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Deportado a México un estadounidense de origen boricua

La Unión de Libertades Civiles demanda al gobierno federal

15 de octubre de 2010 - 12:15 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 14 años.

WASHINGTON – Un hombre de descendencia puertorriqueña y con incapacidad mental fue deportado por las autoridades estadounidenses a México, sin prueba alguna de que ese era su país de origen, según una demanda presentada por la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU, por sus siglas en inglés).
La deportación de Mark Daniel Lyttle, de 33 años y nacido en Carolina del Norte, se produjo en octubre de 2008,  en momentos en que iba a ser liberado de una cárcel de ese estado después de haber cumplido una breve sentencia por tocar de forma impropia a un trabajador de una casa de servicios para personas con incapacidad mental.
El Departamento de Corrección de Carolina del Norte ha indicado que lo refirió a las autoridades del Servicio de Inmigración de Estados Unidos después que supuestamente Lyttle alegó que era natural de la ciudad de México.
Pero, la ACLU sostiene que las autoridades federales tenían “amplia evidencia” de que Lyttle era un ciudadano de Estados Unidos – incluido su seguro social, el nombre de sus padres y declaraciones juradas - con limitaciones mentales.
 A su vez, la ACLU sostiene que Inmigración y el estado de Carolina tienen un acuerdo que obliga al Departamento de Corrección a informar de inmediato la detención de un ciudadano extranjero.
La odisea de Lyttle, que se extendió por dos meses, comenzó en México. De allí se trasladó a Honduras, donde fue detenido y guardias correccionales amenazaron con matarle, según la ACLU.
De Honduras pasó a Guatemala, donde Lyttle se puso en contacto con la Embajada de Estados Unidos, cuyos funcionarios pudieron corroborar fácilmente – llamando a un hermano a una base militar – su lugar de origen.
“Lo que le ha sucedido a Mark Lyttle es inconcebible”, indicó Judy Rabinovitz, subdirectora del proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la ACLU.
En mayo pasado, un puertorriqueño-mexicano residente de Chicago tuvo que pasar tres días adicionales encarcelado – tras prestar fianza por una imputación de poseer un automóvil robado – debido a que las autoridades carcelarias no le creyeron que era nacido en Puerto Rico.
Por no poder contestar correctamente algunas preguntas que le hicieron sobre datos referentes a Puerto Rico y tener un físico que los encargados de la prisión relacionaban más con los rasgos de un mexicano, Eduardo Caraballo, de 32 años, se tuvo que quedar encarcelado unas 72 horas más de lo debido, denunció entonces su madre, Patricia Caraballo.

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