Tras la caída del imperio del notorio capo Ángel Ayala Vázquez, mejor conocido como Ángelo Millones, surgió una temida narcoganga que llenó el vacío de poder que existía en el narcotráfico en Puerto Rico y cambió las “reglas del juego” para ocupar el desbancado trono.
Su nombre era Los Menores, o también La Sangre Nueva, una organización criminal originaria de Bayamón que traficaba drogas, perpetraba crímenes violentos y hasta pagaba sobornos a policías con tal de proteger su vasto territorio de gangas rivales, según las autoridades.
Al igual que otras pandillas, Los Menores empezaron en 2010 como un pequeño grupo, pero tuvieron un ascenso rápido, y en cuestión de meses sus aliados y enemigos conocían muy bien su nombre, por lo que su historia está llena de intriga, drama e imborrables huellas de sangre.
Por su modus operandi, la pandilla fue catalogada por las autoridades estatales y federales como una sumamente violenta, y se le atribuyen entre 25 y 30 asesinatos, incluyendo una ejecución a tiros contra un hombre que creían los había traicionado y estaba cooperando con la Policía.
“Fue una época bien convulsa. Había caído Alex Trujillo, Ángelo Millones y Junior Cápsula, así que había un vacío de poder bien grande en la calle”, narró, en condición de anonimato por motivos de seguridad, un hombre que vivió cerca de uno de los residenciales que dominó la ganga.
En aquel momento, los asesinatos y los tiroteos habían aumentado, por lo que recordó que temía quedar atrapado en medio de la lluvia de balas. “Salía siempre tarde del trabajo y en lo único que pensaba era en eso: que no se formara un tiroteo de camino a casa”, dijo a El Nuevo Día.
“Era algo bien fuerte, no sé cómo explicarlo, y por eso creo que es importante que se cuenten este tipo de historias, para que la gente sepa lo que se vivió en ese momento, cómo las autoridades lo combatieron, para que no se repita la historia”, puntualizó.
El ascenso al trono
La historia de Los Menores inicia en 2010 entre las calles de Bayamón. Allí, la narcoganga reclutó mayormente jóvenes de 18 a 25 años, quienes eran menores de edad para la época en que Ángelo Millones y otros capos controlaban el narcotráfico en dicho municipio y áreas limítrofes.
“¿Por qué se llaman Los Menores? Porque literalmente eran menores al momento que comienza la investigación cuando Ángelo Millones y Marcian (José Colón) y otros líderes controlaban el narcotráfico”, dijo el jefe de la Unidad de Gangas de la Fiscalía federal, Alberto López Rocafort.
Aprovechando la caída de estos líderes, la pandilla empezó a organizarse para asumir el control de los puntos de drogas en varios residenciales públicos y barriadas en Bayamón y pueblos cercanos, buscando replicar lo que hizo Ángelo Millones, indicó López Rocafort.
“Esa era una de las cosas que controlaba Ángelo Millones y otros líderes. Ellos lograron, en un momento dado, controlar los caseríos y decir: ‘Ok. No nos vamos a seguir matando, vamos a unirnos todos para formar un grupo: la Organización de Narcotraficantes Unidos (ONU)’”, agregó.
Precisamente, el teniente Orlando Ramos Narváez, quien dirigió el strike force de la Policía en Bayamón, dijo a El Nuevo Día que Los Menores “trataron de imitar la estructura organizacional que tenía Ángelo Millones para tener el control de la mayoría de los residenciales”.
“Al haberse llevado a cabo el arresto de Ángelo Millones, se preveía que iba a comenzar una guerra de diferentes personas con el interés de asumir el control y liderar un tipo de organización criminal que pudiera mantener toda la estructura operacional que tenía Ángelo Millones”, agregó.
La cúspide del poder
Mientras aumentaba su poderío, Los Menores expandieron sus tentáculos entre Bayamón, Cataño, Naranjito, Comerío y Corozal, trazando sus reglas para controlar, entre otras cosas, el precio de la droga, cómo se distribuía y hasta los parámetros de ganancias, supo este medio.
La organización contaba con una estructura jerárquica, y en la cima había un “líder supremo” a quienes todos rendían cuentas. No obstante, por debajo de ese “líder supremo”, estaban los que dirigían los residenciales y las barriadas que controlaban, conocidos en la calle como “bichotes”.
Los presuntos 104 miembros de la ganga operaban en diferentes roles: 22 eran dueños y administradores de puntos de drogas, nueve eran gatilleros, 13 eran suplidores, 13 eran runners, 42 eran vendedores y cinco eran procesadores de drogas, según las autoridades federales.
“Todos los residenciales, en Bayamón y en las demás áreas, se convirtieron como en cooperativas. Había líderes en cada área, pero al final del día, se unen en Los Menores para unir esfuerzos”, sostuvo López Rocafort, al revelar detalles de la operación de la ganga.
Pero la unión de fuerzas no era solo para el suplido de drogas, sino para convertirse en una organización violenta que “cualquiera que se metiera con cualquiera de ellos, de manera individual, se metía con el grupo completo, y a eso les llamaron: Los Menores”, dijo López Rocafort.
Los tentáculos de la ganga
Como parte de sus operaciones, la narcoganga vendía y distribuía en sus puntos de drogas: crack, heroína, cocaína, marihuana, percocet y xanax, según el pliego acusatorio, de 40 páginas, que emitió un gran jurado federal, el 8 de diciembre de 2017, contra los 104 individuos.
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Además, la organización utilizaba mucho el emblema del retirado baloncelista Michael Jordan para identificar la droga, precisó Ramos Narváez, quien agregó que la narcoganga generaba sobre $55 millones anuales, dato que también confirmaron las autoridades federales.
“Los lunes y martes, básicamente, de cada dos semanas aproximadamente, encontrábamos embarcaciones procedentes de Santo Domingo, y pudimos descubrir que en el área de Levittown, Sabana Seca y la avenida Los Millones, en Bayamón, ellos adentraban y tenían residencias alquiladas con vehículos tipo van para el transporte y almacenamiento de las sustancias controladas procedentes de Santo Domingo”, dijo.
La organización controló los residenciales Virgilio Dávila, Rafael “Falín” Torrech, Brisas de Bayamón, Jardines de Caparra, Las Gardenias, La Alhambra, José Celso Barbosa, Alegría Norte, Sierra Linda, Los Laureles, Los Dominicos, Los Jeannie Apartments, La Alegría y Villas del Río, en Bayamón.
Además, los sectores Río Plantation, El Volcán y El Polvorín, en Bayamón; el barrio Villa Olga, en Toa Baja; el caserío Jardines de Cataño; el sector El Cerro y el complejo Candelario Torres, en Naranjito; y los residenciales Enrique Landrón y Manuel Martorell, en Corozal y Comerío, respectivamente.
Según el pliego acusatorio, Los Menores usaban el correo postal para blanquear las ganancias de la venta de drogas comprando giros postales. Además, enviaban cocaína hacia Estados Unidos usando el correo postal y recibían por ese medio la marihuana, detalló López Rocafort.
“Se recibía marihuana de Arizona, de California, del área sur y oeste de los Estados Unidos, y la cocaína llegaba a estados del área este, en este caso particular, era Pensilvania, Connecticut, el área norte y este de los Estados Unidos”, precisó sobre la ruta de la droga.
Policías corruptos en nómina
Además, la narcoganga tuvo en nómina a policías corruptos, a quienes les pagaban sobornos para obtener información sobre cooperadores y las iniciativas que encaminaban las agencias de ley y orden para combatir el narcotráfico, reveló la Fiscalía federal en 2018.
Sobre este particular, Ramos Narváez añadió que, “en un momento dado, lograron mantener el control de ciertos oficiales del área de Bayamón, que se dedicaban al patrullaje preventivo y nocturno, pero era con mayor atención a darle vigilancia para que organizaciones contrarias se adentraran a los diferentes residenciales como medida de prevención de que no surgieran tiroteos y le pagaban por ese trabajo”.
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$55 millones
Dinero que generaba anualmente la narcoganga.
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Los nombres de los policías involucrados en este esquema son una verdadera incógnita, pues nunca se han revelado. Actualmente, los casos continúan activos a nivel federal. “Hay investigaciones abiertas. No puedo comentar sobre eso”, confirmó López Rocafort.
El rostro detrás de la ganga
A base de las historias que se cuentan en la calle, Los Menores tuvieron distintos protagonistas desde su fundación, pero la Fiscalía federal asegura que el líder principal era Sadid Medina Rivera, alias el Loco, quien figuraba en la posición número uno del pliego acusatorio.
Medina Rivera fue sentenciado a 254 meses y 13 días concurrentes con otras sentencias de casos anteriores y actualmente está cumpliendo.
“Sadid Medina era el líder número uno. Este individuo se mantiene fugitivo de una acusación federal que tenía en su contra por un caso también en el área de Bayamón y, mientras se mantiene fugitivo, la prueba es que él une y organiza a todos los líderes de las diferentes áreas para convertirlos en Los Menores”, dijo López Rocafort.
Resaltó que, aunque Medina Rivera era el “líder supremo” de Los Menores y la persona que organizaba y establecía las “reglas”, los distintos residenciales públicos tenían sus respectivos líderes (bichotes). “Operaban como cooperativa, y cada residencial tenía su líder”, reiteró.
Además de Medina Rivera, otra persona que figuraba en la lista de los 104 acusados por las autoridades federales era Ángel R. Cruz Vázquez, hermano materno de Ángelo Millones, quien ocupó la posición número 29 del pliego acusatorio, según datos de la Fiscalía.
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Cruz Vázquez enfrentó tres cargos por conspirar para poseer sustancias controladas con intención de distribuirlas; uso y portación de arma de fuego con relación a un delito de tráfico de drogas; y uso y portación de arma de fuego que desencadenó en un asesinato, según el pliego.
López Rocafort explicó que el crimen en cuestión ocurrió el 19 de diciembre de 2012 y fueron acusados seis individuos, incluyendo Cruz Vázquez, por el asesinato a tiros de Jomar J. Marrero Pérez. Cruz Vázquez fue sentenciado a 243 meses de prisión, lo que equivalen a 20.2 años.
Entre 25 y 30 asesinatos
Los Menores operaron para una época donde Puerto Rico rompió récords de asesinatos. En 2010, cuando se estima iniciaron operaciones, la isla reportó, al menos, 984 asesinatos, mientras que, en 2011, el número se elevó a sobre 1,135, de acuerdo a reportes de prensa.
López Rocafort dijo que, mientras la organización estuvo operando, Bayamón registró un aumento en los niveles de violencia. Agregó que, aunque en los tribunales se radicaron cargos por seis muertes violentas, a la narcoganga “se le adjudican, por lo menos, más de 25 a 30 asesinatos”.
A Los Menores, se le atribuye un doble asesinato ocurrido el 22 de octubre de 2016, en el residencial Brisas de Bayamón. La prueba de las autoridades federales apuntó a que los miembros de la narcoganga asesinaron a un hombre y remataron a otro que había sobrevivido al ataque a tiros.
Acto seguido, los cuerpos de ambos sujetos, identificados como Christian “Chris” Calderón Rojas y Gabriel “Gaby” Rivas Rojas, fueron llevados en un vehículo hasta Rio Plantation, pero al día siguiente, aparecieron de nuevo cerca de Brisas de Bayamón dentro de otro vehículo. La escena del crimen fue limpiada, explicó López Rocafort.
“Esa escena, la limpiaron. La prueba que nosotros tenemos testifical, que se pudo corroborar, es que la limpiaron en Brisas, donde originalmente los habían matado, con Clorox, con Coca-Cola, para obviamente tratar de limpiar la escena”, dijo López Rocafort, al abundar sobre los crímenes perpetrados por la organización.
Las autoridades federales acusaron, además, a tres miembros de la narcoganga por el asesinato de un individuo identificado como José M. Barbosa González, alias “Peca”, en hechos ocurridos el 10 de febrero de 2016, en el residencial Brisas de Bayamón, del mencionado municipio.
“Ellos matan a un individuo porque entendían que estaba cooperando con la Policía estatal. Ese individuo es arrestado por la Policía estatal y (luego) lo sueltan. Cuando lo sueltan, lo confrontan miembros de la organización y lo interrogan y deciden matarlo y entonces lo ejecutan”, agregó.
Según las autoridades, Los Menores enseñaban a sus miembros a disparar y matar a los miembros de las gangas rivales, y todas las armas de fuego que utilizaban para perpetrar los crímenes violentos eran devueltas al líder de la ganga para que dispusiera de ellas.
La exjefa de la Fiscalía federal, Rosa Emilia Rodríguez, dijo el 18 de enero de 2018, cuando ocurrió el operativo contra la ganga, que Los Menores “querían liquidar a miembros de gangas rivales porque, obviamente, querían mantener el control comercial de Bayamón, Cataño y otras áreas”.
La caída de Los Menores
Por su nivel de violencia y la cantidad de drogas que distribuían, Los Menores cayeron en el radar de las autoridades, quienes le asestaron un primer golpe a la narcoganga el 8 de diciembre de 2017, cuando un gran jurado emitió un pliego acusatorio contra 104 individuos.
La acusación incluyó nueve cargos por conspirar para poseer sustancias controladas con la intención de distribuirlas; usar armas de fuego para la comisión de crímenes violentos, incluyendo asesinatos; disparar desde vehículos en movimiento, entre otros crímenes relacionados.
Finalmente, el 18 de enero de 2018, las autoridades efectuaron un megaoperativo denominado Los Menores Takedown, para arrestar a los acusados entre Puerto Rico, Estados Unidos y República Dominicana. Como resultado, todos los acusados resultaron convictos, dijo la Fiscalía.
El día del operativo, el entonces jefe del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) en Puerto Rico, Douglas Leff, precisó que Los Menores es “uno de los casos más grandes en la historia” de la agencia. Además, habló sobre el proceso para sacar de circulación a la organización.
“Para esta operación masiva, nuestra División de Incidentes Críticos nos ha enviado más de 200 agentes adicionales, incluyendo nuestro equipo élite de rescate de rehenes y la escuadra de vehículos especializados”, informó Leff en la conferencia de prensa.
Al presente, la mayoría de los acusados se encuentran cumpliendo condenas, ya que las sentencias impuestas fueron altas. No obstante, se estima que algunos de los acusados, contra quienes no pesaban cargos por violencia, ya estén en la libre comunidad o en ese proceso.
Aunque muchos de los acusados están extinguiendo condenas, el nombre de Los Menores sigue vivo en la calle, donde se les recuerda como “leyendas o guerreros”, mientras fuentes policiales afirman que una ganga como esta no volverá a crecer en Puerto Rico.
“Esa época no se va a repetir porque hay mayores recursos y ha aumentado la lucha para combatir el narcotráfico. Es una guerra que hemos dado y que seguiremos dando porque nos afecta a todos. Así que aquí estaremos siempre alertas y pendientes”, puntualizó una fuente cuya identidad este medio se reservó por su seguridad.
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¿Cómo se elaboró este reportaje?
El proceso para elaborar este reportaje comenzó a finales de enero de 2024, partiendo de la acusación que emitió, el 8 de diciembre de 2017, un gran jurado contra 104 individuos, incluyendo su supuesto líder principal. Acto seguido, se inició un proceso de entrevistas informales.
La primer ronda de entrevistas se realizó vía telefónica con agentes de la Policía estatal, quienes hablaron en y fuera de récord sobre la organización. También se entrevistó al jefe de la Unidad de Gangas de la Fiscalía federal, Alberto López Rocafort, para recopilar datos sobre la narcoganga y sus operaciones.
Posteriormente, se analizaron sobre 12 reportajes relacionados con Los Menores, Ángelo Millones y hasta la guerra que se desató en el narcotráfico entre 2009 y 2011, las cuales fueron publicadas por El Nuevo Día. El objetivo era entender el contexto histórico en el que creció la ganga.
Con esto como preámbulo, entonces se coordinó la entrevista presencial con López Rocafort y se comenzaron a hacer gestiones para conseguir a una persona que se hubiera visto afectada directa o indirectamente por las operaciones de la narcoganga en Bayamón u otras áreas limítrofes.
Luego de varias conversaciones, la entrevista se concretó vía telefónica y en calidad de anonimato por cuestiones de seguridad. Finalmente, se analizó en varias ocasiones el vídeo de la conferencia de prensa que hizo la Fiscalía federal el 18 de enero de 2018, cuando se efectuó el operativo.
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