Ante la alerta por el reporte de brotes de sarampión en Estados Unidos, el Colegio de Tecnólogos Médicos de Puerto Rico (CTMPR) se reunirá con la principal oficial médico del Departamento de Salud, la doctora Iris Cardona, para repasar y reforzar los protocolos para atender casos de esta enfermedad de la que no se han reportado casos, en Puerto Rico, en tres décadas.

“Hemos coordinado una orientación virtual, con la doctora Cardona, dirigida a nuestra matrícula, con el fin de fortalecer la respuesta de laboratorios clínicos, ante una amenaza epidemiológica y garantizar que todos los tecnólogos médicos en Puerto Rico estén actualizados en los protocolos de detección y manejo del sarampión”, indicó este sábado la presidenta del CTMPR, Bárbara Surillo.

Esa orientación, detalló Surillo, incluye repasar los protocolos de cómo se deben proteger los profesionales de la salud para no infectarse con un virus altamente contagioso, que se transmite por el aire. Asimismo, cómo deben manejar las muestras, el trato a los pacientes y la publicación de resultados, de manera que colaboren en la correspondiente vigilancia epidemiológica.

“Necesitamos reforzar a nuestros profesionales de la salud para, como en (la pandemia de) COVID-19, que no caigan y no perdamos ni un solo profesional de la salud”, dijo, a preguntas de El Nuevo Día.

La presidenta del CTMPR destacó que los más de 1,000 laboratorios en Puerto Rico están preparados con personal y pruebas suficientes para atender algún brote de sarampión. Hay dos pruebas serológicas para detectar la infección reciente y la inmunidad de las personas. Ambas son pruebas de sangre, cuya muestra no requiere que el paciente esté en ayuna.

Por un lado, está la IgM, que se emplea en aquellas personas que muestran sintomatología de sarampión. Estos resultados, por lo peligroso de la enfermedad, se proveen en un término máximo de 24 horas.

“Exhortamos a la ciudadanía a mantenerse alertas y, en caso de síntomas sospechosos, acudir a su médico para la debida evaluación y referidos a pruebas diagnósticas”, sostuvo.

Por otro lado, está la IgG, que se utiliza para conocer los anticuerpos que aún tienen las personas contra el sarampión. La licenciada recomendó esta prueba para aquellas personas que quieran corroborar si, en su niñez, fueron vacunadas. Los resultados toman de 48 a 72 horas.

Surillo enfatizó que la “primera línea de batalla” de la enfermedad es la vacunación. De hecho, indicó que Puerto Rico es una de las jurisdicciones en Estados Unidos con mayor tasa de vacunación contra el sarampión.

“La vacuna MMR, que es la que se pone al año y, a los 4 años (de edad), se pone un refuerzo, Puerto Rico es bien enfático… incluyendo cuando van a entrar a las escuelas del país, se pide que ese niño tenga el refuerzo. Tendría que decir que tenemos los anticuerpos para poder enfrentar esto. Pero, aun así, es determinante e importante la vigilancia de cualquier sintomatología”, acentuó.

Los primeros días, el sarampión puede sentirse como un típico catarro, pero, al cuarto día de infección, comienza a salir el típico sarpullido asociado al virus, que empieza por la cara y se extiende al cuerpo. Las complicaciones, señaló Surillo, pueden ir desde inflamación de órganos vitales, como el páncreas, los pulmones y el corazón, hasta provocar pérdidas de embarazos, sordera, esterilidad y la muerte.

El pasado miércoles, un niño no vacunado, en Texas, murió de sarampión, en medio de un brote del virus, que ya ha infectado a 146 personas en el estado sureño. Es la primera muerte por sarampión en Estados Unidos desde 2015.

El jueves, Salud aseguró que mantiene activos sus sistemas de vigilancia ante el escenario en Estados Unidos. Según la agencia, en lo que va de 2025, solo ha activado una alerta de sarampión en la isla por un infante que viajó al exterior, pero luego se corroboró que no se trataba de la enfermedad.