Beirut - Las tropas del gobierno sirio combatieron contra insurgentes dentro de la ciudad más grande de Siria, Alepo, por primera vez desde 2016, al tiempo que aviones de guerra atacaron las líneas de suministro de los rebeldes en los límites de la ciudad, informaron medios noticiosos estatales el sábado.

Los insurgentes rompieron las líneas de defensa del gobierno en Alepo el viernes y entraron en el barrio occidental de la ciudad con poca resistencia. Los insurgentes lanzaron su ofensiva sorpresa en Alepo y en el campo de Idlib el miércoles y tomaron el control de docenas de aldeas y ciudades en el camino, incluyendo una ciudad estratégica al sur de Alepo.

El periódico progubernamental Al-Watan reportó sobre ataques aéreos en los límites de la ciudad de Alepo, apuntando a las líneas de suministro rebeldes. Publicó un video de un misil cayendo en una reunión de combatientes y vehículos, en una calle bordeada de árboles y edificios.

Veinte combatientes murieron en los ataques aéreos que tenían como objetivo los refuerzos rebeldes, indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que monitorea la guerra civil no resuelta del país. Los residentes de Alepo informaron sobre enfrentamientos y disparos, y algunos huían de los combates.

Las escuelas y oficinas gubernamentales cerraron el sábado ya que la mayoría de las personas permanecieron en sus casas, según la radio Sham FM, una estación progubernamental. Las panaderías estaban abiertas.

En una publicación en redes sociales, los insurgentes fueron fotografiados fuera de la ciudadela de Alepo, el palacio medieval en el centro de la ciudad antigua, y uno de los más grandes del mundo. En videos tomados con teléfonos móviles, los insurgentes se grabaron a sí mismos sosteniendo conversaciones con los residentes que visitaron en sus casas, a fin de asegurarles que no causarán daño.

Medios estatales publicaron que varios “terroristas”, incluyendo células durmientes, han infiltrado partes de la ciudad. Las tropas gubernamentales los persiguieron y arrestaron a varios que posaron para fotos cerca de los monumentos de la ciudad, según medios estatales de noticias.

En un programa matutino de la televisión estatal el sábado, los comentaristas dijeron que los refuerzos del ejército y la asistencia de Rusia repelerán a los “grupos terroristas”, culpando a Turquía por apoyar el avance de los insurgentes en las provincias de Alepo e Idlib.

La agencia estatal de noticias de Rusia, Tass, citó a Oleg Ignasyuk, un oficial del Ministerio de Defensa de Rusia coordinando en Siria, diciendo que los aviones de guerra rusos atacaron y mataron a 200 milicianos que lanzaron la ofensiva en el noroeste el viernes. No proporcionó más detalles.

Alepo no había sido atacada por fuerzas de oposición desde que fueron expulsadas de los barrios del este en 2016 tras una agotadora campaña militar en que las fuerzas del gobierno sirio fueron respaldadas por Rusia, Irán y sus grupos aliados.

El ataque a Alepo siguió a semanas de violencia de bajo nivel, incluyendo ataques del gobierno a áreas controladas por la oposición. Turquía, que ha respaldado a los grupos de oposición sirios, fracasó en sus esfuerzos diplomáticos para prevenir los ataques del gobierno sirio, que se consideraron una violación de un acuerdo de 2019 patrocinado por Rusia, Turquía e Irán para congelar la línea del conflicto.

La ofensiva se registró en un momento en que grupos vinculados a Irán, principalmente Hezbollah de Líbano, que ha respaldado a las fuerzas del gobierno sirio desde 2015, han estado ocupados con sus propias batallas en casa. Un alto al fuego en la guerra de dos meses de Hezbollah con Israel entró en vigor el miércoles, día en que las facciones de la oposición siria anunciaron su ofensiva. Israel también ha escalado sus ataques contra Hezbollah y objetivos ligados a Irán en Siria durante los últimos 70 días.

La agencia estatal de noticias de Turquía, Anadolu, indicó que los insurgentes han tomado el control de grandes partes de Alepo y áreas campiranas de Idlib.

La batalla de 2016 por Alepo fue un punto de inflexión en la guerra entre las fuerzas del gobierno sirio y los combatientes rebeldes después que las protestas de 2011 contra el gobierno del presidente Bashar Assad se convirtieran en una guerra plena.

Rusia, Irán y sus grupos aliados ayudaron a las fuerzas del gobierno sirio a recuperar el control de la ciudad ese año después de una agotadora campaña militar y un asedio que duró semanas.