciones del tiempo eran inestables, con nubes bajas y fuertes aguaceros que reducían la visibilidad, en especial, en las montañas que bordean el bosque tropical de Luquillo.

“Al parecer, el bimotor confrontó problemas con sus instrumentos de navegación y la comunicación radial. Desorientado, el piloto decidió regresar a Ceiba. Fue en este momento, que la torre de control del aeropuerto de Isla Verde perdió contacto radial con la nave”, indica Piñero Cádiz en su reseña.

“Según la investigación realizada por la Fuerza Aérea, el avión se topó con una ladera de unos 3,040 pies de altura, a muy poca distancia del Centro de Radar y Comunicaciones del ‘Atlantic Fleet Weapons Training Facility’, en Pico del Este”, añade.

Piñero Cádiz explica que luego de que no se recibiese respuesta del bimotor por radio, y que este no aterrizara nuevamente en Roosevelt Roads, se inició un operativo de búsqueda y rescate al día siguiente, realizado por Infantes de la Marina estadounidense radicados en la base de Ceiba.

El impacto del avión en la montaña fue de tal magnitud, que ocasionó un movimiento de tierra de aproximadamente 250 pies de largo por 100 pies de ancho, dejando una estela de fuego y combustible en el bosque.

Sus ochos tripulantes, tres oficiales y cinco soldados, murieron en el acto.

Por encontrarse Estados Unidos en plena Guerra Fría y en medio de un conflicto en Vietnam, Piñero Cádiz explicó que las causas del siniestro no fueron reveladas al público inmediatamente, sino hasta después de que los documentos fueran desclasificados y publicados.

“Desde el día del accidente, la Marina de Guerra de Estados Unidos mantuvo en secreto los esfuerzos que realizaba para localizar el avión militar”, asegura el catedrático en su ensayo.

Recuperación del bosque enano

El aparatoso impacto se registró en la zona conocida como el bosque enano o bosque de nubes, un ecosistema de árboles de poca altura, troncos torcidos y neblina, que se desarrolla en condiciones climáticas extremas y de gran altura.

Sin embargo, la colisión no fue lo suficientemente fuerte como para pulverizar el fuselaje del avión en su totalidad. A pesar de haberse incendiado, todavía gran parte de sus escombros permanecen en el lugar, donde, al día de hoy, no hay libre acceso al ser un área bajo administración federal, restringida al público.

Poco tiempo después del siniestro los investigadores del Servicio Forestal de Estados Unidos, custodios del Bosque Nacional de El Yunque –donde se encuentra el lugar del accidente– encontraron la oportunidad de investigar los procesos de recuperación de la flora endémica en ese punto en particular y en condiciones poco usuales.

Los expertos apuntan a que existe muy poca información sobre la recuperación de los bosques neo-tropicales de gran altitud después de una perturbación catastrófica, así que esta representaba una oportunidad única.

El aparatoso impacto se registró en la zona conocida como el Bosque Enano o Bosque de Nubes, un ecosistema de árboles de poca altura, troncos torcidos y neblina, que se desarrolla en condiciones climáticas extremas y de gran altura.
El aparatoso impacto se registró en la zona conocida como el Bosque Enano o Bosque de Nubes, un ecosistema de árboles de poca altura, troncos torcidos y neblina, que se desarrolla en condiciones climáticas extremas y de gran altura. (Cortesía de Gerardo Piñero Cádiz )

“Comúnmente, estas altas elevaciones en la sierra son impactadas y perturbadas por acontecimientos como lluvias torrenciales, huracanes y otros fenómenos naturales, así como deslizamientos de tierra y construcción de carreteras. No obstante, la perturbación más inusual fue el accidente de diciembre de 1968”, señala el informe del Instituto Internacional de Silvicultura Tropical del Servicio Forestal de Estados Unidos, presentado por el botanista y ecologista, Peter L. Weaver.

Asimismo, los pocos estudios de recuperación forestal posterior a una perturbación en elevaciones altas son de corta duración. En contraste, la recuperación forestal en el sitio del accidente de El Yunque representaba la oportunidad de monitorear por varias décadas la regeneración natural del daño.

El área del siniestro también fue idónea, ya que se encuentra en una zona tan inhóspita que la densidad del bosque circundante al lugar del accidente logró proteger el proceso de regeneración de flora en el lugar de la mayor parte del daño causado por los huracanes Hugo en 1989 y Georges en 1998.

Una recuperación irregular

Según el informe de Weaver, titulado “Recuperación del bosque enano 30 años después del accidente aéreo en las montañas de Luquillo en Puerto Rico”, su investigación se centró en el seguimiento a largo plazo de la recuperación del bosque enano mediante el registro de los cambios en el número de tallos y la biomasa (cantidad de materia orgánica) seca total sobre el suelo, por especies principales y grupos de plantas.

Los ocho ecosistemas en los que se colectan microartrópodos van desde el tope de El Yunque hasta la costa, es decir, que varían de acuerdo al gradiente de elevación. (GFR Media)
Los ocho ecosistemas en los que se colectan microartrópodos van desde el tope de El Yunque hasta la costa, es decir, que varían de acuerdo al gradiente de elevación. (GFR Media)

La recuperación fue irregular, según muestra la información recopilada, con algunas áreas dominadas por árboles de altura, y otras por pastos y helechos dispersos.

Los pastos y helechos caracterizaron la recuperación del bosque enano, por ejemplo, durante los primeros 18 años después del accidente aéreo de 1968.

No obstante, entre 1986 a 1998, los helechos y las dicotiledóneas leñosas (plantas con flores que aumentan su grosor) fueron prominentes y su biomasa total sobre el suelo aumentó. Las dicotiledóneas leñosas aumentaron 3.5 veces, las palmas 1.3 veces y los helechos 4.4 veces por encima de los niveles de 1986. Asimismo, los pastos y las hierbas disminuyeron en casi un 10%.

La investigación también determinó que los árboles endémicos de Puerto Rico desempeñan un papel fundamental en la recuperación del bosque enano.

01/15/07 Naguabo, PR--MI RESUELVE ESCOLAR
MUNICIPIOS DE PUERTO RICO: NAGUABO. Vista de El Yunque desde area rural cercana a Rio Blanco. (Para Primera Hora/ Yadira Hernandez Pico)
01/15/07 Naguabo, PR--MI RESUELVE ESCOLAR MUNICIPIOS DE PUERTO RICO: NAGUABO. Vista de El Yunque desde area rural cercana a Rio Blanco. (Para Primera Hora/ Yadira Hernandez Pico) (Archivo)

El informe señala además que la sucesión en el sitio del accidente continúa experimentando etapas dominadas por diferentes grupos de plantas. Los pastos y helechos fueron prominentes durante los primeros seis años, mientras que las plántulas de especies leñosas fueron escasas.

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