Nota del editor: este reportaje forma parte de la tercera temporada de Las Caras del Crimen. Visita el sitio especial para más contenidos.
---
Escondida en la parte posterior de sellos postales, en la crema de las galletas, en pañales desechables de niños, entre sus cavidades corporales o simplemente en drones. Así, los miembros de la población correccional intentan entrar sustancias controladas a las instituciones.
Se trata de métodos antiguos y otros más modernos, algunos cónsonos al avance de la tecnología, con los cuales se busca burlar las medidas de seguridad impuestas en el sistema correccional para ingresar marihuana, cocaína, heroína, fentanilo y hasta medicamentos controlados.
Escúchalo en: Apple Podcasts | Google Podcast | Spotify | Stitcher | RSS
“Hemos detectado modalidades actuales que son de tiempos anteriores como, por ejemplo, utilizar la colocación de algunas sustancias controladas en la parte posterior de los sellos postales”, dijo la secretaria del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR), Ana Escobar Pabón.
“También, hemos detectado en las páginas de las cartas cuando se las envían. En cuanto a los alimentos, hemos encontrado en la crema de las galletas. Por ejemplo, las galletas Oreo, la crema que tiene, pues ahí adentro hemos encontrado”, mencionó la funcionaria, quien está en la mirilla pública tras la excarcelación de Hermes Ávila Vázquez, imputado del feminicidio de Ivette Joan Meléndez Vega, de 56 años, ocurrido en abril, en Manatí.
En entrevista telefónica con El Nuevo Día, la titular confirmó que el DCR tiene investigaciones activas que van dirigidas a identificar posibles empleados o visitantes que están relacionados con la entrada de cualquier tipo de contrabando a las instituciones correccionales.
“Hay investigaciones vigentes. Siempre lo he mencionado, esas investigaciones no caducan porque mantenemos, dentro de las medidas de seguridad que tomamos, esa colaboración estrecha entre todas las agencias para erradicar la entrada de contrabando”, mencionó.
Durante años, miembros de la población correccional, visitantes y hasta empleados han intentado introducir drogas a las cárceles dentro de sus pertenencias como, por ejemplo, bultos, loncheras, carteras y hasta la vestimenta, a la cual se le hacen bolsillos dobles.
“Realizaban bolsillos dobles a los pantalones, o a su ropa interior, para poder ocultar cualquier tipo de contrabando. También, en el calzado y, por eso, está la prohibición de utilizar tenis o zapatillas en las instituciones correccionales por parte de visitantes”, manifestó.
“Hemos detectado sustancias y contrabando en el cabello de las personas, en las axilas, debajo del busto de las damas, en las partes íntimas de los varones, en los pañales desechables de los niños, dentro de artículos de aseo personal, como los tubos de pasta dental y desodorantes”, agregó.
Evolucionan los métodos
Sin embargo, las formas de entrada han evolucionado y el DCR ha detectado métodos más modernos, entre ellos el “picheo” o “lanzamiento de contrabando”, que consiste en que personas externas lanzan artículos desde las verjas perimetrales hacia las cárceles.
“(Esto lo hacen) para que los confinados puedan tener acceso a ese material lanzado y, entonces, poder utilizar el mismo posteriormente dentro de las instituciones, si es que no se detecta en las rondas preventivas que hacen los oficiales correccionales (y) en las inspecciones”, mencionó.
“No estoy diciendo que suceda ahora, pero, en años anteriores, se ha encontrado personas que, cuando se le han tomado radiografías, (tienen) hasta tres celulares en sus cavidades anales requiriendo cirugías de emergencia para poder salvarles la vida”, añadió.
La titular afirmó que también se ha intervenido con sistemas aéreos no tripulados, conocidos como drones, que son llevados a sobrevolar hasta las ventanas o áreas abiertas de las instituciones, en un intento por lograr que los confinados puedan tener acceso al contrabando.
“Esos drones se ocupan porque, a veces, bajan con todo y el paquete y no se vuelven a elevar, entonces, los oficiales lo ocupan. Por lo general, todo tipo de contrabando que intenta llegar de esta manera a las instituciones es detectado por los oficiales correccionales”, dijo.
Registros e incautaciones
Según las estadísticas provistas por el DCR a El Nuevo Día, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2023, la agencia realizó 17,452 registros en los complejos correccionales, de los cuales 1,509 (9%) culminaron con incautaciones de contrabando y 15,943 (91%) sin incautaciones.
Además, en 263 (17%) de los 1,509 registros donde reportaron incautaciones, el DCR informó haber intervenido con personas. En el resto de los 15,943 registros, no reportaron personas implicadas, según los datos suministrados.
Asimismo, la agencia informó que hubo 1,089 confinados varones y nueve reclusas intervenidas, para un total de 1,098 personas.
El Nuevo Día solicitó datos correspondientes a las incautaciones y registros en lo que va de 2024, pero al momento de esta publicación no hubo respuesta.
Escobar Pabón dijo que se ha arrestado a 27 familiares de confinados que han intentado introducir drogas a las cárceles. En un caso reciente, el 23 de abril, familiares de un reo en la institución Guayama 296 fueron arrestados tras encontrarse droga en el interior de una salsa para “nuggets”.
Agregó que se ha detenido a 13 empleados del DCR desde que asumió el mando de la agencia.
“Esos empleados han sido destituidos de la agencia porque no vamos a permitir que nadie que deshonre el buen nombre del Departamento y del Cuerpo de Oficiales de Custodia siga trabajando en nuestras facilidades, porque incumplen con lo que es ser un buen funcionario”, aseveró.
No obstante, defendió la labor que realizan los empleados de las instituciones para detectar todo tipo de contrabando, ya sea en las rondas preventivas, o incluso, en las inspecciones con las unidades caninas (K9) y hasta en el cotejo de ventanas, portones, entre otras áreas.
Intentan entrar naloxona
Además de las sustancias controladas, Escobar Pabón dijo que se ha intentado introducir, de forma ilegal, a las instituciones el medicamento Narcan (naloxona), que puede salvar la vida de una persona con una sobredosis de heroína, fentanilo u otros medicamentos opioides recetados.
“(El medicamento) se ha detectado en las ocupaciones de posible entrada de contrabando. El último fue un paquete que se lanzó a una de las instituciones y lo encontramos dentro de ese paquete lanzado”, mencionó, a preguntas de este medio.
Explicó que el DCR tiene en todas las instituciones penales, en las áreas de controles de los oficiales correccionales, dicho medicamento para contrarrestar y atender con rapidez cualquier tipo de contaminación de opioides que se pueda producir entre un confinado o empleado.
“El medicamento lo tenemos tanto para la población correccional, (o) para cualquier empleado que se haya contaminado con ese opioide mientras realizada cualquier función como, por ejemplo, el registro en las áreas de vivienda o registro de confinados”, mencionó Escobar Pabón.
El Nuevo Día reportó, en septiembre de 2023, que la intoxicación por drogas es una de las principales causas de muerte entre confinados.
Entre enero de 2020 y diciembre de 2022, 75 confinados murieron por fentanilo, según los informes de protocolo de autopsia del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), revelados en septiembre de 2023, en una vista de la Comisión de Bienestar Social de la Cámara de Representantes.
Opinan exsecretarios
A base de su experiencia, el exsecretario de Corrección Erik Rolón Suárez dijo que “la droga no camina sola, tiene que entrar con alguien o algo. Lamentablemente, el contrabando de sustancias se debe mayormente a la entrada y salida de personas, ya sea empleados, una visita o confinados”.
“Recuerdo que, en un momento dado (siendo secretario), se trabajó con los drones, que eran bastantes novedosos... El dron, por sí solo, no introduce la droga, puede ser que sí, pero mayormente no es el esquema. El esquema es: logro acceso aéreo y lo zumbo en una esquina”, abundó el exfuncionario, quien también es candidato a la alcaldía de Dorado por el Partido Nuevo Progresista.
“También, lamentablemente se ha dado el caso del oficial que directamente va y la coge y la entra hasta dentro, o el contratista, o el empleado de una compañía. Lamentablemente, la droga entra porque alguna persona con un acceso particular lo mal utilizó”, sostuvo.
A su entender, hay que fortalecer y reforzar todas las instancias que propician un acceso a la prisión y que cada persona conozca las consecuencias de incurrir en este tipo de delito. Planteó que la mejor herramienta para prevenir este contrabando es utilizando canes (K-9).
“Para mí, la mejor herramienta son los canes, los K-9, esa es la que nunca falla, lo que pasa es que tiene una limitación. Lamentablemente, los canes no los puedes tener 24/7, tienes que darles descanso. Aunque es la mejor, no se podrían tener 24/7 porque costarían mucho dinero”, subrayó.
En tanto, el exsecretario del DCR y exsenador del Partido Popular Democrático Miguel Pereira Castillo planteó que, para detener la entrada de drogas en las instituciones correccionales, en primer lugar, se tiene que interrumpir la capacidad de coordinación y planificación que da paso a dicho contrabando.
“Nosotros teníamos un problema, no recuerdo la naturaleza del estupefaciente, pero era una anestesia de caballo. Eso algunos seres humanos en la calle empezaron a inyectárselo y a sufrir las consecuencias de tal hábito, e intentaron entrarlo a las cárceles”, recordó Pereira.
Cuestionado sobre si hace falta legislación para atender la entrada de drogas a las prisiones, el exsenador indicó que no, pues hay leyes que penalizan dicha acción. Sin embargo, indicó que el escrutinio de las personas que entran a los penales debe ser más serio y severo.
“Quizás lo que tenemos que hacer es seguir trabajando o empezar a trabajar con la pregunta de por qué hay personas que están dispuestas a lastimarse a ellos mismos, a su familia, a su cultura y su sociedad haciendo algo delictivo que tiene unas consecuencias tan adversas”, sostuvo.
Protocolo de detección
Pero ¿qué sucede cuándo se detecta droga en las prisiones? ¿Cuál es el protocolo que debe seguir el oficial correccional?
Al responder estas preguntas, Escobar Pabón explicó que un oficial correccional, luego de detectar alguna sustancia, debe comunicarse con su supervisor inmediato y alertar a la Policía. Entonces, la Uniformada hace la inspección de campo para determinar el tipo de sustancia.
Si las autoridades comprueban, luego de realizar las pruebas, que se trata de una sustancia controlada, entonces se consulta el caso con la Fiscalía para la posible radicación de cargos y se trabaja con las acciones disciplinarias correspondientes en el DCR, informó Escobar Pabón.
Inversión millonaria
Para contrarrestar la entrada de contrabando, el teniente coronel del DCR Adams Miranda Maldonado explicó que la agencia invirtió $4.3 millones en la compra de nuevos equipos tecnológicos para las 24 instituciones correccionales, donde –hasta mediados de abril– había 7,371 confinados.
Miranda Maldonado detalló que se adquirió el escáner corporal “Tek84 Intercept”, que permite detectar contrabando en confinados, así como máquinas –como las que se utilizan en los aeropuertos– para realizar las inspecciones a la entrada de las instituciones correccionales.
“Estamos comprando maquinaria para la inspección de equipos y los bultos en la entrada principal de las instituciones, parecida a la que está en el aeropuerto”, dijo el teniente coronel, quien detalló que las primeras unidades deben recibirse entre principios de mayo y junio.
Adicional a esto, Escobar Pabón puntualizó que la agencia trabaja en mejorar la iluminación de las instituciones, pero que, en los últimos dos años, la agencia ha adquirido 32 canes, 36 vehículos para rondas perimetrales, detectores de metales y ha adiestrado al personal.
Lee más sobre Las Caras del Crimen:
- Desde bichotes hasta tiradores de drogas: así es la estructura jerárquica en las narcogangas en Puerto Rico
- Desde Panda, Popcorn hasta Satanás, ¿qué poder tienen los apodos de los narcotraficantes en Puerto Rico?
- Hasta Los Marcian, la sangrienta narcoganga que sembró el terror en los residenciales de Manatí
- Ascenso y caída de Los Menores: la narcoganga que ocupó el trono de Ángelo Millones en Bayamón