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Moscú advierte a Estados Unidos por permitir a Ucrania atacar suelo ruso con armas de largo alcance

El Kremlin señaló que la decisión del presidente Joe Biden añade “combustible al fuego” de la guerra y agudizaría aún más las tensiones internacionales

19 de noviembre de 2024 - 9:58 PM

En esta imagen proporcionada por el Servicio ucraniano de Emergencias, bomberos extinguen el incendio tras un ataque de cohete ruso que afectó a un edificio de varias plantas en Ucrania. (The Associated Press)

El Kremlin advirtió el lunes que la decisión del presidente estadounidense Joe Biden de permitir a Ucrania atacar blancos dentro de Rusia con misiles de mayor alcance suministrados por Estados Unidos añade “combustible al fuego” de la guerra y agudizaría aún más las tensiones internacionales.

El cambio de política de Biden añadió un factor incierto y nuevo al conflicto en la víspera del hito de los 1,000 días desde que Moscú comenzó su invasión a gran escala en 2022.

Ocurrió también mientras un misil balístico ruso con municiones de racimo cayó en una zona residencial de Sumy en el norte de Ucrania, matando a 11 personas e hiriendo a 84 más. Otra andanada de misiles desató incendios en apartamentos en el puerto sureño de Odesa, matando al menos a 10 personas y lesionando a 43, indicó el Ministerio del Interior de Ucrania.

Washington está flexibilizando los límites sobre lo que Ucrania puede atacar con su Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS, por sus siglas en inglés), fabricado en Estados Unidos, dijeron funcionarios estadounidenses a The Associated Press el domingo, después de meses de descartar tal movimiento por temor a agravar el conflicto y provocar un enfrentamiento directo entre Rusia y la OTAN.

El Kremlin fue rápido en su condena.

“Es obvio que el gobierno saliente en Washington tiene la intención de tomar medidas, y han estado hablando de esto, para seguir añadiendo combustible al fuego y provocar una mayor agudización de las tensiones en torno a este conflicto”, dijo el portavoz Dmitry Peskov.

El embajador de Rusia en la ONU, Vassily Nebenzia, fue más allá en una reunión del Consejo de Seguridad del organismo para marcar los 1,000 días de guerra, diciendo que Moscú está “asombrado” de que los gobernantes de Gran Bretaña y Francia “estén ansiosos por jugar a favor del gobierno saliente y estén arrastrando no sólo a sus países sino a toda Europa a una intensificación a gran escala con consecuencias drásticas”.

El alcance de las nuevas directrices de disparo no está claro. Pero el cambio llegó después de que Estados Unidos, Corea del Sur y la OTAN dijeran que fuerzas norcoreanas están en Rusia y aparentemente están siendo desplegadas para ayudar a Moscú a expulsar a los soldados ucranianos de la región fronteriza rusa de Kursk.

La decisión de Biden fue desencadenada casi en su totalidad por el ingreso de Corea del Norte al conflicto, según un funcionario estadounidense que habló a condición de guardar el anonimato para declarar sobre deliberaciones internas, y se tomó apenas antes de que partiera hacia la cumbre anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Perú.

Rusia también está haciendo retroceder lentamente al ejército ucraniano en la región oriental de Donetsk, el cual está superado en número, y ha ejecutado una devastadora campaña aérea contra áreas civiles en Ucrania.

Peskov remitió a los periodistas a una declaración del presidente Vladímir Putin en septiembre en la que dijo que permitir a Ucrania atacar a Rusia elevaría significativamente lo que está en juego.

Modificaría “drásticamente la naturaleza misma del conflicto”, manifestó Putin en ese momento. “Esto significaría que los países de la OTAN — Estados Unidos y países europeos — están en guerra con Rusia”.

Peskov afirmó que los países occidentales que suministran armas de mayor alcance también proporcionan servicios de detección de blancos a Kiev. “Esto cambia fundamentalmente la modalidad de su involucramiento en el conflicto”, dijo.

Putin advirtió en junio que Moscú podría proporcionar armas de mayor alcance a otros para atacar objetivos occidentales si la OTAN permitía a Ucrania usar las armas de sus aliados para atacar territorio ruso. Después de firmar un tratado con Corea del Norte, Putin emitió una amenaza explícita de proporcionar armas a Pyongyang, señalando que Moscú podría utilizar los mismos argumentos occidentales de que depende de Ucrania decidir cómo usarlas.

“Los occidentales suministran armas a Ucrania y dicen: ‘Ya no controlamos nada aquí y no importa cómo se usen’”, ha dicho Putin. “Bueno, nosotros también podemos decir: ‘Suministramos algo a alguien... y luego no controlamos nada’. Y dejarlos que piensen en ello”.

Putin también ha reafirmado la disposición de Moscú de usar armas nucleares si ve amenazada su soberanía.

La medida de Biden “significará la participación directa de Estados Unidos y sus satélites en la acción militar contra Rusia, así como un cambio radical en la esencia y naturaleza del conflicto”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.

El presidente electo estadounidense Donald Trump, quien asume el cargo el 20 de enero, ha generado incertidumbre sobre si su gobierno continuaría con el apoyo militar a Ucrania. También ha prometido poner fin rápidamente a la guerra.

El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dio una respuesta moderada el domingo a la aprobación que él y su gobierno han estado solicitando durante más de un año, y añadió: “Los misiles hablarán por sí mismos”.

“Cuanto más tiempo pueda Ucrania atacar, más corta será la guerra”, dijo el lunes el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, antes de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para marcar el hito del milésimo día.

Al preguntársele si el Reino Unido imitaría a Estados Unidos en la autorización del uso de sus misiles de mayor alcance, el secretario británico de Relaciones Exteriores, David Lammy, quien presidió la reunión, se negó a comentar. Dijo que hacerlo arriesgaría “la seguridad operacional y sólo podría favorecer a Putin”.

El embajador de Francia en la ONU, Nicolas de Rivière, cuyo país también ha dado a Ucrania misiles de mayor alcance, dijo al Consejo de Seguridad —sin declarar directamente lo que hará París— que “el derecho de Ucrania a su legítima defensa incluye la posibilidad de atacar objetivos militares involucrados en operaciones dirigidas al territorio”.

Sybiha dijo que una luz verde de Estados Unidos para usar misiles de mayor alcance contra Rusia “podría ser algo que modifique drásticamente” la situación de la guerra, pero otros no están tan seguros.

Los ATACMS, que tienen un alcance de unos 300 kilómetros (190 millas), pueden ir mucho más allá de la línea del frente de unos 1.000 kilómetros (600 millas) en Ucrania, pero tienen un alcance relativamente corto en comparación con otros tipos de misiles balísticos y de crucero.

El cambio de política llegó “demasiado tarde para tener un efecto estratégico importante”, dijo Patrick Bury, profesor adjunto sénior en seguridad en la Universidad de Bath en el Reino Unido.

“El tipo de impacto final que tendrá es probablemente ralentizar el ritmo de las ofensivas rusas que ahora están sucediendo”, señaló, y añadió que Ucrania podría atacar objetivos en Kursk o centros logísticos o cuarteles generales de mando.

Jennifer Kavanagh, directora de análisis militar en Defense Priorities —un centro de expertos en política exterior de Washington— coincidió en que la medida de la Casa Blanca no alteraría el curso de la guerra, e hizo notar que Ucrania “necesitaría grandes reservas de ATACMS, que no tiene y no recibirá porque los propios suministros de Estados Unidos son limitados”.

En un nivel político, la medida “es un impulso para los ucranianos y les da una ventana de oportunidad para tratar de mostrar que aún son viables y dignos de apoyo” mientras Trump se prepara para asumir el cargo, dijo Matthew Savill, director de Ciencias Militares en el Royal United Services Institute, un centro de investigación en Londres.

La señal para el cambio de política fue la llegada a Rusia de fuerzas norcoreanas, según Glib Voloskyi, analista en el Centro de Iniciativas CBA, un grupo de investigación con sede en Kiev.

“Esta es una señal que el gobierno de Biden le está enviando a Corea del Norte y Rusia, indicando que la decisión de involucrar unidades norcoreanas ha cruzado una línea roja”, observó.

Legisladores rusos y medios estatales criticaron a Occidente por lo que llamaron un paso que intensifica la tensión, y amenazaron con una respuesta dura.

“Biden, al parecer, decidió terminar su mandato presidencial y pasar a la historia como ‘Joe Sangriento’”, dijo el legislador Leonid Slutsky a la agencia de noticias rusa RIA Novosti.

Vladimir Dzhabarov, vicepresidente del comité de asuntos exteriores en la cámara alta del parlamento, consideró que se trata de “un paso muy grande hacia el inicio de la Tercera Guerra Mundial” y un intento de “reducir el grado de libertad para Trump”.

Los periódicos rusos ofrecieron predicciones similares de condena. “Los locos que están llevando a la OTAN a un conflicto directo con nuestro país pronto podrían estar en gran dolor”, manifestó Rossiyskaya Gazeta.

Algunos aliados de la OTAN acogieron con beneplácito la medida.

El presidente Andrzej Duda de Polonia, que limita con Ucrania, elogió la decisión, llamándola un “momento muy importante, quizás incluso un momento decisivo” en la guerra.

“En los últimos días, hemos visto la intensificación decisiva de los ataques rusos en Ucrania, sobre todo esos ataques con misiles donde se atacan objetos civiles, donde se mata a personas, a ucranianos ordinarios”, dijo Duda.

El flexibilizar las restricciones que tiene Ucrania fue “algo bueno”, declaró Margus Tsahkna, ministro de Relaciones Exteriores de Estonia, vecino ruso.

“Hemos estado diciendo eso desde el principio, que no se deben poner restricciones al apoyo militar”, dijo a altos diplomáticos de la Unión Europea en Bruselas. “Y necesitamos entender que la situación es más seria de lo (que) era incluso tal vez hace un par de meses”.

Pero el primer ministro eslovaco Robert Fico, conocido por sus puntos de vista prorrusos, indicó que la decisión de Biden era “una intensificación sin precedentes” que prolongaría la guerra.

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