La comunidad Ensenada tenía todo para lograr independizarse de Guánica, pero sus dos intentos para ser oficialmente un pueblo no prosperaron.

Cuando llegan los estadounidenses en 1898 y desembarcan por la bahía de Guánica, un grupo de norteamericanos se interesó por establecer una central azucarera en la isla. Luego de analizar varios terrenos, eligieron al poblado de Ensenada e iniciaron la deforestación y construcción de la central azucarera y de la nueva comunidad.

“Aquí, no había personal para trabajar en esta central. Por lo tanto, empiezan a hacer promoción por allí, que necesitaban gente. Empieza a llegar gente de todos los pueblos cercanos”, relató la ensenadeña y profesora de historia María E. Ramos Alicea.

La central azucarera les proveyó vivienda a los obreros cerca de sus instalaciones. Estos pagaban ocho centavos de renta, pero no el servicio de agua ni electricidad.

La clase obrera, los estadounidenses y la élite vivían en áreas separadas. Los puertorriqueños tenían su propio hospital y clubes, y los estadounidenses recibían servicios aparte. Las comunidades estuvieron segregadas durante aquella época.

Con el tiempo, el poblado comenzó a tener línea de teléfono, telégrafo, parque de bombas, policías, hospitales, su propio correo y la primera tienda por departamento en la isla, “La Tienda Grande”.

Según la historiadora, en la central se llegó a producir un millón de toneladas de azúcar en cada zafra.

“La gente estaba aquí como si vivieran en San Juan, tenían todo lo que los demás pueblos de la isla no tenían. Por eso, creció lo que le llaman el orgullo ensenadeño. Que todo el mundo se sentía orgulloso de nacer y vivir en este poblado. Por eso, quisimos ser pueblo”, explicó Ramos Alicea.

La también escritora añadió que “en dos ocasiones se sometió una solicitud a la Asamblea Municipal y la Legislatura, pero nunca lograron conseguirla porque había mucha oposición, tanto de Guánica como de Yauco”.

Para el 1914, Guánica se había independizado de Yauco. Según la ensenadeña, Guánica vivía de los impuestos de la central, por lo que perderla no le convenía.

A partir de los dos intentos por independizarse de Guánica y del cierre de la central azucarera en el 1982, los ensenadeños no volvieron a intentar separarse de los guaniqueños. Pero aún conservan su propia bandera, himno y escudo. Y seguro que si les pregunta de dónde son, le responderán que de Ensenada, en lugar de Guánica.