El Departamento de Salud atiende 10 brotes activos de COVID-19 en escuelas públicas y privadas, que suman 40 casos, mientras observa otros tres brotes de influenza, que suman ocho casos, por lo que la principal oficial de Epidemiología, Melissa Marzán, enfatizó en la prevención y la vacunación con las dosis actualizadas contra ambas condiciones.

“Lo importante sigue siendo el llamado a vacunar la población pediátrica”, subrayó Marzán, al recordar que estos contagios, además del aspecto salubrista, también tienen un impacto en términos de las ausencias de los alumnos a clases, en las rutinas laborales de los padres y la propagación de los virus.

“Semana a semana, estamos haciendo el ejercicio de identificar casos”, indicó.

Desde que inició la nueva temporada de influenza, de julio al presente, Salud ha registrado 5,331 casos. Marzán explicó que los casos han aumentado a partir del período del 4 al 10 de agosto, aunque se mantienen por debajo de los umbrales de alerta y epidémicos.

“Nos estamos manteniendo dentro de lo esperado, ahora mismo, la temporada se está comportando dentro de lo esperado”, anotó.

Precisó, en tanto, que, hasta el 13 de septiembre, se habían administrado 47,820 dosis de la vacuna actualizada contra la influenza, un número positivo tomando en cuenta que la actualización está disponible hace aproximadamente un mes.

“La realidad es que la vacuna de influenza tiene buena aceptación. Hemos visto cómo las personas responden al llamado de vacunación. La recomendación es vacunarse lo más pronto posible”, recalcó, dado que, en el caso de la influenza, el pico de contagios suele verse más adelante en la temporada.

El buen ritmo de vacunación, sin embargo, no se extiende al COVID-19. Aunque la dosis actualizada de esta vacuna también está disponible en el archipiélago, la cantidad administrada apenas va por 4,871.

“Después de la oleada de verano, la situación se ha mantenido controlada. Sin embargo, cuando empiezan las clases, también hacemos los esfuerzos de monitoreo y pruebas en las escuelas, y hemos detectado brotes, así que es bien importante que, aunque hayan disminuido los casos, no significa que haya cero casos”, apuntó Marzán.

En esa dirección, insistió en que los adultos mayores siguen sufriendo las peores consecuencias, con casi dos muertes –en promedio– al día, particularmente en el grupo de 80 años o más.

“Sin duda alguna, con el tiempo, la magnitud de las defunciones ha cambiado, pero seguimos observando defunciones. Por eso, también el llamado de que nuestros adultos mayores estén vacunados”, manifestó. “Todavía queda camino por hacer cuando es una enfermedad prevenible”.

El grupo de adultos mayores también es el que más sufre las consecuencias fatales de los contagios de influenza, con 20 muertes reportadas desde que inició la temporada.

“Acabamos de salir de una dinámica epidémica, así que todavía hubo muertes que se observaron en julio que estaban asociadas a los casos de junio”, explicó Marzán, al recordar que también se declaró una epidemia de influenza durante la temporada pasada. Aunque el ritmo de fallecimientos disminuyó en las últimas semanas, la muerte más reciente se reportó durante la semana epidemiológica 34, que cubre el período del 18 al 24 de agosto.

“Al momento en vigilancia, las muertes de influenza se mantienen en el grupo de adultos mayores. No hemos identificado muertes pediátricas o grupos más jóvenes”, precisó.