Yabucoa - La fiebre de la Lotería Electrónica se pega entre los clientes de la Farmacia La Rampla en Yabucoa… ¡y de qué manera! Allí, el flujo de gente no se detiene en busca de una receta para la buena suerte, principalmente en el Pega 3 y el Pega 4, confirmó el dueño del establecimiento, Edwin Gómez Martínez.

En este establecimiento, los jugadores no comen cuentos y se arriesgan a invertir lo que sea necesario porque saben que muchos se han pegado en el lugar, de acuerdo con Gómez Martínez, quien compró la farmacia en febrero de 1995 y, de una vez, hizo el traspaso de la licencia para darles continuidad a las ventas.

De hecho, Gómez Martínez -de 70 años- les ha fiado jugadas a varios clientes y hasta permite que algunos separen sus números por teléfono, antes de que la máquina cierre sus posibilidades.

“Lo que pasa es que la farmacia está en un lugar accesible; es el primer negocio de la calle Cristóbal Colón. Aquí, se juega mucho, y eso es diario. Yo abro los siete días de la semana, 365 días al año. Bueno, todavía hay un señor que llega fielmente a jugar desde 1995, ya tiene 70 años. No falla”, expuso Gómez Martínez.

“Siempre estamos entre los primeros dos negocios que más vendemos Lotería Electrónica. Pero nos fuimos por encima en la pandemia porque nosotros teníamos la farmacia abierta y los demás negocios estaban cerrados, pues eso nos colocó en primer lugar en ventas”, agregó el comerciante nacido en Nueva York.

Señaló que, a pesar del tiempo y las distintas opciones de juego, las personas prefieren jugar Pega 3 y Pega 4, ya que obtienen mejores resultados.

Sin embargo, la fila se hace más extensa cuando sube el premio del Powerball, que anima hasta al más tímido de los jugadores.

“Aquí, la gente juega como es… después que el Powerball está alto, hacen fila para jugar. Los más que juegan son los adultos mayores, incluyéndome a mí. Bueno, cuando está bien alto el Powerball y la Loto, yo le tiro a matar, le juego sobre $100″, admitió a carcajadas.

“Hay gente que juega $100 los miércoles y los viernes que vienen por ahí, tanto de Pega 3 como en la Loto. Algunos ya llevan papeles, a otros les gusta que les hagamos el favor y se los llenamos, como son gente viejita pues, los ayudamos. Los clientes son locos con las empleadas de nosotros… como tratan bien a los viejos, pues…”, confesó Gómez Martínez, quien completó un bachillerato en Contabilidad de la Universidad de Puerto Rico.

Otro aspecto es que la mayoría de los yabucoeños insiste en probar con las mismas combinaciones y no las anotan, ya que las empleadas se saben de memoria los números de cada cual.

Por eso, reconocen rápidamente cuando la suerte toca a sus puertas, aunque los agraciados “se desaparezcan” y luego regresen “semanas después como si nada”.

“Aquí, el premio mayor que se ha vendido es de $25 mil en Loto. También, se han vendido varios premios del Powerball, lo que pasa es que se pegan y no lo dicen. Hace poco, vendimos el Pega 4 y se pegaron con $50 mil; sabemos que fue una pareja porque siempre juegan los mismos números y ya las empleadas saben por qué ellos le meten más de $30 al mismo número”, resaltó.

“Se desaparecieron por dos semanas para que nadie se diera cuenta, pero como las empleadas saben, le dicen: ‘Sé que te pegaste y no lo dices’, y se empiezan a reír. En Raspa Raspa, se pegan mucho. Eso Raspa Raspa lo juegan como avión. Pero lo más que se vende es Pega 3 y Pega 4, aunque yo sigo jugando Loto porque me pego más, aunque sea con premios chiquitos”, agregó.

De otra parte, el propietario de la Farmacia La Rampla estableció que, en ocasiones, ha fiado las jugadas a algunos clientes y otros llaman para separar sus papeletas.

“Yo le voy a ser honesto, como son personas que son clientes de la farmacia, no solo de Loto, algunas veces nos han dicho que le fiemos y vienen y pagan enseguida, o por la tarde o al otro día. Claro, son clientes selectos, no lo hacen todas las semanas, sino una que otra ocasión”, advirtió.

“Hay gente que llama por teléfono para que les guarden sus números antes de que cierre la máquina… que vienen por ahí. Pero aquí hay toda clase de cliente, vienen muchas mujeres también, de mediana edad y jóvenes. Hay gente exigente y también hay el que es humilde y coge su tiempo para esperar que lo llamen para el turno para jugar”, añadió.

Finalmente, el yabucoeño destacó que no se arrepiente de haber dejado la máquina de Lotería Electrónica pues “eso trae más flujo de clientes porque el que juega, o compra una cerveza y se la lleva, o se lleva un ‘six pack’ o de una vez compran las cosas que necesitan”.