Manila, Filipinas — Antiguas seguidoras de un televangelista filipino arrestado lo confrontaron en una audiencia en el Senado el miércoles, acusándolo de abusar sexualmente de ellas en varias ocasiones, retratando los abusos como su deber religioso para con “el hijo designado de Dios”.

Apollo Carreon Quiboloy, quien fue llevado al Senado bajo una fuerte presencia policial, rechazó las acusaciones realizadas por varias mujeres, incluidas algunas de Ucrania, así como de Filipinas. Desafió a sus acusadoras a presentar demandas penales en su contra para que las enfrentara en la corte.

El evangelista de 74 años de edad señaló que no podía discutir su respuesta debido a que los cargos penales en su contra, incluido abusar sexualmente de mujeres y tráfico de humanos, ya estaban siendo escuchados en dos tribunales filipinos.

Yulya Voronina comentó durante la audiencia del Senado mediante una videollamada desde Ucrania que Quiboloy y sus principales aliados presuntamente la obligaron a ella y a otras víctimas a aceptar tener relaciones sexuales con él a través de engaños y coerción religiosos.

“Siempre usaban la Biblia como un instrumento para convencernos de hacerlo”, comentó y añadió que por lo menos otras nueve ucranianas se convirtieron en miembros del grupo de Quiboloy, el Reino de Jesucristo, con sede en la ciudad de Davao, en el sur de Filipinas.

Las mujeres tomaron medidas para evitar ser abusadas sexualmente, pero Voronina dijo que Quiboloy tenía acceso a sus habitaciones en el enorme complejo religioso, y sus aliados también le ayudaron a coaccionarlas para que se sometieran.

“Si decías: ‘No quiero’, Quiboloy contestaba: ‘Te irás al infierno’”, dijo Voronina. “Nos castigaban y nos llamaban, nos regañaban en una reunión y nos avergonzaban diciendo que eramos unas ingratas debido a que el pastor nos daba todo”.

Eventualmente, Voronina logró abandonar el sitio y regresó a Ucrania.

Filipina Teresita Valdehueza testificó en la audiencia del Senado que se volvió miembro de la iglesia de Quiboloy a los 17 años en 1980 como parte de su profunda fe. Lo veneró durante años, pero dijo que también fue abusada sexualmente por él en un hotel de Filipinas, al igual que otras tres filipinas que sabía que tenían relaciones sexuales con él.

Quiboloy “me violó con su acto lujurioso que me dejó conmocionada”, dijo Valdehueza. Después del abuso, contó que el evangelista le dijo: “Este es el cumplimiento de la revelación de Dios”.