

8 de marzo de 2025 - 9:44 PM
Londres — El viernes se cumplen tres semanas desde que el papa Francisco fue hospitalizado por bronquitis, que posteriormente derivó en una neumonía bilateral. También recibió tratamiento por una infección pulmonar compleja y ha sufrido varias crisis respiratorias que requirieron tratamiento adicional, incluido el uso de máquinas para ayudarlo a respirar.
Médicos que no están involucrados en el cuidado del pontífice dicen que el camino por delante podría ser complicado, incluso si el papa de 88 años se recupera por completo. A continuación, presentamos un vistazo a la hospitalización de Francisco y a lo que los médicos estarán atentos en los días y semanas venideros.
El papa fue hospitalizado el 14 de febrero después de sufrir bronquitis durante semanas, lo cual cada vez más le dificultaba hablar. Varios días después, las autoridades del Vaticano indicaron que tenía una infección compleja en su sistema respiratorio que requería un tratamiento más específico.
Posteriormente el pontífice desarrolló neumonía en ambos pulmones y comenzó a recibir esteroides y antibióticos, entre otros tratamientos.
“Es un hombre de 88 años que ha estado en el hospital y recibiendo atención crítica durante tres semanas”, declaró el doctor Andrew Chadwick, especialista en cuidados respiratorios e intensivos en los Hospitales de la Universidad de Oxford en el Reino Unido. “Eso no es un indicio de que las cosas estén yendo bien”.
Chadwick indicó que cualquier hospitalización de alguien en el grupo etario de Francisco, durante tanto tiempo, es muy preocupante. “El camino por delante aún parece accidentado”, afirmó.
Los médicos del papa han dicho que se encuentra estable, pero que su pronóstico es reservado, lo que significa que no está fuera de peligro.
El número de crisis respiratorias, complicaciones y la dependencia de Francisco de máquinas para ayudarlo a respirar dejan entrever que “la neumonía es más grave y está requiriendo medidas de soporte más intensivas”, observó la doctora Meredith McCormack, directora de medicina pulmonar y cuidados intensivos en la Universidad Johns Hopkins.
“Parece que podría no haber indicios de mejoría clara y algunos indicios continuos de infección severa, como el seguir necesitando oxígeno”, comentó McCormack.
Autoridades del Vaticano indicaron que la última crisis respiratoria del papa fue el lunes y que las cosas se han estabilizado desde entonces.
Otros médicos hicieron notar que, cuanto más tiempo pase Francisco en el hospital, más susceptible será a otras complicaciones, como infecciones por catéteres, úlceras por presión o un nuevo episodio de neumonía.
El doctor Jeffrey Millstein, profesor clínico adjunto de medicina interna en la Universidad de Pensilvania, señaló que es bueno que Francisco no haya necesitado un ventilador mecánico. Probablemente ese sería el siguiente paso si no pudiera respirar lo suficientemente bien con el soporte no invasivo que ha recibido hasta ahora.
El viernes, el Vaticano publicó un breve clip de audio del pontífice en el que les agradece a las personas por sus buenos deseos. A pesar de que la voz del papa sonaba notablemente más débil de lo normal, McCormack indicó que eso era una buena señal.
“Eso muestra que todavía puede comunicarse de manera significativa”, afirmó. “Si uno estuviera en soporte vital... no podría hacer eso”.
Bastante tiempo. McCormack mencionó que, por cada semana que una persona pasa en el hospital, puede requerir aproximadamente un mes de recuperación.
El doctor Eric Schmidt, jefe de la división de medicina pulmonar y cuidados intensivos en el Hospital General de Massachusetts, señaló que la neumonía grave puede tener consecuencias duraderas.
“No es simplemente una enfermedad de los pulmones. Realmente impacta varias partes del cuerpo”, explicó, e hizo notar que las personas que padecen neumonía severa pueden sufrir más tarde problemas que incluyen pérdida de memoria, incapacidad para concentrarse, debilidad muscular y depresión.
Chadwick, de los Hospitales de la Universidad de Oxford, dijo que a los expertos les gustaría ver al papa pasar de estar gravemente enfermo a recibir terapia de rehabilitación.
A partir de esta semana, Francisco ha estado recibiendo fisioterapia para ayudarle con su movilidad, además de la fisioterapia respiratoria que había estado recibiendo para ayudarlo a respirar mejor.
“Incluso si hoy se mejorara milagrosamente, es probable que necesite un período prolongado de rehabilitación”, advirtió Chadwick. “Es probable que el papa tenga que relajarse por algún tiempo y reducir algunas de sus responsabilidades normales”.
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