Posiblemente haya escuchado decenas de veces la frase “La isla, menos Morovis” entre quienes evocan orgullosos a ese pueblo del norte-centro de Puerto Rico. Sin embargo, la realidad es que la frase, lejos de ser una de admiración y aprecio, es un epíteto despectivo cuyo verdadero origen ha sido objeto de amplio debate.

La versión más reconocida es la relacionada con la epidemia del cólera morbo de 1856, cuando, supuestamente, Morovis fue el único ayuntamiento que no registró muertes por la enfermedad. Por ello, “la isla (sucumbió ante la epidemia), menos Morovis”.

No obstante, esta teoría no se sustenta ya que, según la historiógrafa y autora del libro “Cólera: impacto de la epidemia en Mayagüez y San Germán”, Ramonita Vega Lugo, el récord histórico muestra que, aunque pocas, sí hubo muertes por la enfermedad en ese pueblo.

“Las actas municipales y la correspondencia remitida al gobierno central evidencian que la enfermedad desestabilizó la vida de todos los pueblos. La isla se vio afectada de forma general por la epidemia, aunque el folclor mantiene sus mitos sobre el hecho”, aseguró la también catedrática y coordinadora del Programa de Historia del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).

El récord oficial muestra que varios pueblos en el centro, como Aibonito, Comerío, al igual que Morovis, lograron mitigar el impacto de la epidemia –posiblemente por su aislamiento geográfico– registrando pocos decesos. No obstante, el imaginario popular decidió establecer el mito de que solo en el pueblo de Morovis no se reportaron muertes por cólera.

“Uno de los mitos más sostenidos tiene que ver con el pueblo de Morovis, pero Morovis no se salvó del cólera como repite el adagio popular. El total de víctimas fue bajo, registrando apenas cuatro muertes, al igual que en Corozal, y tres en Aibonito. Esos son pocos decesos si se les compara con los reportados, por ejemplo, en San Germán, que ascendieron a 2,462, y en Mayagüez que fueron 1,569″, añadió la catedrática.

Vega Lugo explicó que solo un municipio pudo haberse salvado del embate de la epidemia, pero no fue Morovis.

“Según el historiador Lidio Cruz Monclova, el único pueblo que sí pudiera haber escapado al cólera fue Adjuntas porque ese pueblo no refleja víctimas en el informe oficial del gobierno sobre las muertes por la pandemia”, señaló.

Existen teorías adicionales sobre la procedencia de la frase, algunas académicas y otras coloquiales.

Una de estas teorías basadas en eventos verídicos es la que propone el historiador Juan Manuel Delgado Colón en su “Disertación en Morovis”, donde señala que su origen está vinculado a la situación política luego del Grito de Lares, el 23 de septiembre de 1868, cuando los maestros de toda la isla tuvieron que rendirles cuentas a las autoridades españolas. El gobierno alegaba que los docentes sembraban ideas separatistas en sus estudiantes y muchos fueron destituidos y reemplazados por maestros ibéricos, de ideología conservadora.

La única escuela que tenía el pueblo entonces fue clausurada por el gobernador José Laureano Sanz, en 1874. Sin embargo, al reestablecerse el sistema de enseñanza, Morovis no tenía escuela, por ende, se nombraron maestros interinos en todos los pueblos de la isla, “menos en Morovis”.

Otro ángulo del posible origen de la frase puede escucharse aún en relatos que han pasado de generación en generación entre los habitantes del pueblo, y que han sido recopilados por los historiógrafos.

Algunos residentes aseguran que, cuando se le preguntaba a algunos adultos mayores que de dónde provenía el dicho, estos señalaban que se le llamaba así “porque habían negros en todos los pueblos de la isla, menos Morovis”.

Sin embargo, esta teoría tampoco es sustentable ya que, el récord gubernamental de la época muestra que, para la fundación del pueblo en 1818, el 4% de la población era afrodescendiente.

En 1950, el poeta moroveño nacido en 1883, José De La Torre Muñiz, conocido literariamente como Pepe “El Tranquilo”, redactó el poema “La Isla menos Morovis” donde hace alusión a la popular frase mientras hace entre ver la naturaleza despectiva de este.

“Se cuenta que al prepararse un mapa de Puerto Rico el cartógrafo emitió, sin duda que por olvido o acaso por ignorancia, figurar un pueblecito circundado por dos ríos. Situado en una jalda donde conviven tranquilos los honestos habitantes que pueblan el caserío”, relata en su poema.

“No importa que el rincón del boricua, paraíso, sea objeto de ‘pitorreo’ y de intencionados dichos como ‘la ciudad perdida’, ‘el extranjero’, ‘la isla menos Morovis’, y otros por el mismo estilo, que mío es el gran honor al allí haber nacido…”, continúa el poeta.

Asimismo, el historiador Damián Marrero Medina señala en su investigación “Morovis: sin mitos y sin cuentos”, que la letra del himno de Morovis, escrita por Juan Manuel “Beto” Rivera Delgado, hace alusión a la frase, indicando implícitamente que es un comentario ofensivo.

“¡Oh, Morovis!, tú vives latente en los pechos de todos tus hijos, aunque diga el refrán ‘La Isla Menos’, aunque el mapa te muestre algo chico”, reza la letra del himno moroveño.

Quizás la procedencia de esta frase jamás sea establecida con certeza pero, sea cual sea su origen, lo cierto es que el adagio no le hace justicia a la importancia de Morovis y los moroveños en la historia de Puerto Rico.