

25 de abril de 2025 - 2:53 PM
Manila - El papamóvil utilizado en Filipinas por el fenecido papa Francisco durante su visita en 2015, conocido afectuosamente como “el jeep del abuelo Kiko”, salió de gira este viernes por varias iglesias de la capital mientras la ferviente nación católica guarda luto por el fallecimiento del pontífice.
“Estamos muy orgullosos de mostrar este vehículo, porque una vez fue utilizado por el papa en nuestro país y trae muchos recuerdos a los filipinos”, constató a EFE John P. Alimoro, administrador de la iglesia manileña de San Antonio.
Se trata de un modo para los filipinos de despedirse de Francisco, que será enterrado el sábado en el Vaticano. “Adiós lolo (abuelo, en tagalo) Kiko”, decía un mensaje anónimo dejado por uno de los visitantes tras el ‘jeepney’, utilizando el apodo cariñoso con el que los habitantes del país asiático llaman al fallecido papa.
Hace diez años que Francisco recorrió las calles de Manila con este mismo vehículo, sin blindaje y construido sobre el chasis de uno de los tradicionales ‘jeepney’ que hacen las veces de minibuses en el país asiático. Fue el considerado mayor baño de masas papal de la historia, con entre seis y siete millones de asistentes en la última misa.
Fallecido el pasado lunes, el pontífice tenía asegurada la devoción de un país que cuenta con más de 90 millones de creyentes, o el 80% de su población.
Pero con su decisión de encabezar una misa amenazada por una fuerte tormenta tropical desde el aeropuerto de Tacloban, abarrotado de supervivientes del tifón Haiyan que dos años atrás había dejado más de 6.300 fallecidos, se ganó los corazones de los filipinos para siempre.
“Aunque no soy de allí, realmente fue devastador porque muchas personas perdieron sus hogares y a sus seres queridos”, recordó Alimoro, “así que después de que pasase todo aquello y llegara el papa, realmente les dio una imagen de un futuro brillante y una nueva vida, les dio esperanza”.
Un goteo de curiosos se acercó a lo largo de la tarde al icónico papamóvil, entre misa y misa, que permanecerá hasta el próximo 4 de mayo en esta iglesia situada en una burbuja pudiente de la megalópolis.
Ahí llegó tras pasar esta mañana por la popular basílica de Quiapo, cercana al centro histórico fundado en 1571 por los colonizadores españoles que implantaron el catolicismo en Filipinas, y seguirá de gira por otras iglesias de la capital.
El país con más católicos de Asia y el tercero del mundo, solo detrás de Brasil y México, decretó el pasado miércoles un luto oficial hasta que este sábado se oficie el entierro. Una ceremonia a la que asistirá el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., uno más de los numerosos jefes de Estado o de Gobierno que han confirmado su presencia.
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