24 de abril de 2025 - 5:59 PM
Actualizado el 24 de abril de 2025 - 7:35 PM
Manatí - El reloj marcaba las 11:13 a.m. cuando se escuchó la primera detonación en la Escuela Elemental Evaristo Camacho, ubicada al centro montañoso y tranquilo de este municipio.
Los pequeños alumnos permanecían en sus salones cuando el tirador -encapuchado y con una pistola con balas de salva- comenzó a disparar mientras buscaba víctimas en los pasillos del plantel.
“¡Ábreme! ¡Déjame entrar, misi!”, gritó el hombre, azotando la puerta de un salón de tercer grado.
Al interior, se encontraban nueve estudiantes debajo de dos mesas al fondo del aula, mientras el portón permanecía bloqueado por el escritorio de la profesora.
Algunos tapaban su boca para no hacer ruido. Otros -menos atemorizados- calmaban a sus compañeros. Ya era el tercer simulacro que practicaban desde 2023.
“En el primer simulacro, no paraban de gritar. Ya están más tranquilos. Hay muchos niños que piensan que es real. El mayor interés es preparar al estudiante de que, si surgiera una situación, ellos puedan manejarla lo mejor posible. Con los simulacros, hemos ido mejorando”, manifestó la enfermera escolar Sandra Enid Robles Urdaz, antes que iniciara el ejercicio con estudiantes de kínder a quinto grado.
Al cabo de 18 minutos, terminó el simulacro con la fase final, cuando los estudiantes -corriendo con sus manos arriba- desalojaron el plantel escolar hasta reunirse en la calle trasera. En esta ocasión, policías municipales y el alcalde manatieño, José Sánchez, permanecían en los alrededores de la escuela elemental. Luego, llegó personal de Manejo de Emergencias junto con una ambulancia y un camión de bomberos.
A raíz de la alta incidencia de estos eventos en Estados Unidos -en donde, en los pasados cuatro años, se han reportado 319 tiroteos escolares-, y varios incidentes con armas de fuego a las afueras de los planteles en la isla, el Departamento de Educación ordenó, al menos, un simulacro por semestre, indicó a El Nuevo Día el comisionado de Seguridad de Educación, César González.
Asimismo, comentó que, así como se celebran simulacros sobre terremotos, tsunamis, escapes de gas u otras emergencias, los alumnos practican para cumplir con los planes de seguridad.
“Al principio, no sabían cómo actuar. Ya ves cómo (los estudiantes) se integran, asumen roles como apagar la luz, dirigir a sus compañeros para mantenerse en silencio… No hay planes perfectos, pero, si los ponemos en práctica, los mejoramos”, comentó el funcionario.
En 2016, Feluix Concepción -maestro de Educación Física en Manatí- sobrevivió un tiroteo escolar en Beltsville, Maryland, que incidió en su decisión de regresar a Puerto Rico a continuar su labor.
“Una persona entró a la escuela con intención de matar a su esposa, quien era maestra, y estaba buscando a sus hijas. Él la mata, y hiere de bala a varias personas. Luego, se va y comete otros asesinatos”, contó el educador y padre de tres niñas.
A pesar de que nunca ha sucedido una tragedia como esa en Puerto Rico, Concepción enfatizó que “el bienestar y seguridad de nuestros niños es vital y nos tomamos esto en serio para educarles”.
En el tiroteo de Maryland, el entonces maestro de escuela superior recordó que corrió con sus estudiantes y equipos deportivos visitantes hasta un salón de Biología para protegerse. Desde las 3:00 p.m. hasta las 9:00 p.m., estuvieron encerrados hasta que lograron salir.
“Dios quiera eso no pase en Puerto Rico, pero no estamos exentos. Los nenes le cogieron el piso. Conocen más el protocolo. Con la práctica han mejorado mucho. Saben actuar mejor”, compartió Concepción.
El director de la escuela, Alejandro Maldonado Ortiz, defendió el simulacro, pero reconoció que algunos padres prefieren no exponer a sus hijos, por lo que no acuden a la escuela ese día.
“Un evento como este puede generar confusión y hace que los padres muestren un poco de resistencia, pero la comunicación ha sido constante con ellos. Se han dado charlas previas, y ellos (padres) saben qué es lo que va a pasar. El resultado es que se pierda ese miedo y, en una eventualidad, estemos preparados”, aseguró.
En abril de 2023, se revisó el Protocolo de Manejo de Amenaza Activa o Tirador Activo, en el que se explica, paso a paso, cómo las sobre 856 escuelas públicas deben ejecutar estos ejercicios.
“En Puerto Rico, nunca ha ocurrido, pero ¿y si ocurre? En 2012, en el estado de Connecticut, la reacción de la maestra puertorriqueña Victoria Soto fue vital para salvar sus estudiantes. Aunque ella murió, salvó la vida de sus estudiantes”, recordó el director escolar.
Del mismo modo, la enfermera mencionó que tienen sicólogas escolares disponibles para atender a los menores que enfrenten alguna crisis a raíz del ejercicio de tirador activo.
“No sabemos cuándo nos va a tocar. Todos vamos a los centros comerciales, y no sabes dónde puede entrar alguien a disparar”, puntualizó Robles.
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