Las fuerzas rusas frustraron un intento de otra incursión transfronteriza de Ucrania en el suroeste de Rusia, informó el domingo un funcionario local, meses después que Kiev organizara una audaz ofensiva contra su enemigo que Moscú todavía batalla por detener.

Un “grupo armado” intentó el domingo traspasar la frontera entre Ucrania y la región rusa de Bryansk, dijo su gobernador, Aleksandr Bogomaz, pero fue rechazado. Bogomaz no aclaró si soldados ucranianos llevaron a cabo el presunto ataque, pero afirmó el domingo por la noche que la situación era “estable y estaba bajo control” del ejército ruso.

Hasta el momento funcionarios ucranianos no habían admitido lo anterior ni proporcionado una respuesta.

La región colinda con la provincia de Kursk, donde Ucrania lanzó una ofensiva sorpresa el 6 de agosto que sacudió al Kremlin y constituyó el mayor ataque contra Rusia desde la Segunda Guerra Mundial. Cientos de prisioneros rusos fueron vendados y transportados en camiones en los primeros instantes del ingreso relámpago, y unidades de Ucrania avanzaron rápidamente a lo largo de cientos de kilómetros cuadrados de territorio.

La responsabilidad de incursiones anteriores en las regiones rusas de Belgorod y Bryansk ha sido reivindicada por dos grupos opacos: el Cuerpo de Voluntarios Rusos y la Legión de la Libertad de Rusia.

Autoridades rusas y medios de comunicación estatales han tratado de restar importancia a la contundente campaña de Kiev en Kursk, pero hasta ahora las fuerzas del país no han podido desalojar a las fuerzas ucranianas de la provincia. Funcionarios de Occidente han especulado que Moscú podría enviar soldados de Corea del Norte para reforzar sus empeños por lograrlo, atizando la guerra de casi tres años y generando consecuencias geopolíticas que se extenderían hasta la región del Indo-Pacífico.

Legisladores rusos ratificaron el jueves un pacto con Pyongyang que prevé asistencia militar mutua, medida que se produce luego de que Estados Unidos confirmó el despliegue de 3,000 efectivos norcoreanos en Rusia.

El miércoles se detectaron unidades norcoreanas en Kursk, según la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania, conocida por su acrónimo GUR. Los soldados se habían sometido a varias semanas de entrenamiento en bases del este de Rusia y habían sido equipados con ropa especial para el invierno que se avecina, indicó GUR en un comunicado el jueves por la noche. No proporcionó evidencia de sus afirmaciones.

Por otro lado, el presidente ruso Vladímir Putin dijo el domingo que Moscú está trabajando en formas en las que puede responder si Estados Unidos y sus aliados de la OTAN le permiten a Ucrania atacar el interior de Rusia con misiles occidentales de largo alcance.

Putin le dijo a la televisión estatal rusa que era demasiado pronto para decir exactamente cómo podría reaccionar Moscú, pero el Ministerio de Defensa ha estado sopesando varias opciones.

En otros sucesos, el gobernador de Bryansk, Bogomaz, indicó que más de una docena de drones ucranianos fueron derribados sobre la región el domingo. En forma separada, al menos 16 drones fueron derribados sobre otras regiones rusas, incluida la provincia de Tambov, a unos 450 kilómetros (290 millas) al norte de la frontera, reportaron funcionarios. No hubo reportes de víctimas en ninguno de esos ataques.

En la ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania, proyectiles rusos causaron la muerte de tres civiles el domingo, dijo el gobernador local Oleksandr Prokudin. Otro residente de Jersón murió en un incendio desatado por proyectiles que alcanzaron un edificio, según el Servicio de Emergencia de Ucrania.

Sirenas antiaéreas sonaron durante tres horas en Kiev en la noche del sábado al domingo. Posteriormente, las autoridades municipales reportaron que “unos 10 drones” habían sido derribados. Dijeron que nadie había resultado lesionado. La fuerza aérea de Ucrania reportó que había derribado 41 drones lanzados por Rusia al territorio ucraniano.