5 de febrero de 2025 - 10:36 PM
Después de un fin de semana de frenética acción diplomática, de temer que no habría manera de detener la imposición de aranceles del 25% decretada por el presidente Donald Trump, una larga conversación entre el estadounidense y la presidenta Claudia Sheinbaum, que tardó dos días en fraguarse, permitieron a México respirar.
“Fueron 40 minutos de llamada y les puedo decir que yo estaba serena, con mucha convicción”, reconoció la presidenta mexicana el martes en un encuentro con empresarios. “En mi mente lo que había era: encontremos la pausa para las tarifas (aranceles) y el diálogo”, puesto que la primera reacción de México —al igual que de Canadá— fue imponer aranceles a Washington también ellos.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, reconoció que las posibilidades de que México pudiera detener la medida eran del 10% frente al 90% de fracasar. Sheinbaum confesó que no paró de preguntar al secretario de Hacienda hasta dónde podía caer la divisa mexicana tras el anuncio del estadounidense el sábado.
“Ya no les voy a decir ¿verdad? porque no es el caso”, comentó. El peso se devaluó hasta los 21.21 pesos por dólar.
La petición de hablar con Trump se solicitó el viernes pasado. El domingo, después de todos los anuncios, la Casa Blanca accedió y el lunes se concretó la conversación. “¿Cómo hacemos para convencerlo (a Trump)?”, dijo la presidenta que se preguntaba sabiendo que una guerra arancelaria entre los dos países hubiera implicado grandes costos para México, aunque también para Estados Unidos.
La respuesta, al igual que ocurrió en 2019 --durante la primera administración del republicano ante la misma amenaza-- fue la promesa del despliegue de tropas: 10,000 elementos de la Guardia Nacional reforzarían la frontera norte, dijo México.
El martes comenzaron a reubicarse las primeras unidades, algunos cientos de elementos por vía aérea desde la península de Yucatán, en el sureste mexicano. Otras se alistaban a movilizarse por tierra.
Hace seis años, el expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) logró evitar los aranceles con el compromiso de desplegar a unos 20,000 militares en ambas fronteras para controlar el flujo migratorio.
Ahora, el objetivo no es solo frenar el flujo de migrantes —cuyas llegadas a la frontera estadounidense cayeron mucho durante 2024— sino disminuir el tráfico de fentanilo, la principal preocupación de Trump porque ocasiona unas 70,000 muertes al año por sobredosis.
Actualmente hay unos 10,000 efectivos en los estados mexicanos fronterizos con Estados Unidos aunque esos elementos no han podido reducir la violencia en esa región de intensa actividad del crimen organizado. Un ejemplo son los siete hombres que las autoridades localizaron muertos el lunes en San Luis Río Colorado, una pequeña localidad justo en el límite con Arizona.
Sheinbaum explicó que el nuevo despliegue lo integrarán agentes de la Guardia que operaban al sur de esos estados norteños y los que se movilizarán a la zona limítrofe con Estados Unidos desde otras regiones. Agregó que eso “no deja sin seguridad el resto del país” pero reforzará la seguridad en esa zona.
Expertos en crimen organizado no lo tienen tan claro.
“Por cada soldado que está custodiando la frontera norte hay uno menos custodiando el tema interno”, dijo el analista David Saucedo. “Si a Donald Trump le interesara realmente combatir a los cárteles mexicanos... los estaría utilizando en operativos conjuntos para hacer decomisos y capturas de narcotraficantes de alto perfil”.
Diplomáticos como Arturo Sarukhan, embajador mexicano en Estados Unidos de 2007 a 2013, recordaron que hará falta un poco de tiempo para ver qué más se pactó entre los dos mandatarios de lo que todavía no se ha informado.
De momento, Sarukhan comparó estos tres últimos días a la escenificación de una cuidada obra de teatro en la que ambos presidentes se dan por vencedores aunque Sheinbaum “parece haberse comportado como la ‘adulta en la habitación’, dándole de paso a Trump espacio para colgarse la medalla con los suyos, cosa inteligente” y analistas estadounidenses no creen que el jefe de la Casa Blanca lograra mucho.
“Lo que hace Donald Trump es: él mismo crea el problema, él mismo lo resuelve”, agregó Saucedo, el experto en seguridad.
Una de las clave es que la mandataria logró un apoyo incondicional de los principales grupos empresariales del país y de todos los gobernadores. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes —quien fue invitado a la toma de posesión de Trump— aseguró que siempre apoyarían el “diálogo con firmeza”.
El gobierno mexicano aseguró que ya han quedado abiertas dos mesas de negociación —una de seguridad y otra de comercio— que se unirían a la liderada por el Departamento de Estado en materia de migración.
Pero aunque Sheinbaum se jactó de haber logrado entendimiento en este tema, no se ha informado públicamente de los acuerdos a los que han llegado ambos gobiernos.
La propia mandataria dijo que México sí ha recibido a retornados extranjeros procedentes de Estados Unidos que el gobierno mexicano intenta devolver a sus países. Pero ni la cancillería, ni la agencia migratoria ni la Secretaría de Gobernación han contestado a reiteradas solicitudes de AP sobre cuántos retornos se han realizado ni sobre el estatus de esos extranjeros al llegar a México.
En el tema comercial, el secretario Ebrard dijo que las dos prioridades serán “trabajar sector por sector” de forma muy detallada para ver qué alternativas se pueden plantear en este mes a Estados Unidos y, mientras tanto, relanzar la campaña “Hecho en México” para fomentar la compra de productos nacionales.
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