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Temas que acapararon la opinión pública este cuatrienio, como el aborto y los derechos de la comunidad LGBTQ+, fueron excluidos este martes de un foro que sectores religiosos celebraron con candidatos a la gobernación, en el que los únicos dos aspirantes que asistieron –Jesús Manuel Ortiz y Juan Dalmau– defendieron la separación de Iglesia y Estado.

A juicio de los organizadores del foro, que tuvo lugar en el Seminario Evangélico de Puerto Rico, los referidos temas no deben definir quién debe dirigir el país a partir de enero de 2025.

“Como organización, esos temas los hemos dialogado en otros momentos, y no vamos a seguir dejándolo de hacer. Pero, para nosotros, lo que sucede al sur del ombligo y en lo privado no debe determinar quién va a gobernar en nuestro país y, como comunidades de fe, tenemos que escuchar qué piensan de todo, porque nos afecta todo. El tema de la sexualidad (...) no es el único que nos debe llevar a decidirnos (por quién votar)”, afirmó Kelmadis Pérez, cocoordinadora de la Mesa de Diálogo Martin Luther King Jr.

La Mesa de Diálogo de Martin Luther King Jr. la integran activistas y líderes laicos y religiosos de diferentes denominaciones y, por ende, no comparten necesariamente los mismos postulados en temas como el aborto y la sexualidad. Coinciden, sin embargo, en la urgencia de atender los problemas que inciden en la calidad de vida de los ciudadanos.

Por lo tanto, Dalmau, del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), y Ortiz, del Partido Popular Democrático (PPD), fueron abordados sobre la separación de Iglesia y Estado, pero también sobre sus estilos de gobernanza, desarrollo económico, el futuro de la Universidad de Puerto Rico, la crisis energética, pobreza, salud y transparencia electoral. Cada uno tuvo 30 minutos para presentar sus ideas.

La candidata del Partido Nuevo Progresista, Jenniffer González, se ausentó por encontrarse en gestiones oficiales en Washington como comisionada residente, mientras que el aspirante de Proyecto Dignidad, Javier Jiménez, canceló su participaron en la mañana porque le surgió un “imprevisto”, compartió Pérez.

El foro, que arrancó cerca de la 1:30 p.m., inició con el candidato del PIP, quien sostuvo que la separación de Iglesia y Estado, según la Constitución de Puerto Rico, tiene como fin respetar la autonomía e independencia del rol de cada uno de los sectores en la sociedad.

“Era la idea de que el Estado no impusiera una religión preferida sobre otras manifestaciones religiosas ni que el Estado utilizara su poder para censurar, sofocar o eliminar religiones. Por lo tanto, veo ese concepto de separación de Iglesia y Estado como uno de respeto mutuo”, afirmó Dalmau, al reconocer el rol de los grupos de fe en momentos de mayor vulnerabilidad, como el impacto del huracán María, en 2017.

“No lo veo como un divorcio contencioso, al contrario, lo veo como una convivencia complementaria. Es decir, el Estado tiene que tener conciencia de que los sectores de fe, la Iglesia en sus diversas manifestaciones, ocupan espacios en donde el Estado no es capaz de llegar”, añadió.

Abordado sobre sus experiencias religiosas o vínculos con las comunidades de fe, Dalmau indicó que creció en una familia católica. Pero admitió que el momento “determinante” en su vida fue el diagnóstico de cáncer de su hijo, Gabriel, en 2016, cuando tenía 12 años.

“Estaba desconcertado, pero el apoyo de tanta gente que nos detenía para decirnos que estaban orando por Gabriel, que oraban por nosotros, eso nos dio una fortaleza que complementó, naturalmente, los tratamientos de ciencia, pero, sin ese otro balance, hubiésemos estado en el aire”, dijo. “Eso fue un momento de transformación”, agregó.

A Dalmau, le siguió el candidato del PPD, quien describió la separación de Iglesia y Estado como una garantía para que nadie utilice el poder para perseguir, detener o imponer creencias. Ello, sin embargo, no impide que el sector religioso opine sobre la política pública del gobierno, afirmó.

“La comunidad cristiana tiene derecho a opinar y decir cómo ellos ven la operación de su gobierno. Lo que tenemos que evitar es que ni de un lado ni de otro haya opresión por la forma en que pueda pensar una persona”, expuso.

En su caso, compartió que fue criado en “el evangelio”. Mencionó que se congrega, aunque “no con la regularidad que uno debería”. “Soy creyente y me siento cómodo con la dinámica de participar en la iglesia. Claro, estoy muy claro cuál va a ser mi rol como gobernador… que represento al país entero”, acotó.

Concluido el foro, Dalmau y Ortiz abordaron el tema del aborto, en un aparte con la prensa, y coincidieron en que el Estado debe garantizar las condiciones indicadas a quienes decidan terminar con un embarazo.

“Creo que la legislación, tal cual está, no ha creado en Puerto Rico una crisis de salud y, por lo tanto, ha podido crear ese equilibrio y ese balance, en términos de cuando una mujer se enfrenta a esa determinación, pueda hacerlo en consulta con su médico de cabecera o con su ginecólogo obstetra”, dijo Dalmau.

Ortiz, quien ocupa un escaño en la Cámara de Representantes, reconoció que, este cuatrienio, se llegaron a utilizar los temas del aborto y los derechos de la comunidad LGBTQ+ para polarizar la opinión pública. “Creo que se buscó mantener un ánimo y un ambiente continuo de enfrentamiento, y creo que tenemos que regresar a la razonabilidad de un gobierno que respete los derechos de todos y que tome sus decisiones basado en cuál es nuestra responsabilidad”, expresó.

Sobre el aborto, sostuvo que es una determinación que le corresponde tomar a cada mujer junto a su médico. “Lo que el país debe buscar es que tengamos un país en donde una mujer no esté en la posición de tener que tomar una decisión como esa, que es dura y que demuestra un país con mucha desigualdad”, declaró.