El gobierno de Reino Unido ordenó el sábado una investigación sobre la “resiliencia energética” del país, después de que un incendio en una subestación eléctrica obligara a cerrar el aeropuerto de Heathrow durante casi un día y generara preocupaciones sobre la capacidad de la nación para resistir desastres o ataques a infraestructuras críticas.

Aunque las autoridades del Aeropuerto de Heathrow dijeron que el sitio estaba “totalmente operativo” el sábado, miles de pasajeros seguían atrapados, y las aerolíneas advirtieron que la grave interrupción durará varios días mientras se esfuerzan por reubicar aviones y tripulaciones para llevar a los pasajeros a sus destinos.

Pasajeros afectados, aerolíneas furiosas y políticos preocupados buscaban respuestas a cómo un incendio aparentemente accidental pudo cerrar el aeródromo más concurrido de Europa.

“Esto es una gran vergüenza para el aeropuerto de Heathrow. Es una gran vergüenza para el país que un incendio en una subestación eléctrica pueda tener un efecto tan devastador”, dijo Toby Harris, un político del Partido Laborista que encabeza la Comisión Nacional de Preparación, un grupo que hace campaña para mejorar la resiliencia.

El secretario de Energía, Ed Miliband, dijo que solicitó al Operador del Sistema Nacional de Energía, encargado de supervisar las redes de gas y electricidad del Reino Unido, que “investigue urgentemente” el incendio, “para entender cualquier lección general que se pueda aprender sobre la resiliencia energética para la infraestructura nacional crítica”.

Se espera que el organismo presente sus hallazgos iniciales dentro de seis semanas.

“El gobierno está decidido a hacer todo lo posible para evitar que se reputa lo que sucedió en Heathrow”, dijo Miliband.

Más de 1,300 vuelos fueron cancelados y unas 200,000 personas quedaron varadas el viernes después de que un incendio nocturno en una subestación a 3.2 kilómetros (2 millas) del aeródromo cortó el suministro eléctrico de Heathrow y de más de 60,000 propiedades.

Las autoridades de Heathrow dijeron el sábado que habían “añadido vuelos al horario de hoy para facilitar el tránsito de 10,000 pasajeros adicionales”. British Airways, la principal aerolínea de Heathrow, dijo que esperaba operar alrededor del 85% de sus 600 vuelos programados en el aeropuerto el sábado.

Aunque muchos pasajeros lograron reanudar sus viajes interrumpidos, otros permanecieron en el limbo.

Laura Fritschie, de Kansas City, vacacionaba con su familia en Irlanda cuando se enteró de que su padre había muerto. El sábado estaba varada en Heathrow después de que su vuelo de BA a Chicago fuera cancelado en el último minuto.

“Estoy muy frustrada”, dijo. “Este fue mi primer gran viaje de vacaciones con mis hijos desde que mi esposo murió, y… ahora esto. Solo quiero ir a casa.”

Residentes del oeste de Londres relataron haber escuchado una gran explosión y visto una bola de fuego y nubes de humo mientras el incendio arrasaba la subestación. Las llamas quedaron controladas siete horas más tarde, pero el aeropuerto estuvo cerrado durante casi 18. Un puñado de vuelos despegaron y aterrizaron el viernes por la noche.

La policía dijo que no considera que el incendio tenga carácter sospechoso, y el departamento de bomberos de la capital británica dijo que su investigación se centraría en el equipo de distribución eléctrica de la subestación.

Aun así, el enorme impacto del incendio provocó críticas a las autoridades que apuntan a que la deteriorada infraestructura del país está mal preparada para enfrentar desastres o ataques. El gobierno de centroizquierda del Partido Laborista prometió mejorar los ferrocarriles del Reino Unido, plagados de retrasos, su envejecido sistema de agua y, especialmente, su red energética, comprometiéndose a reducir las emisiones de carbono e incrementar la independencia energética mediante inversiones en energía eólica y otras fuentes renovables.

“En los últimos 40 o 50 años hemos intentado hacer que los servicios sean más eficientes”, dijo Harris. “Hemos eliminado redundancias, hemos simplificado procesos. Hemos avanzado hacia una especie de economía ‘justo a tiempo’. Hay un elemento donde tienes que asegurarte de estar disponible ‘por si acaso’. Tienes que planificar para cuando las cosas salgan mal.”

Heathrow es uno de los aeropuertos más concurridos del mundo para viajes internacionales, y el año pasado recibió a 83.9 millones de pasajeros.

El director ejecutivo, Thomas Woldbye, dijo que estaba “orgulloso” de la forma en que el personal del aeropuerto y las aerolíneas habían respondido.

“El aeropuerto no estuvo cerrado durante días. Estuvimos cerrados durante horas”, dijo a la BBC.

Woldbye dijo que el suministro de energía de respaldo de Heathrow, diseñado para emergencias, funcionó como se esperaba, pero no fue suficiente para operar todo el aeropuerto, que utiliza tanta energía como una pequeña ciudad.

“Así es como operan la mayoría de los aeropuertos”, dijo Woldbye, quien insistió en que “lo mismo sucedería en otros aeropuertos” si se enfrentaran a un incendio similar.

Pero Willie Walsh, quien encabeza la organización comercial de aviación IATA, dijo que el episodio “plantea algunas preguntas serias.”

“¿Cómo es posible que una infraestructura crítica —de importancia nacional y global— dependa totalmente de una única fuente de energía sin una alternativa? Si ese es el caso, como parece, entonces es una clara falla de planificación por parte del aeropuerto”, dijo.

Walsh señaló que “Heathrow tiene muy poco incentivo para mejorar” porque las aerolíneas, no el aeropuerto, tienen que pagar el costo de atender a los pasajeros afectados.

La incidencia del viernes fue una de las más graves desde la erupción del volcán Eyjafjallajokull, ocurrida en Islandia en 2010, que arrojó nubes de ceniza a la atmósfera y cerró el espacio aéreo europeo durante días.

Los pasajeros de los cerca de 120 vuelos que estaban en el aire cuando se anunció el cierre del aeródromo acabaron aterrizando en otras ciudades, e incluso en otros países.

Mark Doherty y su esposa estaban a mitad del Atlántico cuando el mapa aéreo mostró que su vuelo desde el Aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York a Heathrow estaba dando la vuelta.

“Pensé que era una broma”, dijo Doherty antes de que el piloto dijera a los pasajeros que regresaban a Nueva York.

Doherty calificó la situación como “típica de Inglaterra — no tienen un plan de respaldo para algo que sucede como esto. No hay un plan de contingencia.”