La cooperativa juvenil Emilio High Coop, conformada por estudiantes de la escuela superior Emilio R. Delgado, de Corozal, recién cumplió un año de fundada, pero sus integrantes no pudieron celebrarlo con un nuevo proyecto o decorando el vagón que el año pasado fue el escenario de sus ventas, sus clases y sus reuniones.

Alumnos, familiares y maestros realizaron este lunes una manifestación frente a la estructura de la Emilio R. Delgado para reclamar el traslado del vagón a la Escuela Superior Especializada Vocacional Agrícola (Eseva) Pablo D. Burgos Marrero, también en Corozal, plantel en el que se encuentran desde agosto en horario alterno (“interlocking”) mientras se completa un proyecto de construcción.

“Hemos hecho todo lo posible… En la única reunión que tuvimos (previo al ‘interlocking’) con los altos funcionarios del Departamento de Educación y la comunidad, una de las promesas que nos hicieron fue que los estudiantes iban a tener las mismas oportunidades de la Emilio R. Delgado en la otra escuela. Eso no se está dando”, explicó la maestra de Historia y consejera de la cooperativa juvenil , Grace Matos Morales.

Matos Morales indicó, en entrevista con El Nuevo Día, que comenzaron a indagar sobre los pasos para trasladar el vagón a otro plantel desde el semestre pasado, cuando se enteraron de la mudanza. Los trámites formales los iniciaron en julio, con una carta a la directora escolar. Destacó que el vagón es necesario, pues el “interlocking” provoca que los maestros tengan que rotar por los salones que están disponibles en la escuela receptora.

Relató que, tras múltiples gestiones ante el Departamento de Educación, el Municipio de Corozal, la oficina del representante Juan José Santiago y La Fortaleza, fueron informados que el vagón podía ser reubicado con autorización de la Autoridad de Edificios Públicos (AEP). La corporación pública es la encargada de la Pablo D. Burgos.

En declaraciones escritas, la AEP informó que hubo una reunión el 3 de septiembre en la escuela Pablo D. Burgos Marrero, en la cual participaron las directoras de ambas escuelas. En el encuentro, la directora de la escuela Emilio R. Delgado cuestionó si era posible mover el vagón.

“Se le explicó a esta directora que habría que evaluar la viabilidad del lugar donde será localizado el vagón, tomando en consideración su conexión al sistema eléctrico de la escuela y, de ser el caso, al sistema sanitario y potable”, sostuvo la AEP, al reiterar que no tiene injerencia sobre las instalaciones de la escuela Emilio R. Delgado.

“Al presente, la Escuela Superior Especializada Profesional Agrícola Pablo D. Burgos no ha realizado ninguna petición formal a la Autoridad de Edificios Públicos para la instalación de un vagón. Por lo tanto, quedamos a la espera que se haga esta petición formal, en la cual el Departamento de Educación tendría que asumir los gastos de movilizar el vagón, así como la conexión a los sistemas eléctricos, sanitarios y potable, según sea el caso”, estableció la AEP por escrito.

Matos Morales sostuvo que desde el vagón operaban la cooperativa juvenil, en la cual vendían efectos escolares y meriendas. Asimismo, ahí se ofrecía el curso de cooperativismo, una clase electiva para los estudiantes de duodécimo grado. Además, era el espacio de reuniones de la junta de directores de la Emilio High Coop.

“Nosotros estamos dispuestos a costear el traslado, a moverlo, pero necesitamos estar seguros que cuenta con todos los permisos, que es seguro para los estudiantes y que se ubique en un lugar que no afecte las áreas verdes ni las áreas agrícolas de la Pablo Burgos”, destacó Matos Morales.

El impacto de no contar con el espacio para operar afecta a toda la comunidad escolar, más allá de los más de 150 estudiantes que participan en proyectos de cooperativismo o que son socios. Los estudiantes de la escuela Emilio R. Delgado estudian en el horario de 12:30 a 5:30 p.m.

“Por el horario que tenemos, ahora a las 3:00 p.m. todo el mundo tiene hambre y, como tenemos los portones cerrados, no hay dónde comprar una merienda. Si las fuentes no funcionan, no hay dónde comprar algo de tomar”, ejemplificó la maestra.

Aunque apenas llevan un año, Matos Morales aseguró que el proyecto de la cooperativa juvenil es uno que ha tenido auge entre la matrícula de 700 alumnos de la Emilio R. Delgado. De los ingresos de la cooperativa juvenil, separan una partida que destinan a solucionar algún problema en la escuela identificado por los alumnos, relató. Esta escuela superior es una de las que será reconstruida como parte del proyecto Escuelas Innova del Departamento de Educación, por lo cual se prevé que estarán fuera de su plantel por unos años.

“Podemos perder nuestro proyecto, que es un proyecto sólido que promueve el desarrollo económico y es de calidad para los estudiantes. Se afectaría el laboratorio cooperativo, a los que toman la clase de cooperativismo y que crean proyectos que tienen un impacto real en toda la escuela”, sostuvo la educadora.