

12 de marzo de 2025 - 11:40 PM
El gobierno de Estados Unidos retiró su suspensión de la ayuda militar y el intercambio de inteligencia con Ucrania, y Kiev señaló que estaba dispuesto a aceptar un cese del fuego de 30 días en la guerra con Rusia, aunque está pendiente que Moscú esté de acuerdo, informaron el martes funcionarios estadounidenses y ucranianos luego de unas reuniones celebradas en Arabia Saudí.
La decisión del gobierno representa un cambio drástico con respecto a hace apenas una semana, cuando impuso las medidas para presionar al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy a entrar en negociaciones para poner fin a la guerra con las fuerzas rusas invasoras. La suspensión de la ayuda de Estados Unidos se produjo días después de que Zelenskyy y el presidente Donald Trump discutieron sobre la guerra en una tensa reunión en la Casa Blanca.
El secretario de Estado, Marco Rubio, quien encabezó la delegación estadounidense en las conversaciones en la ciudad saudí de Yeda, dijo que Washington presentaría la oferta de cese del fuego al Kremlin, que hasta ahora se ha opuesto a cualquier cosa que no sea un fin permanente del conflicto sin aceptar concesiones.
“Les vamos a decir que esto es lo que está sobre la mesa. Ucrania está dispuesta a dejar de disparar y comenzar a hablar. Y ahora dependerá de ellos decir sí o no”, comentó Rubio a los periodistas después de la reunión. “Si dicen que no, entonces lamentablemente sabremos cuál es el impedimento para la paz aquí”.
El asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz, agregó: “La delegación ucraniana dejó algo muy claro hoy: que comparten la visión de paz del presidente Trump”.
Las discusiones del martes, que duraron casi ocho horas, parecieron poner fin, al menos por ahora, a la animosidad entre Trump y Zelenskyy que estalló durante la reunión en el Despacho Oval el mes pasado.
Waltz dijo que los negociadores “entraron en detalles sustantivos sobre cómo esta guerra va a terminar permanentemente”, incluyendo garantías de seguridad a largo plazo. Y, señaló, Trump acordó retirar de inmediato la suspensión en el suministro de miles de millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos y el intercambio de inteligencia.
Funcionarios de alto rango comenzaron con las reuniones horas después de que Rusia derribó más de 300 drones ucranianos. Fue el ataque más grande de Ucrania desde que el Kremlin ordenó la invasión a gran escala de su vecino. Ni los funcionarios estadounidenses ni los ucranianos ofrecieron comentarios al respecto.
Por su parte, Trump señaló que esperaba que se pueda solidificar un acuerdo“en lo s próximos días”.
“Sé que tenemos una gran reunión con Rusia mañana, y espero que surjan algunas conversaciones excelentes”, dijo Trump. No elaboró más.
Se tiene previsto que el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, viaje en los próximos días a Moscú, donde podría reunirse con el presidente ruso Vladímir Putin, según una persona familiarizada con el asunto, pero que no estaba autorizada a comentar públicamente. La persona advirtió que la programación podría cambiar.
Mientras tanto, en un discurso publicado poco después de que terminaran las conversaciones del martes, Zelenskyy reiteró el compromiso de Ucrania de lograr una paz duradera, enfatizando que el país ha buscado poner fin a la guerra desde su inicio.
“Nuestra posición es absolutamente clara: Ucrania ha luchado por la paz desde el primer segundo de esta guerra, y queremos hacer todo lo posible para lograrlo lo antes posible —de manera segura y de una forma que garantice que la guerra no regresará”, señaló Zelenskyy.
El asesor presidencial ucraniano Andriy Yermak, quien encabezó a la delegación ucraniana, comentó que las negociaciones habían sido positivas. En una declaración conjunta con Estados Unidos, dijo que los dos países “comparten la misma visión, y que estamos avanzando en la misma dirección hacia la paz justa que todos los ucranianos han esperado durante tanto tiempo”.
Por otro lado, Rusia lanzó 126 drones y un misil balístico contra Ucrania, informó la fuerza aérea ucraniana, como parte del incesante bombardeo de áreas civiles durante la guerra.
En las calles de Kiev, los ucranianos estaban al pendiente de las conversaciones en Arabia Saudí.
Lena Herasymenko, una psicóloga, dijo que acepta que serán necesarios compromisos para poner fin a la guerra, pero afirmó que deben ser “razonables”.
“Tuvimos pérdidas masivas durante esta guerra, y aún no sabemos cuánto más tendremos”, comentó a The Associated Press. “Estamos sufriendo todos los días. Nuestros hijos están sufriendo, y no sabemos cómo se verá afectada la generación futura”.
Oleksandr, un soldado ucraniano que sólo proporcionó su nombre debido a restricciones de seguridad, advirtió que Ucrania no puede bajar la guardia.
“Si hay un cese del fuego, eso sólo le daría a Rusia tiempo para aumentar su capacidad armamentística, mano de obra, misiles y otras armas. Entonces atacarían a Ucrania nuevamente”, señaló.
La reunión en Yeda ofreció una oportunidad para que los funcionarios de Kiev repararan la relación de Ucrania con el gobierno Trump después de que estallara una discusión sin precedentes durante la visita de Zelenskyy a la Casa Blanca el 28 de febrero.
El Kremlin no ha ofrecido públicamente ninguna concesión. Rusia ha dicho que está dispuesta a cesar las hostilidades con la condición de que Ucrania abandone su intento de incorporarse a la OTAN y reconozca las regiones que Moscú ocupa como rusas. Rusia ha capturado casi una quinta parte del territorio de Ucrania.
Las fuerzas rusas han mantenido el impulso en el campo de batalla durante más de un año, aunque a un alto costo en infantería y blindados, y están presionando en puntos seleccionados a lo largo de la línea del frente de 600 millas, especialmente en la región oriental de Donetsk, contra un ejército ucraniano debilitado y cansado.
Ucrania ha invertido fuertemente en el desarrollo de su industria armamentística, especialmente en drones de alta tecnología que han llegado hasta zonas en el interior de Rusia.
La mayoría de los drones ucranianos disparados durante la noche —126 de ellos— fueron derribados sobre la región de Kursk, al otro lado de la frontera con Ucrania, partes de la cual controlan las fuerzas de Kiev, y 91 fueron derribados sobre la región de Moscú, según un comunicado del Ministerio de Defensa de Rusia.
El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, dijo que más de 70 drones apuntaron a la capital rusa y fueron derribados mientras volaban hacia ella, en el ataque más grande hasta ahora en Moscú durante la guerra.
El gobernador de la región de Moscú que rodea la capital, Andrei Vorobyov, dijo que el ataque dañó varios edificios residenciales y algunos automóviles.
Los vuelos fueron restringidos temporalmente en seis aeropuertos, incluidos Domodédovo, Vnúkovo, Sheremétievo y Zhukovski, en las afueras de Moscú, y en aeropuertos de las regiones de Yaroslavl y Nizhni Nóvgorod.
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