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Tras los contratiempos experimentados en las primarias y los comicios generales, y con el tiempo en contra para tratar de resolver el asunto, la presidenta alterna de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), Jessika Padilla Rivera, planteó este jueves que, para futuros eventos en las urnas, alquilaría las máquinas de escrutinio electrónico, en vez de comprar equipos nuevos.

“Hay que renovar las máquinas. No podemos continuar con las mismas. Mi recomendación no es compra; sería alquiler”, dijo, en un aparte con El Nuevo Día, durante el escrutinio general de las elecciones, que inició el martes.

Las 6,073 máquinas de escrutinio electrónico con las que la CEE realiza el escrutinio general, y que estuvieron en servicio en las elecciones del 5 de noviembre, pertenecen al ente electoral desde julio, cuando se emitió el último pago correspondiente a un contrato de venta/alquiler con la empresa Dominion Voting Systems. El contrato, por $38.2 millones, se firmó en 2015, y el último pago, hace tres meses, fue por $3,889,124.66.

Previo a ese desembolso, en las primarias del 2 de junio, las máquinas exhibieron problemas en los colegios de votación, los cuales se repitieron en las elecciones. Entre otras cosas, no leían bien las papeletas o las “masticaban” y fallaban en transmitir resultados.

Días antes de las elecciones, Padilla Rivera reveló, incluso, que las pruebas de logística y precisión se hicieron con un grado de sensibilidad del lector óptico mayor al que eventualmente los equipos tendrían el día del evento. Por eso, fue necesario requerirles a los votantes que, en vez de hacer una “X” en los encasillados de las papeletas, los ennegrecieran en su totalidad.

Ahora que las máquinas son propiedad de la CEE, corresponde que la entidad pública decida cómo encarrilará su sistema de conteo de votos para futuros eventos electorales. Tras los problemas reportados en las primarias, el pleno de la CEE determinó que esa decisión se tomaría en enero, es decir, luego de los comicios generales.

Más allá de decir que prefiere alquilar en vez de comprar, Padilla Rivera, quien ha manifestado su deseo de regresar a su puesto en la Judicatura –para el que tiene un nombramiento vigente hasta 2035–, no dio detalles de qué haría con las 6,073 máquinas de escrutinio electrónico. Es sabido, sin embargo, que el equipo puede darse en “trade-in” o intercambio a una empresa en una futura transacción.

“Hay distintas alternativas. Obviamente, es importante conocerlas todas. Pero, si me preguntas a qué me inclinaría, es a alquiler. No me inclinaría a comprar algo que no permita ser renovado…. que no permita que haya un tipo de ‘upgrade’ (actualización)”, comentó.

En el mercado, existen diversos modelos de máquinas de escrutinio electrónico, que se refiere al conteo digital de votos; algunas emiten recibos y otras, no. Por otro lado, hay máquinas que solo son para emitir votos (no tabularlos), eliminando las papeletas físicas.

Luego de las primarias, el pleno de la CEE recibió presentaciones de dos empresas interesadas en hacer negocios con el ente: Election Systems & Software, con sede en Nebraska, y Smartmatic, con sede en Londres, Inglaterra, y presencia en Asia, Europa, Latinoamérica y el Caribe.

Padilla Rivera advirtió que evaluar este asunto “toma tiempo”. “Aquí, estamos hablando de un presupuesto millonario, si fuese compra. Obviamente, eso no se hace el mismo año de las elecciones. Sí, va a tomar su tiempo”, enfatizó.

Destacó, igualmente, que sería necesario que la Junta de Supervisión Fiscal avale cualquier partida de fondos para equipos nuevos y que la CEE lo justifique.