Su nombre ha aparecido durante casi dos décadas en los expedientes del narcotráfico en Puerto Rico y las autoridades le atribuyen múltiples asesinatos, métodos de tortura e, incluso, el atroz “modus operandi” de desaparecer los cuerpos de sus víctimas lanzándolos como comida a sus caimanes.
En el bajo mundo, donde ganaron terreno a fuerza de balas y de derramar mucha sangre, se adjudicaron el nombre de Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cantera, mejor conocidas como Las FARC o Las FARC Company, una organización criminal originaria de Santurce dedicada al tráfico ilícito de drogas.
Desde sus entrañas emergen espeluznantes relatos de luchas de poder, traición, intimidación y hasta amenazas, cuentos que parecen haber sido sacados de una narconovela o un “thriller de terror”, pero que es parte de una situación por demás inquietante, que nace de la historia de una temible ganga.
Sus inicios se remontan al 2006 cuando fue creada a metros de las lagunas San José, Los Corozos y el caño Martín Peña, en el litoral noreste de Santurce, que hasta el censo del 2010, poseía una población de 81,251 habitantes, siendo el barrio más poblado de San Juan.
“Se le llama Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cantera copiando lo que es Las FARC de Colombia. Es una de las organizaciones criminales más poderosas”, dijo a El Nuevo Día el teniente Wilson Torres Rivera, de la División de Inteligencia Criminal de San Juan del Negociado de la Policía.
Desde su fundación, han sido varias las figuras claves en Las FARC, pero en base a un pliego acusatorio federal de 2019, la lista se reduce a dos nombres importantes: Emmanuel Pacheco Marín, alias “Bebo Las FARC”, y Vladimir “Vladi” Natera Abreu, quienes hoy cumplen condenas a nivel federal por cargos de narcotráfico.
“Hacen esta organización para tener el control absoluto de todos los puntos que existían en esa área, que por eso es que prácticamente se crea Las FARC. En esa área de Santurce hay alrededor de 15 a 16 puntos de drogas”, explicó Torres Rivera al describir los inicios de la empresa criminal.
“Todos esos puntos de drogas tenían sus dueños independientes, pero al crearse Las FARC, se comenzaron a regir por estos otros líderes. Todo lo que se tenía que hacer era lo que ellos dijeran. Todas las órdenes las dan ellos, al crearse Las FARC, con el fin de mantener el control del narcotráfico”, precisó el teniente.
Como toda organización, Las FARC trazó sus reglas en la calle, entre ellas que la droga a venderse debe ser la de su distribuidor exclusivo, dijo Torres Rivera. “Ninguno de esos puntos puede comprar una línea de drogas que no sea la de ellos... Cómo se hace, cómo operan, todo, pasaba por el filtro”, afirmó.
Además, la organización colocó barricadas en ciertas áreas para bloquear el acceso a los puntos de drogas en un intento por frenar el ingreso de la Policía y de gangas rivales, un detalle que reveló la Fiscalía federal, en el 2019, y que aún ocurre en Villa Palmeras, dijo un residente que habló con El Nuevo Día bajo condición de anonimato para proteger su seguridad.
“Era una organización sumamente violenta. Ahí tenían los caimanes, mataban a los tipos y los tiraban a la laguna. Cualquier falla que hubiera, se la cobraban. En un momento dado, pasó por encima, en términos de violencia, de otras organizaciones”, dijo el teniente Iván Bahr, oficial operacional de la región noreste del Negociado de Drogas de la Uniformada.
Tiraban cadáveres a caimanes
A medida que ganaba terreno en la calle, la ganga -que adoptó como mantra “La familia nunca muere”, una frase que miembros se han tatuado en su piel o han mandado a grabar en prendas- continuó escalando en el narcotráfico y, con ello, comenzó a correr un fuerte rumor sobre un atroz “modus operandi”.
“Se decía que usaban caimanes para desaparecer cuerpos cerca de la laguna. Eso siempre se ha hablado, pero si ocurrió o si sigue pasando, nadie sabe. Sí, puedo decir que la violencia ha bajado, aunque ellos siguen operando”, dijo otra persona que lleva más de 20 años residiendo en el área de Santurce y que se reservó su identidad por seguridad.
Sin embargo, la historia de los caimanes pasó de ser un simple rumor en la comunidad a encabezar los titulares y las primeras planas de los medios de comunicación la madrugada del 27 de febrero de 2019, cuando agencias federales ejecutaron un mega operativo contra la organización.
La intervención tenía, como objetivo principal, capturar a los 75 miembros de Las FARC, entre ellos Natera Abreu y Pacheco Marín, acusados mediante pliego emitido por un gran jurado el 20 de febrero. Los cargos incluyeron distribución a gran escala de cocaína, crack, heroína, marihuana, oxicodona (OxyContin) y alprazolam (Xanax).
“Desde que empezamos a investigar a esta ganga violenta, nos llamó la atención que cogían a sus víctimas, y los cuerpos, cuando los mataban, se los tiraban a los caimanes”, expresó la exjefa de la Fiscalía federal Rosa Emilia Rodríguez, durante una rueda de prensa celebrada el día del operativo.
El jefe de la Unidad de Gangas de la Fiscalía federal, Alberto López Rocafort, explicó a El Nuevo Día que se recibió información por parte del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) de que la ganga, “en ocasiones que mataron gente, porque no necesariamente era así en todas las ocasiones, echaban sus cuerpos a la laguna, que habían caimanes y se comían sus cuerpos, pero eso no se pudo corroborar”.
Tanto la Fiscalía federal, como el FBI y la Policía estatal indicaron, por separado, que no han podido corroborar esa información.
“Eso nunca se pudo confirmar, pero algo hacían (dentro de la organización) que (las personas) le daban mucha credibilidad (a eso de los caimanes), si no, no le hubiesen prestado ni atención... ¿y que mucha gente le cogiera miedo a (algo que era solo) un mito?, no creo”, destacó Bahr.
Tortura y traición entre sus redes
Los investigadores también recopilaron evidencia que apunta a que implementaban mecanismos de tortura.
“Se pudo corroborar, con otra evidencia, las torturas y muertes cometidas por la organización”, confirmó López Rocafort, quien especificó: “bastante tortura, o sea, el tú quizás confrontar una persona, tenerla amarrada, tenerla secuestrada, darle golpes para eventualmente terminar con su vida”.
Aunque no se proveyó una cifra exacta, las autoridades le atribuyen a Las FARC “múltiples asesinatos”, incluyendo la muerte a tiros de Carlos Giovanni Báez Rosa, alias Tonka, quien era una importante figura dentro de la ganga.
El crimen ocurrió el 2 de agosto de 2017, en Cantera, y en la escena se encontró un vehículo que en su interior contenía $6,585 en efectivo y documentos personales de Juan Carlos Ozuna Rosado, mejor conocido como el cantante urbano Ozuna, quien posteriormente admitió haber estado en el lugar visitando a amistades, compartiendo con Báez Rosa, y que cuando oyó las detonaciones escapó sin ver quién disparaba.
Por este asesinato, a nivel estatal, se acusó a Edison Merced, alias “Chino Oriental”, y a Waldemar “Walde” Febres Sánchez, presuntos miembros de Las FARC, quienes salieron airosos, en el 2019, del proceso judicial en su contra.
No obstante, en enero de 2023, Merced Olivera y Febres Sánchez fueron sentenciados, a nivel federal, a 14 y 13 años de prisión, respectivamente, por cargos de distribución de sustancias controladas y posesión de armas de fuego en la comisión de un delito.
“Eso (la muerte de Tonka) fue una traición. Las FARC están involucradas en ese asesinato”, dijo una fuente policial, quien reveló, además, que la ganga está ligada al asesinato del artista urbano Kevin Fret en hechos que ocurrieron el 10 de enero del 2018 en Villa Palmeras.
Actualmente, el caso de Fret no ha sido esclarecido y las autoridades, incluyendo el Departamento de Justicia, mantienen abiertas investigaciones sobre este crimen.
El subdirector del FBI, Guillermo González, dijo que a Las FARC “se le atribuyen desde muertes, varios carjackings, muchos delitos de violencia, además de las actividades de narcotráfico, que vendría siendo la importación y la distribución de las diferentes drogas a través del área metropolitana”.
El antes y el después de Las FARC
Pero, la historia de Las FARC tiene un antes y un después, debido a la acusación federal emitida en el 2019 que surgió a raíz de la labor de inteligencia e información que recibió el FBI de múltiples agencias federales y estatales, dijo González.
“Nos dejan saber de esta organización criminal que está causando demasiados problemas en Puerto Rico, específicamente en el área de Santurce y San Juan… Cuando nos llega la información sobre esta organización, decidimos iniciar una investigación junto con otras agencias y la Fiscalía”, agregó.
Tras años de investigar a la ganga y a sus integrantes, el gran jurado entregó un pliego de siete cargos contra 75 presuntos miembros, de los cuales 32 fueron arrestados en el operativo de 2019, mientras que 15 ya extinguían condenas en prisión por otros delitos, entre ellos Pacheco Marín. Los 47 acusados restantes fueron capturados o se entregaron posterior a esa fecha.
Como parte de esa acusación, Natera Abreu -quien, en ese momento, se encontraba prófugo de la justicia- fue extraditado, el 21 de diciembre de 2020, desde la República Dominicana y fue sentenciado a 15 años de cárcel por cargos de narcotráfico. Una vez termine esta condena, debe cumplir ocho años bajo libertad supervisada.
“De esos 75 acusados, al día de hoy, solo restan dos personas (que) se mantienen fugitivos, el resto fueron procesados y ya son convictos”, informó López Rocafort en referencia a Jean Candelario Figueroa y Luis B. Louzao. Candelario Figueroa es un presunto operador de uno de los puntos, mientras que Louzao era un vendedor.
Los nexos de la narcoganga
Al explicar quién era Natera Abreu en el rompecabezas de Las FARC, López Rocafort indicó que el convicto comenzó como un simple “soldado” y “gatillero” de la organización, pero pasó a ser un “líder importante”.
“Tanto es así que a Vladimir se le adjudica ser una de las personas que tenía contactos y tenía línea directa en Santo Domingo para la importación de kilos de cocaína”, mencionó López Rocafort.
Sobre este particular, González opinó, en tanto, que el hecho de que Las FARC tuviera una línea directa con un suplidor fuera del país, sin la necesidad de recurrir a un intermediario, “deja saber que tenía cierto standing (reputación) y respeto dentro del mundo criminal”.
En Puerto Rico, los tentáculos de Las FARC están incrustados en un cuadrante de 1,000 pies en Santurce que incluye Barrio Obrero, el sector El Guano, Playita, la calle William, la calle 11, la calle 10, la comunidad de Cantera y los residenciales públicos Villa Kennedy, Fray Bartolomé de las Casas, El Mirador y Las Margaritas, confirmó la Policía a El Nuevo Día.
Además, la Policía ha observado que otras gangas en pueblos limítrofes - como Carolina, Bayamón y hasta Caguas - se unieron a Las FARC, dijo Bahr. “Hace unos años, vimos cómo, poco a poco, organizaciones se les iban uniendo y se hacían llamar con el nombre de Las FARC”, añadió.
Sin embargo, el negocio de la ganga no estaba solo en la operación de los diferentes puntos de drogas en la capital, sino también en la exportación de kilos de cocaína hacia los Estados Unidos. En ese sentido, López Rocafort dijo que “ese pasa a ser, en un momento dado, el enfoque principal de sus líderes”.
“El dinero, donde lo estaban haciendo, era moviendo los kilos a los estados”, mencionó López Rocafort. “Hay que ver este tipo de organización como cualquier empresa. Empieza, quizás, un negocio pequeño y va haciendo dinero y expandiendo su territorio”, agregó.
De hecho, la acusación federal de 2019 reveló detalles inéditos de la organización, entre ellos que lograron ganancias estimadas sobre los $75 millones y que transportaban cargamentos mediante mulas que viajaban desde el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, en Carolina, hacia Estados Unidos.
“Sus líneas, los que le suplen, bajan de (la) República Dominicana a Puerto Rico, y de las islas, entiéndase, St. Thomas”, comentó Torres Rivera.
¿Desarticulada Las FARC?
A cinco años de la acusación federal, Las FARC continúa bajo la mira de las autoridades estatales y federales.
Figuras consultadas dentro de la Policía consideran que la ganga sigue con el mismo poder de antes, pero intenta operar bajo el radar, mientras hay quienes opinan que no se han podido recuperar del operativo federal y que en la calle solo queda “un remanente”. Aun así, la Policía estima que la organización criminal cuenta con más de 100 miembros.
“La organización sigue operando. Tenemos investigaciones en curso y vamos a seguir mientras la organización criminal siga activa”, dijo Torres Rivera, quien estimó, en noviembre de 2023, que la ganga sigue generando ganancias millonarias.
El 6 de diciembre de 2023, la Policía arrestó al presunto nuevo líder de Las FARC, Juan José de la Cruz Natera, primo de Natera Abreu, y a otros cuatro supuestos miembros de la ganga, tras diligenciar varias órdenes de allanamiento en unas residencias de Barrio Obrero y el sector Playita.
“Es una organización conocida como Las FARC”, dijo a la prensa el comisionado de la Policía, el coronel Antonio López Figueroa, al hablar sobre los allanamientos en los que ocuparon droga, entre ellas cocaína, así como sobre $71,000 en efectivo.
Tan reciente como el 8 de enero de 2024, la Policía arrestó a otros cinco presuntos integrantes de Las FARC durante una intervención que comenzó en la calle Rafael Hernández y culminó en la calle 45 de la urbanización Colinas de Monte Carlos, en Río Piedras. Los agentes ocuparon un vehículo y varias armas de fuego.
Al presente, se sospecha que Las FARC pudo haber ejecutado la masacre ocurrida el 29 de julio de 2022 en el residencial Juan César Cordero Dávila (Quintana), en Hato Rey, donde murieron cuatro personas, informó una fuente policial a este medio.
Además, se vincula a la ganga con “una de las incautaciones más grandes” de armas de fuego, municiones y drogas que realizó la Policía, el 10 de agosto de 2022, en dos casas abandonadas en Villa Palmeras, dijo la fuente.
En la mira artistas de reguetón
De igual manera, la Policía indaga sobre presuntos nexos de la organización con artistas del género del reguetón. Aunque no reveló nombres, Torres Rivera confirmó, a preguntas de El Nuevo Día, que “hay artistas del género de la música urbana que sí tienen vínculos con esta organización criminal”.
“Estamos llevando a cabo una investigación y por la integridad de esas investigaciones, pues no podría decir nombres”, precisó el teniente.
Desde hace años, el nombre de Las FARC ha sido mencionado en canciones de reggaetón, siendo una de las más recordadas “Rip Full Records”, una tiraera de sobre siete minutos que lanzó, en el año 2008, el cantante Cosculluela a Ñengo Flow. “Esta es Las FARC”, se escucha en una parte de la canción.
Sin embargo, sin importar quiénes son los miembros de Las FARC o si hay cantantes urbanos involucrados entre sus redes, las autoridades le han declarado la guerra a la organización y han advertido que continuarán investigando a la ganga mientras siga activa.
La fiscal Leilani Vargas de la Paz, directora de la División de Crimen Organizado del Departamento de Justicia de Puerto Rico, destacó que dicha agencia trabaja en conjunto con la Policía en este tipo de casos.
“Vemos que cada vez más jóvenes incursionan en este mundo (del narcotráfico), pero cada vez que nos traen (este tipo de casos), atacamos el problema y evaluamos si tenemos la prueba suficiente para procesarlos criminalmente y llevarlos a los foros pertinentes, que son los tribunales”, concluyó.
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¿Cómo se elaboró este reportaje?
El proceso de elaboración de este reportaje comenzó a mediados de octubre de 2023, teniendo como base la acusación que emitió, el 20 de febrero de 2019, un gran jurado federal contra 75 presuntos miembros de la organización criminal, incluyendo dos supuestos líderes.
Posteriormente, se comenzó con la primera ronda de entrevistas telefónicas a agentes de la Policía y hasta a residentes de la comunidad para conocer mejor la información que se tenía, hasta el momento, sobre la narcoganga.
Por su parte, la segunda ronda incluyó entrevistas grabadas, desde el estudio de El Nuevo Día, para armar el rompecabezas de la ganga, incluyendo su origen, fundadores, presuntos líderes, las drogas que distribuyen, cómo operan y el territorio que controlan.
De igual manera, se revisaron más de 10 historias de archivo, publicadas por El Nuevo Día desde el 2019 al presente, que abordaban datos sobre operativos estatales y federales, arrestos y allanamientos que han realizado las autoridades contra miembros de la organización.
Otro elemento que se tomó en consideración fueron los detalles que habían ofrecido las autoridades federales en la conferencia de prensa del 27 de febrero de 2019, donde la entonces jefa de la Fiscalía federal, Rosa Emilia Rodríguez, brindó información sobre la ganga y su “modus operandi”.