A lo largo del próximo año, la cada vez más generalizada presencia de sistemas de energía solar evitará, al menos, una cuarta parte de los apagones que de otra forma se registrarían por insuficiencia de generación eléctrica, un estimado que, según líderes de la industria, realza el valor de los incentivos del programa de medición neta, cuyo futuro es incierto ante la ofensiva legal de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) contra su extensión.

Específicamente, la generación producida por sistemas distribuidos –es decir, los paneles solares en techos residenciales y comerciales junto a sus equipos de baterías de almacenamiento– recortará de 210 a 154 las horas en que Puerto Rico carecerá de suficiente energía para satisfacer su demanda en 2025, destacó este martes Jacqueline Litynski, analista de datos de Sunnova Energy, durante uno de los paneles en la convención anual de la Asociación de Energía Solar y Almacenamiento de Puerto Rico (SESA, en inglés).

“No hay duda que, por los próximos tres años, los recursos distribuidos continuarán jugando un papel crucial en la red. Tenemos que asegurarnos de que los clientes continúan recibiendo los incentivos económicos correctos para continuar adoptando la energía solar y el almacenamiento”, subrayó Litynski.

Como parte de su presentación, la analista de una de las principales empresas de energía solar en Estados Unidos y Puerto Rico advirtió, sin embargo, que el potencial de los sistemas residenciales continúa siendo subutilizado. De acuerdo con Litynski, de “optimizarse” la generación que se produce en los paneles y se almacena en las baterías, a través de las llamadas plantas virtuales, el tiempo en que el país se quedaría corto de generación eléctrica en 2025 podría reducirse a entre 20 y 25 horas, respecto a las 154 que actualmente LUMA Energy proyecta.

Mediante el mecanismo de plantas virtuales –modelo que actualmente LUMA coordina como parte de un proyecto piloto con cerca de 7,000 prosumidores–, el operador de la red puede recurrir a la energía que se almacena en las baterías de los clientes en momentos de alta demanda. Hasta finales de septiembre, 135,798 clientes habían interconectado sus sistemas a la red, que contaban con una capacidad de producir sobre 911 megavatios, según el último informe trimestral de LUMA.

Bajo el programa vigente de medición neta, LUMA acredita las exportaciones de los prosumidores al mismo precio que cobra la energía consumida, esquema que el gobierno electo extendió hasta 2031 por medio de la Ley 10-2024. Sin embargo, la JSF impugnó la ley, argumentando que impide al Negociado de Energía de Puerto Rico ejercer sus poderes reguladores y que el incentivo traspasa desproporcionadamente los costos a clientes sin acceso a la medición neta.

El gobernador Pedro Pierluisi, quien ofreció un mensaje en la convención de SESA, describió la medición neta como un “componente esencial” de la transformación energética del país.

“No es el momento de alterar la medición neta”, expresó el mandatario saliente, cuyo gobierno litiga el caso por la Ley 10 contra la JSF.